sábado, 2 de noviembre de 2013

LA VIUDA DE LA ATALAYA

Hola a todos.
El fragmento de hoy de La viuda de la atalaya es un poco más corto de lo habitual.
Mañana, no podré hacer ninguna entrada en ninguno de mis blogs porque me marcho a Cartagena a pasar el día.
Se lo dedico a una buena amiga de este blog y apasionada seguidora de esta historia, Judith Álvarez, más conocida como Citu. Citu no se encuentra bien y le pido a Dios que se recupere lo antes posible. Ella es fuerte y fijo que se pone enseguida bien. ¡Citu, amiga, cuídate mucho!
De ahí, que haya adelantado el fragmento de mi relato La estrella que pensaba subir mañana.
Vamos a ver lo que pasa hoy entre Stephen y Vanessa.

                               Stephen le escribió una nota a Vanessa. En ella le pedía que se reuniera con él en la catedral.
                                Lucille frunció el ceño al ver a su hija poniéndose una capa encima del vestido.
-No me gusta que te veas a solas con Stephen-le comentó.
-Los dos somos amigos desde que éramos pequeños, mamá-le recordó Vanessa.
-Pero el tiempo pasa. Ni tú eres una niña. Ni Stephen es un niño. La gente os ve mucho juntos y solos. Y ya sabes lo que le gusta murmurar.
-Stephen quiere ayudarme con Erin. Mi prima no está bien. Necesita toda la ayuda del mundo.
                             Vanessa se puso el sombrero. Abrazó con cariño a su madre. Y salió de casa.
-Volveré antes de la hora de la cena-le anunció.
                              Stephen la estaba esperando fuera, frente al castillo. Sonrió al verla salir. Le dio un beso accidental en los labios cuando fue a saludarla. Su intención real era darle un beso en la mejilla.
-No has debido de hacer eso-le regañó Vanessa, toda sofocada.
                              Se dirigieron a la catedral. A pesar de que estaba en ruinas, la gente seguía acudiendo allí los domingos a escuchar la Misa. De vez en cuando, se hacían confesiones allí.
                               El vicario Laurens estaba en su despacho cuando oyó dos golpes en la puerta. Para su sorpresa, entró una joven pareja a la que él conocía de verles por la isla y por la catedral.
-Vicario Laurens...-dijo Stephen-Venimos a hablar con usted.
-Pasad, hijos-les invitó el hombre-¿De qué se trata?
                            El vicario les invitó a que tomaran asiento frente a él. Estaba arreglando unas gestiones para casar a una pareja de la isla. La mesa del despacho de la catedral estaba repleta de papeles.



 -Queremos que si, es usted tan amable, nos dé cierta información-contestó Vanessa-Va a parecerle una locura. Se trata de una vecina de esta isla que vivió aquí no hace mucho. Unos treinta años o así...Nicole Bascomb...
                         El vicario Laurens frunció el ceño al escuchar el nombre de Nicole Bascomb. Como todos los habitantes de la isla, conocía la historia de la pobre Nicole de haberla oído. No había tenido el honor de conocerla en persona, ya que llevaba algunos años ejerciendo de vicario en Saint Patrick.
                          Vanessa y Stephen intercambiaron una mirada cargada de preocupación.
-¿Por qué queréis saber de esa mujer?-inquirió el vicario.
-Es sólo simple curiosidad-contestó Stephen.
                          El vicario no terminaba de creérselo. Recordó, entonces, que Vanessa vivía en el castillo donde había vivido Nicole tiempo atrás. Y se preguntó si era cierto lo que se decía. El espíritu de Nicole permanecía atrapado en aquel castillo. Convertido en un ánima en pena...Atormentando a las jóvenes que, como ella, habían sido abandonadas por los hombres que amaban.
-No suelo hacer esto a menudo-dijo el vicario Laurens.
                     Se puso de pie. Stephen y Vanessa le vieron salir del despacho. Casi sin darse cuenta, Vanessa le cogió la mano a Stephen y se la oprimió con fuerza. Stephen se llevó la mano de la muchacha a los labios. Quería calmarla.
                       El vicario Laurens regresó al cabo de un rato. Traía un viejo libro en las manos. Se lo tendió a Stephen. En aquel libro, según les explicó, estaba recogida toda la historia de la desdichada Nicole Bascomb. Aquel libro podía servirles de ayuda. Era un libro viejo y algunas hojas estaban pegadas las unas a las otras. Había sobrevivido al paso del tiempo.
-Está en el sótano de la catedral desde la muerte de esa pobre mujer-le explicó a Stephen y a Vanessa-Por lo visto, lo entregó un familiar suyo. Su tía...Si queréis saber algo de ella, toda la información viene aquí. Yo nunca me he atrevido a abrirlo. Pero conozco su historia. Lo que se cuenta de ella.
-¡Muchísimas gracias, vicario Laurens!-exclamó Vanessa.
-Iros en paz, hijos míos. Y rezad mucho. Rezad por vosotros. Es lo que yo haré.

Por cierto, una amiga nuestra que llevaba algún tiempo desaparecida de la blogsfera, la Princesa Jazmín, administradora del blog "Quisiera ser Amanda", ¡ha vuelto!
La entrada que hizo el pasado miércoles no tiene desperdicio. ¡Adoro a Johnny Depp!
Éste es el link de la entrada:

http://loschicosdelaprincesajazmin.blogspot.com.es/2013/10/una-caricia.html

6 comentarios:

  1. No sabía que Citu se encontraba mal, desde aquí un besazo enorme Citu y espero que te recuperes. Por cierto, pásalo genial en tu viaje a Cartagena. Un buen fragmento. Un besazo.

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    1. ¡Muchas gracias por tus palabras, Tamara!
      Un fuerte abrazo.

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  2. Hola! Llego a tu blog desde el intercambio de blogs de Tamara. Pásalo genial en tu viaje y espero que tu amiga se recupere pronto.

    Un saludo!

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    1. Hola Jessica.
      ¡Muchísimas gracias por tu visita! ¡Y muchísimas gracias por tus palabras hacia Citu!
      Me paso a saludarte.
      Un fuerte abrazo, Jessica.

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  3. Deseo que pases muy bonito tu dia en Cartagena. Ademas, también un saludo a Citu, deseando que se recupere pronto. Me encanto tu fragmento con suspenso. Espero la continuación, quiero saber de que trata la historia de Nicole Bascomb. – un blogdeepoca
    Saludes

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    1. Hola Yessy.
      Me alegro mucho de que te esté gustando "La viuda de la atalaya".
      Te invito a que sigas leyendo.
      Un fuerte abrazo.

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