Querida Olivia:
Te sorprenderá recibir esta carta que te llega desde Dublín. Te la escribe tu prima Estelle. Ésa a la que no conoces. Pero he oído hablar de ti.
Te confieso que tengo muchas ganas de conocerte. ¡Vivimos tan lejos la una de la otra!
Quiero conocerte mejor.
Me doy cuenta de que no sé nada de ti. ¿Sabes tú algo de mí? Me temo que no. ¿Verdad? ¿Qué podría decirte yo de mí? ¡No sé por donde empezar! Y lo cierto es que soy muy parlanchina. Si algún día me conoces, te darás cuenta de que no puedo parar de hablar. Hablo y hablo y hablo…Y nunca me canso.
Vives en Streetman. ¿Dónde está Streetman? No sé nada de Geografía. Me están educando para convertirme en toda una muñeca de salón.
¿Qué te puedo contar? Bueno...Tengo catorce años. Y me gusta mucho jugar.
¿Tienes muchos amigos? ¿Es cierto que vives en un rancho? ¿Es un rancho grande? ¿O es un rancho pequeño? ¿Cómo se llama el rancho en el que vives?
Perdona que te haga tantas preguntas. Lo tienes que saber. Soy muy cotilla. Lo quiero saber todo de todo. ¿Verdad que no te molesta que te haga tantas preguntas? Dime una cosa. ¿Montas mucho a caballo? Yo soy una pésima amazona. Rara vez monto a caballo. Tenemos muchos caballos. Y no me atrevo a montarlos. Me vería de bruces en el suelo. Soy una cobarde. ¿Eres una buena amazona? ¿Tienes un caballo favorito? ¿Te gusta vivir en Texas? ¿Es cierto lo que se dice?
Lo del oro…¿Hay oro allí? ¿O se trata tan sólo de un rumor?¿O es en otra parte? Tiene que ser en otra parte.
Y…¿Y los buscadores de oro? ¿Están locos? ¿Cómo son? ¿Se mueren de hambre? ¿Se lavan? ¿Comen algo? ¿Han encontrado mucho oro? ¿Es cierto que toda California está hecha de oro? ¿Van siempre los buscadores de oro sucios? ¿Qué comen? ¿Dónde duermen? ¿Pasan mucho tiempo cavando?
Dime…¿Me lo dirás? ¿Me lo contarás?
Pero, antes, tienes que enterarte. Tú no vives en California. ¿Verdad que no? Tengo una institutriz. Está a mi lado. Pretende convertirme en una señorita. Tiene un libro de Geografía abierto. Me dice que Streetman está en Texas. Tú vives allí. California es otro Estado. Miro el libro. Veo que mi institutriz tiene razón. Donde se ha encontrado oro ha sido en California. ¿Verdad? Mi institutriz dice que hablo demasiado y que debería de estar calladita. Pero nunca le hago caso.
Me imagino que dormirán a la intemperie. Me refiero a los buscadores de oro.
Espero con impaciencia tu respuesta. Me contestarás en breve. ¿Verdad? Creo que sí.
Nos vamos a ver muy pronto. Estoy segura de ello.
Te quiere y desea conocerte,
Tu prima Estelle.
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