miércoles, 7 de marzo de 2012

HISTORIA DE DOS HERMANAS 6

-¿Qué te pasó el otro día?-le preguntó el señor Allen a Sarah-Vino a verte el señor Kirkcaldy. Y tu hermana bajó y nos dijo que no te encontrabas bien.
-Me dolía un poco la cabeza-respondió Sarah. Era mentira, por supuesto-Así que decidí acostarme un poco. ¿Por qué lo preguntas?
-El señor Kirkcaldy quiere verte-contestó el señor Allen-Ese hombre está interesado en ti.
-Pero yo no estoy interesada en él-replicó Sarah.
-Es un buen partido-insistió la señora Allen.
-¿Lo ves?-dijo Brigitte-Todo el mundo te lo dice. Apuesto a que Alex también te lo dice.
Sarah elevó la vista al cielo como pidiendo paciencia. Estaba sentada a la mesa con su familia a la hora del desayuno. Con gesto obstinado, untó su tostada con mantequilla. Vio cómo Brigitte bebía un sorbo de su vaso de zumo. El señor Allen leía el periódico al mismo tiempo que daba sorbos a su taza de café. Miraba a su hija menor por encima del periódico.
-Conseguir marido en la segunda temporada es más difícil que conseguirlo en la primera-aseguró la señora Allen.
Le dio un mordisco a su tostada.
Sarah bufó de una forma indigna de una dama.
-Sarah-la regañó Brigitte.
La aludida le dio un gran mordisco a su tostada y fulminó con la mirada a su hermana.
-Tienes que saber cómo comportarte-insistió Brigitte-Ya has sido presentada en sociedad.
La idea de casarse con Luke Kirkcaldy asustaba a Sarah. No habría amor en aquel matrimonio.
-Os agradezco que os preocupéis por mí-dijo la joven-Pero sé bien lo que hago.
-Ése es el problema-afirmó Brigitte-Que crees saberlo todo y te niegas a escuchar a los demás.
-Porque no tienen razón los demás.
Un rato después, Sarah salió al jardín a dar un paseo. Tenía la sensación de que la cabeza le iba a estallar. Se frotó las sienes.
Oyó cómo alguien se acercaba a ella por detrás. Se dio la vuelta y vio cómo Brigitte corría hacia ella.
Lo último que quería era escuchar los consejos de su hermana mayor porque no pensaba seguir ninguno.
-Mamá tiene razón-dijo Brigitte-Cuesta mucho conseguir una oferta de matrimonio en una segunda temporada. Te lo digo por experiencia. No he conseguido ninguna. Pero tú has rechazado varias.
-Mamá y tú os equivocáis-replicó Sarah-Puede que haya alguien especial esperándome en Dublín.
-Un buen partido, supongo.
-O el mendigo del teatro. Cualquiera saber.
-Te tienes que casar con un buen partido. Con alguien rico y con un título, a ser posible. Así podrás llevar una buena vida. Es el sueño de toda joven.
-No es mi sueño.
-Lo sería mío. De poder cumplirse. Pero eso no va a pasar.
-Podría ocurrir.
-Es mejor proyectar mi sueño en ti que esperar a que se haga realidad en mí.
Los ojos de Brigitte se llenaron de lágrimas. Sarah se sintió culpable por hacer enfadar a su hermana.
La cogió del brazo mientras caminaban. Sarah sabía que Brigitte tenía sus propios sueños y que se sentía impotente por no verlos realizados. Algunas noches, Sarah oía llorar a su hermana. Y se sentía culpable por ser tan egoísta. Pero tenía que serlo si quería salirse con la suya.
-Deberías de ser más optimista-le sugirió-Y pensar que alguien muy especial puede estar esperándote en Dublín. Ya escuchaste lo que dijo la modista. Eres muy guapa y deberías de acompañarme.
-Iré a Dublín con vosotros, pero no pienso ir a ninguna fiesta-afirmó Brigitte.
Sarah frotó con cariño el brazo de su hermana. Brigitte, a pesar de que lo disimulaba, podía ser tan terca como ella. Interiormente, Sarah se alegraba. Una mujer debía de ser fuerte. La vida podía ensañarse con ella. Y era su obligación plantarle cara.
-Si te arreglas un poco, darías una sorpresa-le aconsejó a Brigitte-Aunque no quieras verlo, eres tan hermosa como yo. O más. Piénsalo.

1 comentario:

  1. Me encanta!!
    Hola!!
    Siento que hoy no tenga el cuerpo para demasiados comentarios.
    Lo estoy pasando mal por ciertas cosas y no me apetece nada.
    Sorry!!!!
    Un beso

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