Me tengo que ir, pensó Olivia con desesperación. Y yo no quiero irme. Ésta es mi tierra. Mi hogar...Pero mi padre quiere que me vaya. ¡No pienso hacerlo! ¡Me quedaré aquí!
Olivia miró el calendario antes de salir. Junio de 1848.
Se puso el sombrero. Ya llevaba el poncho puesto. El perro de Olivia, "Pike", empezó a ladrar. "Pike" era un perro ya viejo. Pero nada achacoso. Aún le gustaba jugar. Y corretear por "LA ISAURA". Olivia le acarició el lomo cuando pasó por su lado.
-Cuida de padre, "Pike"-le dijo-Yo tengo que hacer mucho. Eres un diablillo. ¿Lo sabías?-Se arrodilló junto a "Pike"-Me sigues a todas partes. Da gracias a Dios porque milord es un buen patrón. No le molesta que estés aquí. A Lily le gusta que estés aquí-Parecía que "Pike" entendía lo que decía Olivia-Sé que juegas con ella a coger el palito. Al final, me voy a poner celosa.
Se enderó. Volvió a acariciar el lomo de "Pike". Tenía mucho en lo que pensar.
El perro le ladró. Quiso seguir a Olivia. Pero la cocinera de Sean le llamó.
-¡Ven, "Pike", ven!-le llamó.
Le enseñó un bistec. "Pike" olvidó a Olivia. Fue corriendo a por el bistec. Olivia contempló la escena. Sonrió.
Había oído que se había encontrado oro en California. Los vecinos hablaban del tema con entusiasmo.
Fantaseó con la idea de viajar a California a buscar oro. Podría regresar a su pueblo convertida en una mujer rica. Viviría en una tienda de campaña. Cavaría buscando oro. Lo encontraría. Se consideraba una mujer afortunada en todos los aspectos.
Menos en uno...
Se dirigió al establo. Sean poseía pocos caballos. Unas cuantas yeguas...Unos cuantos caballos...Dos o tres potrillos...
"LA ISAURA", el rancho propiedad de Sean O' Hara, el padre de Olivia, no terminaba de despuntar.
Olivia O' Hara montó a su yegua "Yasmina". Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Las rechazó. Decidió que no iba a llorar. Ella sola había tomado aquella decisión. Era lo mejor que podía hacer. No quería hacerle daño a nadie. Y menos a una mujer como Danielle. Se mantendría alejada de Jack. Se quedaría en su tierra, pero alejada de Jack. Conocía desde hacía mucho a Danielle García, de ascendencia mexicana. Olivia no era tonta y se daba cuenta de cómo la miraba Jack. Él deseaba hablarle de amor y ella no quería oírle.
Tendría que hablar con él. Tendría que decirle que no le amaba.
Azuzó a "Yasmina". Quería huir de Jack. Era una situación demencial. Sentía algo especial por él. ¿Lo amaba? Una vez, Olivia pensó que amaba a Greg. Ahora, comprendía que jamás lo había amado.
Le daba miedo enfrentarse a Jack.
Le daba miedo decirle que debía de olvidarse de ella.
Soy una mujer fuerte, pensó Olivia.
Años antes, los Mackenzie, la familia de Jack y Kimberly, aparecieron en el pueblo en el que vivía Olivia. Streetman. Ésta era todavía una mocosa. Apenas estaba aprendiendo a caminar. El verdadero nombre de Jack era Jacob. Pero todo el mundo le llamaba por el diminutivo de Jack. Era un joven fuerte y trabajador. Le gustaba trabajar en los ranchos que le ofrecían un puesto como peón.
Jack tenía la edad suficiente para ser el padre de Olivia. De haberse casado joven, claro. A los ojos de éste, ella era todavía una niña. A pesar de tener veintidós años recién cumplidos.
Pero...
Todo había cambiado. Jack se había dado cuenta hacía años que Olivia ya no era una niña. Era ya una mujer. Una bella mujer...
Había crecido. Sus formas eran las propias de una mujer. Jack las adivinaba debajo de su poncho. Veía su hermoso rostro a través del sombrero de ala ancha que le tapaba la cara. Una cara que él había besado amistosamente alguna que otra vez. Sólo podía tener eso de Olivia.
Sí, conocía bien a Olivia. Tenía muchas cosas en común con ella. Lo cierto era que tenía más cosas en común con ella que con Danielle. Ésta decía que Olivia era una "marimacho". Lo malo era que no era la única que no pensaba así. Streetman era un pueblo pequeño. Vivían en él 400 habitantes. Olivia llamaba poderosamente la atención.
Olivia vestía pantalones. Mascaba tabaco. Decía palabrotas. Escupía tabaco. Sabía disparar. Tenía una buena puntería. ¡Sabía darle a una lata a un kilómetro de distancia! Jack lo había visto. Y estaba gratamente impresionado.
Se detuvo. Desmontó a "Yasmina". Estaba lo bastante lejos de su casa. Lo agradecía. A veces, Olivia necesitaba estar sola.
Empezó a caminar. Le habría gustado traer su rifle. O una de sus pistolas.
Necesitaba desahogarse. Tenía que dispararle a algo. A pesar de todo, era muy conservadora. Jamás iniciaría una relación con Jack. Lo admitía. Se sentía atraída por él. Pero...No podía entregarse a él. Jack jamás sería suyo. Olivia jamás se liaba con hombres casados. Ni lo había hecho antes ni lo haría ahora. Jamás había pensado en casarse. En enamorarse. En esas cosas...¡El amor era propio de las personas débiles! Y ella no era débil.
Había nacido en una tierra muy dura. Y quería dominarla.
Y su cabeza era un lío en aquellos momentos de soledad. Su padre quería enviarla lejos de allí.
Comenzó a caminar por aquella extensa pradera que se veía desierta. Olivia deseó desaparecer de la faz de La Tierra. Si su padre se salía con la suya, acabaría en otro país.
Y ella podría criticarle. Pero tendría que ceder y darle la razón.
Aunque...Le plantaría batalla. Una batalla perdida, admitió Olivia. Te estás volviendo débil, se recriminó. Y ya sabes que odias a las personas débiles.
-No me cabe duda de que ganarías una guerra-le dijo Jack-No te veo viviendo lejos de Streetman. Estás hecha para vivir aquí. Algún día, serás la dueña de "LA ISAURA". Y serás una ranchera muy rica.
Los dos estaban cuidando del ganado mientras estaban sentados en una roca. Jack estaba sentado cerca de Olivia y la joven estaba muy rígida. Fingía que estaba tranquila. Pero estaba muy nerviosa. Si Jack la tocaba, ignoraba lo que haría.
Le miró.
Jack no conocía a ninguna mujer como Olivia. Danielle odiaba la vida que llevaba a su aldo. Ninguno de los dos era feliz.
Cada vez que le veía, el corazón de Olivia daba un brinco. Era tan buen jinete como ella. Nunca le había visto vestido de manera elegante. Siempre vestía igual. Botas de montar...Botas que tenían espuelas. El cabello largo recogido en una coleta...Un pañuelo anudado al cuello...Sombrero de ala ancha...Camisa a medio abrochar...
La garganta se le secó a Olivia.
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