miércoles, 8 de octubre de 2014

EN LA ISLA

Hola a todos.
Hoy, tenemos un nuevo fragmento de En la isla, donde veremos cómo llega Phoebe a casa de lady Annette.
Citu me ha preguntado si escribiré la historia de Phoebe. En mi mente no está escribir su historia. Sin embargo, sí puedo adelantar que Phoebe tendrá su final feliz.
Esta historia tendrá una especie de epílogo en el que sabremos lo que le depara la vida a Phoebe. Lo subiré la semana que viene y sólo puedo adelantar que se tratan de muy buenas noticias.
Y hasta ahí puedo leer.

                                       Phoebe estaba dolorida tras dos semanas de viaje.
                                       La diligencia en la que Gabriel y ella había entrado en Canterbury. Estaba a punto de llegar a la casa solariega de lady Annette. Phoebe no quería pensar en la reacción de sus padres nada más enterarse de su huida.
                                        No quería pensar en eso en aquellos momentos.
-¿Falta mucho para llegar a casa de lady Annette?-le preguntó a Gabriel.
-Vive en las afueras de Canterbury-respondió el joven-Todavía queda un buen trayecto hasta que lleguemos allí.
                                     Gabriel se había comportado con ella como el más perfecto de los caballeros. Habían dormido en habitaciones separadas en las posadas en las que se habían hospedado. En ningún momento, trató de aprovecharse de ella o de ir a su habitación. Era algo con lo que Phoebe, ingenuamente, había soñado. Pero el comportamiento de Gabriel le delataba. Su mente y su corazón estaban con Meredith.
                                    Había llegado el momento de olvidarle. Había llegado el momento de intentar dejar de amarle. De ser feliz. De vivir su propia vida.
-Me gustaría regresar algún día a casa-se sinceró Phoebe.
-Deja que las cosas se calmen un poco-le exhortó Gabriel-Tus padres son buenas personas, en el fondo. Pero han obrado mal al intentar casarte con la fuerza con el vizconde. Tu huida les habrá disgustado. Pero acabarán entrando en razón. Confía en ello.
-Confío. Gracias, Gabriel.
                             Entonces, Gabriel y Phoebe divisaron un enorme edificio en la distancia.
                            Era una casa bastante similar a la que vivían los barones de Clarence en Old Grimsby. Una fachada similar...
                             Phoebe supo que había llegado a la residencia de lady Annette. El carruaje se detuvo al llegar junto al edificio.
                              Gabriel fue el que llamó a la puerta. Le abrió el mayordomo de lady Annette. A pesar de que conocía a Gabriel desde hacía mucho tiempo, le saludó con cortesía y con cierta frialdad. Hacía mucho tiempo que el joven no visitaba a lady Annette.
-¿Dónde se encuentra la señora?-inquirió Gabriel.
                                El mayordomo le explicó que lady Annette se encontraba en el salón. Los niños estaban en la biblioteca estudiando.
                                 Les gustaba mucho leer. Phoebe sabía que sus pupilos tenían siete y cinco años. El mayor de ellos se llamaba Marius. El menor de los dos se llamaba John.
                                 Fueron conducidos al salón. Lady Annette estaba sentada en un sillón cosiendo un corpiño. Lo tenía roto.
                              Tuvo que reconocer que lady Annette era una joven muy bella. Sin embargo, la sensación que tuvo al ver su cara Phoebe fue de que era una mujer triste. Sus ojos tenían un brillo apagado. Tenía el cabello de color castaño rojizo. Lo llevaba recogido en un moño a la moda que imitaba el estilo de la Grecia Clásica. Aquel moño era tan perfecto que ni un mechón de pelo se le escapaba.
                             Phoebe se sintió poca cosa ante ella.
                                 Se puso de pie cuando el mayordomo anunció la llegada de Gabriel y de la señorita Nancy Pembrooke. Phoebe se extrañó al escuchar aquel nombre. Pero recordó que se llamaba así desde aquel momento. Se sintió rara cuando Gabriel la presentó como Nancy Pembrooke. Ahora, me llamo así, pensó Phoebe.
                              Lady Annette se alegró mucho de ver a Gabriel. Habían pasado años desde la última vez que le vio. La presencia de aquel joven en su casa le recordaba a la época en la que era más joven. Cuando se estaba preparando para ser presentada en sociedad. De haber sabido lo que le deparaba su vida en común con su marido, jamás se habría casado con él.
-¡Mi querido Gabriel!-exclamó cuando se acercó a él.
                              Le dio un beso en la mejilla.
-Estás muy guapa, mi querida Annette-afirmó Gabriel.
-Cada día que pasa estoy más vieja-se lamentó ella-Me alegro mucho de verte.
-He traído a la joven institutriz de la que te he hablado. Ha estado enferma. Por eso, no ha podido venir antes. Y no quería que hiciera el camino ella sola.
-Has hecho bien, Gabriel.
-Te presento a la señorita Nancy Pembrooke.
-Encantada de conocerla, Excelencia-dijo Phoebe.
                             E hizo una reverencia.
                             Lady Annette pidió ver la carta de recomendación. Gabriel le había dicho que traía consigo una carta de redacción. Phoebe abrió su bolso de mano con mano temblorosa. Sacó un sobre cerrado.
                              Lady Annette rasgó el sobre con los dedos.
                              Extrajo una hoja de papel doblada.
                              Fue Meredith quien redactó aquella falsa carta de recomendación. La joven había firmado como lady Westley. Decía que la señorita Nancy Pembrooke había sido una excelente institutriz para sus hijas Felicia y Mary Jane.
                               La pena era que lord Westley pensaba en hacer fortuna marchándose a Ceilán. Y su familia debía de viajar con él. No era el clima adecuado para la señorita Pembrooke.
                               Con gran dolor de su corazón, lady Westley debía de prescindir de los servicios de la señorita Pembrooke. La salud de la institutriz no era buena.
                            Pero quería dejarla antes colocada. Por eso, se había puesto en contacto con Gabriel. Su marido había hecho negocios con mister Bane.
-Y he recurrido a ti precisamente-intervino Gabriel.



-De momento, mi marido no quiere que nos reunamos con él en Londres-contó lady Annette-Y mi hermano no piensa regresar de La India. Va a casarse. Su prometida es, por lo que me ha contado en la última carta que me ha escrito, una joven inglesa que vive en una plantación en las afueras de Jaipur. Si alguna vez regresa a Inglaterra, será para que conozca a mis sobrinos.
-Lamento oír eso-admitió Gabriel.
                          Lady Annette esbozó una sonrisa triste.
-No es culpa tuya de que me haya casado con un canalla y que mi hermano sea un completo irresponsable-afirmó con resignación.
-Pero no estás sola-le recordó Gabriel-Tienes a tus hijos. Me tienes a mí para lo que necesites. Y tienes desde este momento a la señorita Pembrooke.
-Espero que sea tan buena institutriz como dice en la carta de recomendación. Después, conocerá a mis hijos.
                           Gabriel besó a lady Annette en la mejilla.

2 comentarios:

  1. uy veamos que pasara, adoro esta novela . Te mando un abrazo

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    1. Hola Citu.
      La pena es que estamos llegando al final. Queda poco para que termine.
      Un fuerte abrazo.
      Y me alegro muchísimo de que te esté gustando.

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