lunes, 26 de octubre de 2015

RETO HALLOWEEN: "UN ALMA ATORMENTADA"

Hola a todos.
Sé que hace días que prometí que iba a subir el relato para el reto de Halloween que organiza el blog "Acompáñame". Pero se me atascaba el relato y no podía subirlo.
Finalmente, revisando entre mis viejos relatos sin terminar, hice lo mismo que hice el año pasado con El fantasma del toro. Aprovechar el reto para terminar un relato que ya iba tocando.
Aquí os dejo con el relato con el que participo en el reto. Espero que os guste.

UN ALMA ATORMENTADA

                                   Han pasado unos cuantos años desde mi muerte. Estamos en el Año de Nuestro Señor 1812.
                                   Lady Patricia Peyton ha oído hablar mucho sobre mí. Es la hija de un baronet.
                                  Mi nombre es Belinda. Mi vida no ha sido nada fácil. Perdí a mis padres cuando era muy pequeña. Luego, pasé al cuidado de un amigo de mi padre.
                                  Mi familia era más bien pobre. El amigo de mi padre era un hombre rico. Cuando llegué a la adolescencia, entré a trabajar como criada en su casa. No se preocupó de enviarme a un internado. No sé leer. No sé escribir.
                                  Ningún miembro de mi familia quiso ocuparse de mí. Aquel hombre me trataba con sumo desdén hasta que crecí.
                                  Pero tuvo que violarme. Entró una mañana en la cocina mientras yo estaba preparando el desayuno y empezó a besarme a la fuerza. Juro que intenté defenderme. Que le arañé. Pero él empezó a pegarme. Nunca antes he estado tan asustada. Me volví loca cuando me di cuenta de lo que me había hecho. Estaba sangrando mucho y me dolía todo el cuerpo.
                               Lo peor vino cuando supe que iba a tener un hijo de aquel malnacido.
                               Morí cuando traje a mi pequeño al mundo. Lo último que escuché fue su llanto cuando nació. Fue un parto terrible. Yo me había ido de la casa de aquel miserable. Ni siquiera llegó a saber que iba a tener un hijo fruto de la violación de la que fui víctima por su parte. Tenía diecisiete años en el momento de mi muerte.
                                Mi hijo tiene la misma edad que yo tenía en el momento de mi muerte. Fue a parar a un orfanato. De allí, ha empezado a trabajar en la casa de los Peyton. Esta casa solariega se encuentra en Cripley Meadow. Lady Patricia es menor que él un año.
                              Desde donde estoy, puedo ver perfectamente lo que está pasando. Sé que le pusieron en el orfanato el nombre de Nathaniel Duncan. Se parece mucho a mi padre. Y lady Patricia...¡Me recuerda tanto a mi madre! Lady Patricia es una damita encantadora.
                             Ella no puede verme. Su doncella le ha contado historias acerca de una extraña dama que se pasea de noche por el sótano. Una mujer que parece velar el sueño del joven Nathaniel Duncan.
-A lo mejor, es su ángel de la guarda-comenta Patricia, mientras su doncella cepilla su largo cabello.
-A mí me da miedo esa mujer, milady-insiste la doncella-Tiene los ojos de color rojo fuego.
                             Me han visto varios criados de los Peyton. Soy una sombra que recorre el sótano con sigilo. Puedo hacerle la vida imposible a todo aquel se meta con mi pequeño Nathaniel.
                             Pero él ya no es mi pequeño. Ha crecido mucho.
                             Soy casi invisible para los miembros de la servidumbre. Intento que él sienta mi presencia protectora. Pero parece que tiene miedo de mí.
                             Hay quién dice que me oye gritar por las noches. Pero grito de pura desesperación por lo que estoy viendo.
                              No puedo quitarme de la cabeza la imagen de Nathaniel con Patricia. ¿Cómo no me di cuenta de lo que estaba pasando?
                              No pude hacer nada cuando, hace unas noches, Nathaniel se coló en la habitación de lady Patricia.
                              Ella no tardó mucho tiempo en ponerse de pie.
                              Se acercó a él y comenzaron a besarse con tanta pasión que me quedé paralizada.
                              Los espíritus oyen. Y ven.
                              Mientras se besaban con ardor, comenzaron a desnudarse el uno a la otra.
                              Yo no sé lo que es la pasión, pero Patricia ha sido la que ha despertado una pasión intensa en Nathaniel. Él no podía dejar de besar el cuello de la hija del baronet mientras caían sobre la cama.
                               ¿Qué pude hacer yo en aquel momento? Me han dicho que parezco un ánima en pena. Dicen que mi vestido está manchado de sangre. Debí de haber hecho algo para separarles. Pero no pude hacer nada.
                              Todo lo que hicieron aquella noche no lo pude hacer yo. Patricia le entregó su virginidad con alegría a mi hijo.
                             Vi las manos de la joven hija del baronet acariciando la espalda de mi querido Nathaniel.
                              Me oyeron gritar fuera.
                             Lo que más me dolió fue la forma en la que se miraron. Nadie sabe que el uno es dueño del corazón del otro. Se han enamorado y nadie lo ha visto.
                             Patricia tiene mucha confianza con su doncella. Confianza que nace de años de peinarla. De ayudarla a vestirse. Confianza que nace de la inexperiencia de Patricia.
                             Pero sabe que no puede contarle a nadie lo que yo sé. Mi hijo acabaría en la calle y sólo Dios sabía lo que le harían a ella. O lo que el baronet le haría a mi pequeño Nathaniel.
                              La cocina acabó hecha un desastre. Mi rabia fue tal que empecé a romper todo lo que encontré a mi paso.
                              No soy violenta. Uno de los encargados del orfanato donde Nathaniel se crió osó darle un bofetón porque no supo responder correctamente a una pregunta. Nadie le hace daño a mi hijo. Al día siguiente, aquel hijo de perra acabó tirándose desde la ventana del último piso del orfanato. Murió desnucado al caer al jardín.
                           El hijo de perra que me violó también tuvo un mal final. Le ayudé a morir ahogado en el río Támesis.
                           Pero no puedo hacerle daño a Patricia. ¡A ella no! Nathaniel la ama. Él no sabe la verdad sobre sus orígenes.
                         No me he atrevido nunca a aparecerme ante él y contárselo todo.
                         Los vi besándose con pasión y con ternura a la vez de manera larga e intensa.
                         Ambos temblaban de manera violenta. Les oí susurrarse palabras llenas de amor. Se hicieron muchas promesas.
                         Les oí jadear y los recuerdos de aquella aciaga mañana acudieron a mi mente. Pero no se trataba de la misma situación.
                         Presencié cómo Nathaniel besaba una y otra vez con deleite los pechos de Patricia. Cómo ella se retorcía de gozo mientras él lamía sus pezones.
                         La vi al día siguiente en el jardín. Traté de acercarme a ella, pero fue su madre la que me vio. La cara que puso la dama al verme fue de puro terror. Mis ojos parecían querer fulminar a aquella mujer que no tenía la culpa de nada. Empezó a gritar de puro terror. Yo necesitaba desquitarme con alguien.
                        Necesitaba olvidar de mi memoria la imagen de las piernas de Patricia rodeando las caderas de mi hijo.
                         Estuvo mal lo que hicieron.
                        Él se perdió en la humedad del cuerpo de la hija del baronet. Olvidó lo que era correcto.
                         Los dos se convirtieron en un animal de cuerpo extraño. Un animal que nació de la unión de sus cuerpos.
                        Se movía con ferocidad por aquella enorme cama adoselada. Sus gritos aún resuenan en mis oídos.
                        Nathaniel bajó al sótano por la mañana. Yo estaba esperándole sentada en su estrecho jergón.
                        Una lavandera ya se había despertado. Se puso pálida al observarme. Durante unos instantes, pensé que iba a ponerse a gritar.
                        No lo hizo. En su lugar, cayó desmayada sobre su estrecho jergón.
                        El ama de llaves estaba despierta. Se nota que ha pasado mala noche.
-¿Dónde has estado?-le preguntó a Nathaniel, nada más verle-No has bajado al sótano en toda la noche.
-He estado dando un paseo-respondió él, mintiéndole.
-¿Adónde has ido?
-Ya le he dicho que he estado dando un paseo.
                       Eran mentira. Yo quería gritárselo. Pero no podía hablar.
                       Nathaniel yace todas las noches en los brazos de lady Patricia.
                       Esta noche, ella ha bajado al sótano y él la estaba esperando desnudo. La ha desnudado y su cuerpo se estremecía al verla.
                       Es una joven realmente bella. Nathaniel no sabe lo que está haciendo. Vienen de mundos distintos. Su relación no tiene futuro.
                       Patricia se ha entregado a él sin reservas.
                       Lo que hacen no es la brutalidad que cometió mi protector contra mí. Se trata de verdadero amor. De algo que yo jamás he experimentado.
                        Doy un portazo cuando están juntos.
                       Me atormenta saber que mi hijo piensa en el hermoso rostro de lady Patricia mientras realiza los recados. Debería de buscarse una esposa de su misma posición.
                       He roto varios jarrones. El baronet cree que la casa está embrujada. Habla de ir a ver al sacerdote de la zona. Quiere limpiar la casa de fantasmas. Quiere echarme de aquí. No se lo pondré tan fácil. Mi hijo vive en el sótano de esta casa. Trabaja para él.
-¿Es verdad que hay fantasmas?-le pregunta Patricia a su madre cuando entra en su gabinete.
-No lo sé, cariño-responde la dama-Mis nervios están a flor de piel. ¿Dónde están mis sales?
-La doncella ha ido a buscarlas.
-No duermo por las noches. Veo a una joven que lleva puesto un vestido manchado de sangre.
                       Se roban besos Nathaniel y Patricia en el hueco de la escalera.
                       Nadie los ve.
                       Se abrazan detrás de los árboles del jardín.
                       Él besa los pechos de Patricia cuando se cuela en su habitación.
                       Esta noche, ella ha acariciado con sus manos el cuerpo de mi hijo en toda su extensión. Ha llenado de besos su torso. Ha mordisqueado sus tetillas. He visto cómo su lengua recorría su vientre. Y se perdía. Se perdía entre sus piernas.
                     Los recuerdos de lo que me hicieron golpean mi memoria. No quiero seguir mirando.
                     No quiero ver a mi hijo besando el vientre de lady Patricia. No quiero ver cómo besa su cuello con deleite. Cómo lame sus pechos.
                       Es demasiado doloroso para mí. Porque este amor está condenado.
                     Me oyen los criados gritar. Saben que hay un espíritu viviendo en la casa solariega del baronet. Pero no saben de mi secreta desgracia.

FIN
                             

6 comentarios:

  1. Hola Laura.
    Qué buen relato te ha salido y eso que no tenías muchas musas, jejeej.
    Donde hay cabeza, siempre queda algo.
    Gracias por contar con nosotros un año más y te recojo el relato para su posterior edición.
    Si alguien más quiere participar, todavía hay tiempo.

    Un saludo.

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    1. Hola EldanY.
      ¡Gracias por esta estupenda iniciativa!
      ¡Ha sido todo un placer participar en ella!
      Un fuerte abrazo.

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  2. Hola, Laura.
    Que terrible relato. La violación de Belinda fue fatídica, además haber muerto y quedar en pena al no poder cuidar a su hijo físicamente. Me gusto la creatividad de su contenido.
    Saludos

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    1. Hola Yessy.
      El relato es terrible por los motivos que mencionas.
      Siempre he pensado que no se deja de ser madre ni aún después de muerta. Es un estrecho lazo que te une a tu hijo aún más allá de La Muerte.
      ¡Me alegro muchísimo que te haya gustado, Yessy!
      Un fuerte abrazo.

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  3. Que grandes sois amig@s...Gracias por compartirlo

    Besitos

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  4. Hola
    Me encanta la entrada es muy bello :).
    Que tengas un buen día, un beso ;).

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