domingo, 31 de mayo de 2015

PASTILLAS E INFUSIONES

Hola a todos.
Últimamente, duermo mucho por las noches. No me gusta tomar pastillas para dormir. Lo cierto es que no me gusta nada tomar medicinas. Pero he sufrido temporadas de insomnio desde que tenía trece años.
Una vez, con esa edad, estuve sin dormir cerca de un mes. Intentaba agotarme de todas las maneras habidas y por haber. Lo que quería era dormir por las noches. Caer rendida en la cama y no despertarme hasta el día siguiente. Sin embargo, no lo conseguía. Empecé a tomar una taza de chocolate caliente. Y, poco a poco, me iba relajando. Empecé otra vez a conciliar el sueño por las noches. Cuando estoy en esos días en los que no puedo conciliar el sueño, no tomo pastillas. Nunca he sido muy amiga de tomar medicinas.
Sólo me tomo una pastilla cuando me duele la cabeza. Y, por lo general, cuando estoy resfriada. Desde niña, me han dado asco los jarabes que me mandaba el médico para el resfriado. Y soy muy mala tragando pastillas. He de chafarlas.
Y tienen un sabor, al mezclarlas con agua, muy asqueroso. Cuando siento que no puedo dormir, me levanto. Me preparo una tila caliente. Me he dado cuenta de que una tila me hace más que una pastilla. Sé que las medicinas son buenas. Te ayudan a ponerte bien lo antes posible.
Eso no quita que tenga desde siempre problemas para tomarlas. Me obligo a mí misma a hacerlo cuando estoy resfriada. ¡Pero porque no me queda otra salida!
Ahora, tengo problemas con la tensión.
La tensión baja se me dispara y se me ha puesto en diez cuando debería de estar en siete. Soy una persona muy nerviosa.
Cuando estoy tranquila, la tensión baja la tengo bien. El médico me ha mandado pastillas. Que me tome dos. Una en el desayuno y la otra en la cena.
No me gusta.
Pero no me queda otra que obedecer. He terminado por culpa de la tensión dos veces ya en Urgencia. ¡Y me desagrada!
Nunca me ha gustado estar enferma. No me gustó hacer reposo cuando estuve una semana sin moverme después de hacerme un esguince.
Tengo la sensación de que se pierden muchas cosas cuando uno está enfermo. Que las pastillas son un recordatorio de que algo en tu interior no funciona del todo bien. Y tienes que cuidarte más. Cuando te dicen eso, a veces, pienso que me estoy haciendo vieja. No en vano, el tiempo pasa muy deprisa.
Los días pasan volando, aunque no te des cuenta. Prefiero tranquilizarme tomando una tila. Una vez, me dieron medio Diezepan porque no podía dormir bien. Me dejó hecha un zombie.
Tenía ganas de hablar de este tema. El médico es el que te receta los medicamentos para que te cuides y te pongas bien. Otra cosa bien distinta es lo que tú sientas en el momento de tomar dichos medicamentos, aunque sea por tu bien.

1 comentario:

  1. Hola Laura, lamento lo que cuentas, y comparto lo poco que te gustan las pastillas, procuro no tomarlas, pero en ciertos caso es imposible no hacerlo. Sufro también de problemas para dormir, es algo normal en mí, y una tía me recomendó comer una manzana poco antes de ir a la cama y la verdad es que me ha ayudado mucho y es algo natural, así que no hace daño para nada; ojalá ese remedio casero te pueda ser de utilidad.

    Un abrazo muy fuerte.

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