miércoles, 11 de febrero de 2015

AÑADIDO "VIAJE DE IDA"

Hola a todos.
Aquí os traigo el, por ahora, último añadido a mi relato Viaje de ida. 
Si os quedasteis con las ganas de saber más de la vida de Daniel y Cressida una vez casados, aquí os traigo un fragmento de su vida como matrimonio.

                              El ham hock (lacón) lo sirvió la criada a la hora de la cena. Había sido asado.
                              Estaba acompañado por una guarnición de judías verdes.
                              Cressida atacó con entusiasmo la parte del ham hock que le sirvió la criada.
-Me gusta que tengas tan buen apetito-observó Daniel.
                               Llevaban casados unas pocas semanas.
                              Sin embargo, Cressida sentía que le conocía desde hacía siglos. Había aprendido a adivinar cada pensamiento que cruzaba por la mente de Daniel. Había aprendido a adivinar su estado de ánimo por su forma de hablar.
-¿Nunca has pensado en regresar a tu casa?-quiso saber la joven.
                            Daniel prefería no hablar de sus padres. Además de él, tenían otros hijos. Daniel siempre había sido un poco la oveja negra de la familia.
-Les escribí una carta a mis padres-contestó el joven-Deben de saber ya que estoy casado. Les caerías bien. Mi madre es una mujer muy agradable.
-¡Me encantaría conocerla!-afirmó Cressida.
-No sé si se alegrará de verme.
                            Daniel cogió la mano de Cressida por encima de la mesa y se la besó.
-¿Y por qué no va a querer verte?-le preguntó su mujer.
-Cuando me marché de casa, discutí agriamente con mis padres-respondió Daniel-Nos dijimos cosas espantosas. Nunca he sido un hijo modelo. Me gusta demasiado meterme en líos.
-No te has metido en ningún lío desde que llegaste aquí. Hiciste las cosas bien cuando nos conocimos y nos enamoramos. Estás siendo un buen marido.
                        Cressida se inclinó sobre Daniel y depositó un beso en su mentón. Lo besó también en la mejilla.
                        Él esbozó una sonrisa triste.
                        Se sorprendía así mismo recordando su vida pasada. Había sido feliz con sus padres. Sin embargo, estaba su maldito carácter impulsivo. Hacía lo primero que pensaba. No se detenía a pensar en las consecuencias de sus actos.
                       Cressida era como un bálsamo para él. Despertaba en él una intensa pasión. Pero, al mismo tiempo, sabía despertar en él una intensa ternura.
                       La deseaba. Y, al mismo tiempo, la respetaba. Cressida era la mujer con la que quería pasar el resto de su vida. Lo supo desde la primera vez que la vio.
-Tan sólo quiero hacerte feliz-le dijo con ternura-Te amo.
                        Se inclinó por encima de la mesa. La besó en los labios. La besó de manera dulce al principio. Sin embargo, poco a poco, el beso se fue tornando cada vez más apasionado. Más intenso...
                       Amaba a aquella joven.

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