viernes, 3 de agosto de 2012

CRUEL DESTINO

                Creyó que se trataba de una broma. No podía ser cierto. O era una broma. O estaba soñando.
                Todo el mundo la estaba mirando. Mary supo que no se trataba de ninguna broma. De pronto, su familia se dio cuenta de que algo le pasaba.
               Creyó que se iba a desmayar. Por lo menos, estaba sentada.
               No está pasando nada, pensó Mary.
               El conde había ido a ver a su padre. Había pedido su mano en matrimonio. Mister Wynthrop había accedido. Mary iba a convertirse en la próxima condesa de Maredudd.
-¿No querías ser condesa?-le preguntó Sarah-¿No querías ser lady Maredudd?
              Mary no sabía nada. Todo le daba vueltas. Creyó que estaba soñando. Pronto, pasaría a la otra fase del sueño. Al ser que colgaba de entre sus piernas y que salía de su interior que yacía tirado en el suelo. En medio de un charco de sangre...Y el jardín...Volvería a aquel jardín.
           El salón empezó a dar vueltas. Al menos, ésa fue la sensación que tuvo Mary. Permaneció sentada en el sofá mientras, a su alrededor, todo el mundo hablaba. Pero ella no podía escuchar nada de lo que le estaban diciendo. Erika entró en el salón.
-¡Trae las sales!-ordenó mistress Wynthrop.
            Mary se encontraba en estado de shock. Erika regresó al cabo de unos minutos con un frasquito de sales. Sarah la destapó. Se lo pasó a Mary por las narices.
-Inhala despacio-la instó.
              Katherine no paraba de dar saltos de alegría por el salón. Estaba loca de alegría.



-¡Es una maravillosa noticia, Mary!-exclamó.
              Hablaba del vestido de novia de su hermana. Había que empezar a confeccionarlo. Debía de tener el vestido de novia más bonito del mundo, aseguró Katherine.
-¡Iremos a Llangefni!-le dijo a su hermana-¡Te harán el vestido de novia allí! La amiga de Sarah nos dirá qué modista puede hacerlo. ¡Vas a estar bellísima, Mary!
               Se iba a casar, pensó Mary. Iba a casarse con el conde. A su alrededor, todo el mundo estaba haciendo planes. No le preguntaron nada a ella. Creía que estaba en estado catatónico por la emoción. La boda se celebraría lo antes posible porque lord Robert no veía el momento de hacerla su esposa. Sería la nueva condesa de Maredudd.
-¡Vas a ser una excelente condesa!-le aseguró mister Wynthrop-Estoy muy orgulloso de ti, hija mía.
              ¡Qué no me bese!, pensó Mary mirando a Robert. No soy digna de él. No soy digna de nadie.
-Querida mía...-dijo Robert-¿No está contenta?
-Sí...-alcanzó a mentir Mary.
-¡Hermanita!-canturreó Sarah-¡Mi adorada hermanita!
             Katherine y Sarah abrazaron con cariño a Mary. La joven notó cómo sus ojos se humedecían. Su madre le acarició el cabello. Estaba visiblemente emocionada.
-¿Por qué estás llorando, hija mía?-le preguntó-¡Si es ahora cuando más contenta deberías de estar! ¡Vas a casarte con un hombre muy rico y poderoso!
             Mister Wynthrop abrazó a Mary lleno de orgullo. Su hija mayor aún podía darle un par de nietos fuertes y sanos. Y uno de esos nietos sería algún día el conde de Maredudd. Un título muy respetado en la comarca... María sería una excelente condesa. Era recatada y virtuosa. La clase de mujer que lord Robert estaba buscando.
-No llores, tonta-la exhortó Sarah-¿Qué va a pensar el conde de ti? ¡Pensará que eres una cría! Tú no eres una cría.
-Sarah tiene razón, Mary-corroboró Katherine.
-Es la emoción-afirmó Mary-No me lo esperaba.
-Ni una sola lágrima debe de bañar un rostro tan hermoso-intervino Robert.
               Mary se puso de pie. Prácticamente, sus hermanas la llevaron ante Robert. Éste la besó suavemente en los labios.
              Con aquel beso, Mary se puso rígida.
               Katherine y Sarah estaban entusiasmadas y no lo disimulaban. Katherine besó a Robert en las mejillas. Y también Sarah besó a Robert en las mejillas. Pero el hombre, al sentir los labios de su futura cuñada en sus mejillas, se puso tenso. Va a ser tu cuñada, le susurró una voz que procedía de su interior. No deberías de pensar así de ella. Céntrate en Mary. Va a ser tu esposa.
              Mary, en cambio, se dejó caer en una silla. Su rostro estaba vacío de expresión. Pero nadie pareció darse cuenta de ello.

4 comentarios:

  1. Un capi super interesante.
    Estoy deseando saber que pasará.
    Un super beso

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  2. A partir de este momento, las cosas se van a complicar. ¿Triunfará finalmente el amor? Te invito a que sigas leyendo.
    Un abrazo muy fuerte.

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  3. Hola Lilian!

    Vengo del blog de Raquel Campos, de leer la linda entrevista que te hizo.
    Es un placer ver que el número de amantes de las novelas de época no es escaso en absoluto. Ánimo con ese don para las letras!

    Un abrazo.

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  4. Hola Miranda.
    ¡Qué sorpresa más agradable! Gracias por los ánimos que me das. Son muy importantes porque me motivan a seguir.
    Gracias por todo.
    Un abrazo a ti también.

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