martes, 20 de mayo de 2014

EMBARAZOS Y ABORTOS EN EL PASADO

Hola a todos.
La entrada de hoy tiene mucho que ver con la maternidad en épocas pasadas.
Hace muchos años, someterse a un aborto era algo realmente peligroso. No sólo se mataba al bebé, sino que también podía morir la mujer. Tanto si se lo provocaba una curandera como si se lo provocaba ella misma.
Un aborto espontáneo era algo peligrosísimo.
La mujer podía morir a consecuencia de una hemorragia si el médico no podía detenerla. Pero también podía enfermar a consecuencia de alguna infección.
El peligro iba en aumento dependiendo del periodo de gestación de la mujer al abortar.
Hay que tener en cuenta que, entonces, no existían las medicinas que hay hoy en día. Si la mujer sangraba y existía un riesgo real de aborto, se le recomendaba que se acostara y no se levantara. Pero, a pesar de todo, el riesgo estaba ahí y podía pasar.
El peligro también estaba presente a la hora de dar a luz.
Sólo las más privilegiadas contaban con la ayuda de un médico. Las que más debían de conformarse con contar con la ayuda de una comadrona experimentada. Casi siempre era una mujer vecina o familiar de la parturienta que había dado a luz a muchos hijos.
En el pasado, los instrumentales médicos no eran esterilizados. Tanto si era de clase alta como si era una pobre campesina, la futura madre también corría un serio riesgo al dar a luz.
Podía morir a consecuencia de una hemorragia tras expulsar a su hijo si no era controlada a tiempo.
Tras el parto, la mujer quedaba débil y era vulnerable.
La fiebre puerperal era una de las causas más frecuentes de muerte entre las parturientas.
Tiene su origen en las heridas que se producen en el aparato genital de la mujer después del parto. Este tipo de mal aparece a las 48 horas del parto.
En las novelas románticas, si el protagonista es viudo, su esposa ha podido morir a consecuencia de un aborto espontáneo que se ha complicado o muere durante el parto.
Son pocas las novelas en las que el protagonista queda viudo tras sufrir su esposa un aborto espontáneo. Pero hay novelas en la que el protagonista, al inicio, es un hombre felizmente casado y a punto de ser padre. Entonces, alguien, el malo de turno, aparece y mata a la esposa y al hijo no nato del protagonista. Ello sirve para que el héroe se llene de odio y jure vengar la pérdida de su mujer y de su hijito no nacido.
En muchas novelas, la protagonista está a punto de morir desangrada o a consecuencia de la fiebre puerperal tras el parto. Por suerte, se salva.
También puede estar a punto de sufrir un aborto porque sangra o le ocurre algo que puede hacer que aborte, pero, casi siempre, se salva de perder el bebé. Las pocas veces que una protagonista de novela romántica pierde el niño que espera casi se muere o tarda mucho en recuperarse. Sólo he encontrado una protagonista de novela romántica que da a luz a un niño que vive pocas horas, hijo del protagonista. Se trata de Caitlin, la protagonista de Pecado perfecto. Caitlin tarda lo suyo en recuperarse del parto y la putada que le hace el protagonista después no la ayuda demasiado.
En la novela Su único deseo, Ian, el protagonista, hizo creer a todo el mundo que su mujer había muerto a consecuencia de las fiebres puerperales. Sin embargo, su esposa muere cuando cae al río durante una violenta noche de tormenta en un forcejeo con Ian cuando éste va a buscarla después de haberse fugado de casa para ir al encuentro con su amante.
Lo he dicho siempre. El siglo XIX es una época perfecta con la que soñar. Pero es una época muy difícil para ser mujer. No eres dueña de nada. Ni siquiera eres dueña de tu persona ni de tu cuerpo. No podías rebelarte porque el mundo se te echaba encima. Debías de andar con pies de plomo si no querías ser condenada al ostracismo. No podías casarte con quien tú quisieras, sino que te buscaban un marido y debías de aceptarlo sin rechistar. Y, encima, corrías un serio peligro a la hora de dar a luz.
Una época con luces, pero también con demasiadas sombras.

 Portada de Su único deseo, de Gaelen Foley.

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón la era victoriana era una terrible época, pero el valor de muchas mujeres hizo que ahora tengamos un mejor futuro. Un beso y te me cuidas mucho

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