lunes, 7 de mayo de 2012

CON EL CORAZÓN ROTO 153

Al día siguiente, Olivia salió a dar un paseo con "Yasmina". Sentía un fuerte dolor dentro de su pecho. Aún sentía sobre su boca la boca de Jack. No volvería a experimentar aquella deliciosa sensación.
No quería saber nada de los hombres. Pero necesitaba estar alejada de Jack. Azuzó a "Yasmina". La yegua fue más rápido y Olivia tuvo la sensación de estar volando. Jack seguiría viviendo en Streetman y lo seguiría viendo, no sólo en la calle, sino también en "LA PILARITA".
Tuvo que detener a "Yasmina". Había llegado ya al pueblo. Necesitaba descansar. Sintió un fuerte dolor dentro de su pecho que iba en aumento. Es tu corazón, pensó. Se te ha roto. No le había pasado nada parecido, ni siquiera cuando Greg la dejó. Sus sentimientos por Greg no eran ni la mitad de fuertes de lo que eran por Jack.
Desmontó a "Yasmina". La llevó hasta el abrevadero. La yegua bebió agua.
-¿Qué voy a hacer, "Yasmina"?-le preguntó a la yegua.
Vio a un hombre saliendo de la consulta del doctor Castro. Creyó ver a Anne entrar en la tienda de la modista. Había algunos hombres que salían a trompicones del "saloon". Un hombre se estaba afeitando en la barbería. Olía a pan recién hecho. La vida seguía a su alrededor. Pero Olivia no lo veía de ese modo.
Algo ha muerto en mi interior, pensó la joven.
Y contuvo las ganas que tenía de echarse a llorar.
Porque no debía de venirse abajo.

Lily se sentó en la mesa de su habitación.
A su mente, venían recuerdos de cuando era pequeña. Recordaba las historias que sus padres le habían contado. De cuando el hombre blanco llegó por primera vez a aquellas tierras. De cómo vivían los comanches cuando el hombre blanco no había pisado todavía aquellas tierras.
Lily abrió su diario. Mojó su pluma en el tintero. Debía de recordar aquellas historias.
-No deben perderse-pensó.
Era una manera que tenía de honrar el recuerdo de su padre.
-Piensa-se dijo Lily.
Era un regalo que le hacía a Dos Nubes y a Pluma Roja. Ellos le habían recordado quién era ella.
Y era comanche.
Fuera, soplaba con intensidad el viento. Son los espíritus, pensó Lily. Se pasean por La Tierra.
No los vemos, pero los sentimos.
Nos rodean.
Están ahí.
Lily empezó a escribir.

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