sábado, 25 de julio de 2015

AMANTE Y AMADO

Hola a todos.
Entre mis escritores favoritos en lengua hispana está Antonio Gala. Me encanta la manera que tiene de escribir. Es bastante honesto en lo relativo a sus personajes femeninos, a menos, a mi entender. Las mujeres de Antonio Gala son como a mí me gustaría ser. Son valientes cuando toman una decisión.
No dudan en enfrentarse al mundo por ser como son. Por amar a quién aman de verdad. Son mujeres que se entregan en cuerpo y alma. Que se equivocan.
Y, a pesar de todo, siguen adelante hasta las últimas consecuencias. Pienso en Desideria Oliván, la protagonista de La pasión turca. No he visto la adaptación que se hizo al cine. Desideria se enamoró hasta la obsesión de un guía turco, Yamán. No dudó en dejarlo todo por amor a él. Pero se llevó la desilusión de su vida durante la convivencia.
Sin embargo, Desideria no lo abandonó. A pesar de que era consciente de que había cometido el mayor error de su vida.
¿Cuántas veces cometemos errores? Cuando nos enamoramos, el amor nos ciega. No vemos más allá de la persona amada. Creemos que es perfecta. Que su amor por nosotros es igual al amor que le profesamos.
En algunos casos, es así. En algunos casos, nuestro amor por esa persona es correspondido en igual medida por ésta.
Sin embargo, a veces, nos equivocamos. La persona de la que nos enamoramos no es el Príncipe Azul que pensábamos que sería.
Se convierte en rana. Para Desideria, Yamán era su Príncipe Azul. Y, en algún momento, se dio cuenta de que, en verdad, era una rana. ¿Por qué no le abandonó? Ella había dejado atrás su vida en Huesca. ¿Por qué no quiso volver?
¿Acaso le daba vergüenza regresar?
Tenía a Pablo, quién la quería muchísimo. Tenía a dos buenas amigas que la estaban esperando. Su hermano, a pesar de todo, la perdonaría. Desideria había dejado atrás un matrimonio fracasado con Ramiro. Lo había dejado por Yamán porque le daba todo lo que ella pensaba que quería. Sí, a nivel sexual la relación funcionaba bien.
Pero el tipo se las traía. Y hablo de Yamán. Le hace cada perrería a la pobre Desideria que no entiendo el porqué no le manda a freír espárragos. Disfrutar de un buen sexo no lo es todo en una relación.
El sexo es una parte importante. Pero no lo es todo.
Antonio Gala habla de que, en una relación de pareja hay dos miembros. Se tratan del amante y del amado.
El amante es el que ama. El amado es el que se deja amar.
En sus novelas, aparecen estos tipos de parejas. Bueno, también aparecen en sus cuentos.
Hay una persona que se entrega de verdad a la relación. Una persona que lo da todo en la relación. Y hay otra persona que se deja querer.
¿Eso es una relación? Me encanta la manera de escribir que tiene Antonio Gala. Pero discrepo en ese asunto. En una relación de pareja deben de aportar los dos lo mismo. Deben de amar de igual manera.
Uno no puede entregarlo todo. Ni permitir que el otro se deje hacer. Parece que le está haciendo un favor.
Yo te dejo que me quieras.
¡Eso no es! No se trata de una relación sentimental.
Se trata de otra cosa. Pero, desde luego, no es una relación de igual. A la larga, esa clase de pareja está condenada al fracaso. A la larga, los dos acaban sufriendo. En esos casos, es mejor romper. Así, se evitan males mayores. Se evita mucho dolor.
Sigo leyendo a Antonio Gala. Me encantó Los papeles del agua. 
La protagonista, Asunción, era escritora. Y tenía una forma muy directa de expresarse.
Se instala en Venecia donde vive mil peripecias. Y, al final, encuentra el amor allí.
No vi a ningún amante ni a ningún amado. Me pareció que ambos se amaban de igual modo.

 Portada de Los Papeles del Agua, de Antonio Gala.

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