viernes, 14 de septiembre de 2012

TARDÍO HOMENAJE

Te fuiste hace ya veinte años.
Perdona que haga tarde esta entrada.
He estado muy ocupada.
Yo, al igual que muchos, no te olvidamos. Te recordamos por todos tus trabajos. Por todos tus personajes...Has interpretado muchos papeles. Pero sólo te recordamos por uno. Lo cual me parece curioso. De tantos trabajos, sólo uno es el que más destaca sobre los demás. El perturbado Norman... ¿De verdad estaba tan loco? ¿O le volvieron loco? Es una de las muchas preguntas que me he hecho.
Han pasado veinte años desde que te fuiste. Aquella terrible enfermedad acabó contigo. Y lo hizo en muy poco tiempo. Yo quiero pensar que fuiste feliz en vida. Que viviste como te dio la gana. Por encima de todos aquéllos que te criticaban sin motivo. Porque ya sabes que a la gente le gusta hablar. Y le gusta hablar mal de los demás. Eso no ha cambiado en estos veinte años.
Fuiste el hijo de Gary Cooper en "La gran prueba". Enamoraste a Audrey Hepburn en "Mansiones verdes". Recuerdo a la perfección el monólogo de ella hablando del amor y de los sentimientos tan extraños que empezaba a sentir. Nunca antes nadie había descrito el amor como lo describió ella.
Te sentiste atraído por tu madrastra en "Phaedra". Estuviste casado con Sophia Loren en "Un abismo entre los dos". No sólo fuiste Norman. Fuiste un moderno Hipólito. Fuiste un reverendo enloquecido en "La pasión de China Blue".
Pero sólo se te recuerda empuñando un cuchillo y acuchillando a Janet Leigh en una ducha.
¿En serio te quedaste encasillado?
No lo creo. Recuerdo tu doctor Jeckyll en "Al borde de la locura".
Era un papel tan intenso. Te creías tus personajes.
Los hacías más reales. Eso era lo que más me gustaba de ti. Te debatiste entre la cordura que representaba Jeckyll y la locura que encarnaba mister Hyde. Podías dar miedo cuando querías. Pero también eras capaz de enamorar a quien estaba contigo. Y de enamorar a todos los que te estaban viendo. Tu encanto traspasaba la gran pantalla.
A nadie le extrañó que te concedieran el Premio Donostia en 1991, un año antes de tu marcha.
Aunque sea con dos días de retraso, te escribo esta carta.
Te parecerá muy cursi. No importa.
Querido Anthony, donde quiera que estés. Deseo de todo corazón que seas feliz. Fuiste humano. Viviste como quisiste. Pocos pueden decir lo mismo.
Nos has dejado un maravilloso legado. No sólo nos dejaste a Norman. Nos dejaste también a Abel. Nos dejaste a Josh. Tus personajes no han muerto contigo. Y quiero pensar que tú, de alguna manera, sigues vivo. Nadie muere del todo mientras se piensa en él.
Me quedo con una de tus frases. La pronunciaste antes de morir.
«He aprendido más acerca de amor, altruismo y entendimiento humano de la gente que he conocido en esta gran aventura del mundo del sida que lo que aprendí en el desgraciado y competitivo mundo en el que desperdicié mi vida.»
Te echamos de menos. No te olvidamos.

2 comentarios:

  1. Un recuerdo que siempre permanecerá vivo.
    Me encanta el homenaje que le dedicas.
    Besines

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  2. Es uno de mis actores favoritos.
    La pena es que sólo se le recuerda por sus papeles de psicópata cuando hizo muchos más, además de Norman. Le recuerdo más por su papel de Abel en "Mansiones verdes". Tenía la virtud de hacer suyos sus personajes y de que el público se los creyera. Nunca le olvidaré.
    Un abrazo, Anna.

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