miércoles, 15 de octubre de 2014

EPÍLOGO DE "EN LA ISLA" (SEGUNDA PARTE)

Hola a todos.
Lo prometido es deuda.
Hoy, toca la última parte del epílogo de mi relato En la isla. 
Veremos lo que le depara la vida a Lily.
Estoy un poco triste porque esta historia está a punto de terminarse. Me ha costado mucho terminarla y he llegado a creer que entraría a formar parte de mi larga lista de historias sin terminar.
Finalmente, hoy puedo decir que aquí tenéis el final que se merece.
¡Vamos a ver lo que le ocurre a Lily!

                                     Meredith y Gabriel fueron los primeros en casarse.
                                      A las pocas semanas, se casaron Phoebe y el Reverendo Johnson. Sir Henry y lady Honora se sintieron muy felices de volver a ver a su hija mayor. Phoebe se enteró de que su antiguo prometido, el vizconde de Kirkcaldy, se había marchado al extranjero. Por lo visto, fue sorprendido en la cama de la esposa de un parlamentario tory. El escándalo que se organizó fue mayúsculo. El parlamentario le desafió a un duelo y le disparó en el rostro, dejándole desfigurado.
                                  Con la boda de sus dos primas, Lily se quedó sola en la casa de sus tíos. El Reverendo Johnson y Phoebe regresaron a Canterbury. Meredith se fue a vivir a la casa que Gabriel había arrendado en New Grimsby.
                                   Lily iba camino de convertirse en una solterona. Pero no quería perder la esperanza. Phoebe se había casado a una edad en la que muchas mujeres se habían quedado para vestir Santos. A ella podía pasarle lo mismo.
                               Sin embargo, Lily sentía una gran envidia cuando iba a New Grimsby acompañada de su doncella a visitar a Meredith. Era evidente que su prima se sentía flotar en una nube en compañía de su marido. Y Gabriel sólo tenía ojos para ella. Lily deseaba eso para sí. Deseaba ser amada.
                              A veces, se quedaba a dormir en su casa.
                              De noche, les oía.
                              Oía el susurro de los besos que se daban. Oía cómo el uno acariciaba con los labios cada centímetro de la piel del otro.
                               Y sentía un inmenso dolor porque Lily deseaba eso para sí. Deseaba ser amada por un buen hombre. Deseaba poder amar a un buen hombre.
                               Canterbury estaba demasiado lejos de Old Grimsby, por lo que Lily no podía ir a visitar a Phoebe tanto como quería.
                                El tiempo fue pasando. Lily se sentía que se estaba haciendo vieja.
                                Que estaba perdiendo su belleza.
                                A Old Grimsby llegó la noticia. Phoebe había tenido su primer hijo, fruto de su matrimonio con el Reverendo Johnson.
                               Tanto la madre como el niño se encontraban en perfecto estado. Porque resultó que fue un niño. Le llamaron como a su padre, Philip. Los felices padres no cabían en sí de gozo.
                              Sir Henry y lady Honora fueron a Canterbury a visitar a Phoebe. No veían la hora de conocer a su nuevo nieto. Ya habían pasado dos años desde la boda de Phoebe.
                                Y Lily seguía sin casarse.
                                 Meredith, por su parte, fue madre de dos niñas, fruto de su matrimonio con Gabriel. A la mayor la llamó Mary Therese, igual que su prima Lily. Ella agradeció de corazón aquel detalle.
                                 La menor se llamó Sophie. Era un nombre que les gustaba mucho tanto a Gabriel como a ella.
                                 Lily tuvo suerte. Captó la atención de un apuesto joven. Se llamaba Dover.
                                 Se había criado en las calles de Londres, hijo de alguien, como se suele decir. Dover tenía la misma edad que Lily. Trabajaba en la construcción de edificios.
                                  Dover viajó a Old Grimsby a trabajar en la reconstrucción de una casa situada cerca de la antigua fortaleza. Vio a Lily cuando la joven salió una tarde a pasear con su doncella cerca del lugar donde estaba trabajando. Y quedó prendado de ella. Lily también le vio. Tenía las manos manchadas con cemento. Pero no le importó.
                              Dover empezó a cortejar a Lily. Se ganaba de manera honrada la vida.
                              Sir Henry ya había escarmentado tras la huida de Phoebe. No le puso impedimentos a la boda cuando Dover le pidió la mano de Lily en matrimonio.
                               Se casaron un año después de la llegada de Dover a Old Grimsby. Fue un matrimonio muy feliz.
                                Sin embargo, el deseo de ser madre de Lily no se cumplió porque Dover y ella nunca tuvieron hijos. Aún así, se volcó en el cuidado de las hijas de Meredith y de Gabriel, Mary Therese y Sophie. Lily y Dover estuvieron muy unidos.
                                  Sólo se tuvieron el uno al otro. Pero no les importó. Se habían encontrado.
                                  Y se habían amado.



                           Los tres matrimonios fueron muy felices. Nunca discutían. Y siempre solucionaban sus problemas desde el respeto y desde el diálogo.
                          Al cabo de algún tiempo, Phoebe regresó a Old Grimsby en compañía de su marido y de su hijo. El Reverendo Johnson consiguió ser trasladado como pastor a la pequeña Iglesia del pueblo. Sabía que Phoebe deseaba estar más cerca de su familia.
                          Sólo tuvieron un hijo, Philip. Pero fueron una familia muy unida. Y fueron muy felices.

FIN

3 comentarios:

  1. Ohhhhh que bonito final Laura!!!
    Un abrazo

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  2. Uy que tierna historia, aunque mi pareja predilecta era la Meredith y Gabriel . Esta novela como te dije en la otra entrada es una de mis favoritas. Te mando un abrazo y cuídate

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  3. Bueno por lo menos el final parece que es bastante feliz jeje
    Hola siento no pasar mas a menudo pero es que ando muy liado y apenas dispongo de tiempo.
    Cuidate unos besotesssssssssssssssss

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