-Milord está soltero. Y no es idiota. Te mira y no ve a un hombre. Ve a una mujer.
-Milord se casará con una inglesa, si es que decide casarse. Con una inglesa delicada, bonita y rica-Y tonta, pensó Olivia-Es lo que hacen los que nacen en cuna de oro, como nació él. Se casan con mujeres de su misma posición social. Y yo soy una simple peón. No soy la clase de mujer con la que se casan los lores.
Ni con la que se casa nadie, pensó Olivia.
Se llevaba bien con el resto de los peones. Bromeaba y reía con ellos. Jugaba a las cartas con ellos en el "saloon". Bebía whisky con ellos. Jugaban a ver quién tenía la mejor puntería.
Ellos podían desearla como mujer.
Pero no la deseaban como esposa. Al final, todos buscaban a una mujer dócil con la que casarse. Y ella nunca había sido dócil. Al contrario. Era una joven demasiado salvaje e independiente como para casarse. Nunca sería una buena esposa.
¡Mejor para mí!, pensó Olivia. No necesito a nadie.
-¿Qué dices, Livie?-se extrañó Freddie. Un relámpago iluminó el cielo-Eres muy bella. Serías una fantástica condesa. O duquesa. Lily te adora.
-Lily está tan condicionada como yo. Y milord es un hombre raro. Él buscará, cuando quiera, una esposa de su misma clase social, te lo he dicho antes. Los aristócratas se casan con los aristócratas. Así ha sido desde el inicio de los tiempos. Y yo no cumplo los requisitos que él busca-Se oyó un trueno-Sería una locura.
-Entonces, no pienses más en milord.
-No pienso en él.
Freddie no lo sabe, pensó Olivia. Vio cómo su hermano apoyaba la espalda en la pared de la cueva.
¿Lo entendería Freddie?, se preguntó. Podía hablar con él.
A lo mejor, Freddie la entendía. Pero también podía poner el grito en el cielo. Freddie era fruto de una infidelidad. Podía entender los deseos de Jack de convertirse en el amante de Olivia. De engañar a Danielle. Pero no los aprobaría.
Podían divorciarse, pero un divorcio estaba siempre mal visto. Sobre todo, en un pueblo tan pequeño como lo es Streetman.
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