viernes, 10 de mayo de 2013

LA ÚLTIMA TONTERÍA QUE HE HECHO

Hola a todos.
Antes que nada, quisiera daros las gracias a todos vosotros. A los que me leéis y no comentáis. A los que me comentáis. Sé que estáis ahí. Sin vosotros, la última locura que he cometido no habría sido posible.
Muy especialmente, me gustaría darle las gracias a nuestra querida amiga Aglaia Callia. Hace unos días, recibí un e-mail suyo dándome un consejo que quiero pensar que he sabido aprovechar.
Como os habréis fijado, he estado unos días sin hacer ninguna entrada en ninguno de mis blogs. ¿Motivo?
He decidido lanzarme a la piscina. Y esta vez va en serio.
He cogido una de las historias a la que más cariño tengo, Y la vida, mientras, va pasando. Me pareció demasiado larga, de modo que la dividí en dos partes. Estuve corrigiendo la primera parte. Cuenta una historia de amor imposible entre Roberto, el futuro conde de Mora, y Puri, una humilde campesina que trabaja labrando las tierras de los padres de él. Los dos son unos adolescentes y esta historia transcurre en un caserío del Garbanzal, una de las zonas más emblemáticas de La Unión a principios del siglo XIX.
No me he parado a pensar si una historia así interesaría a alguien. Me he pasado los últimos días corrigiendo como una loca para que todo quedara perfecto, añadiendo detalles que he creído que eran importantes y  hasta que, finalmente, la he enviado a una editorial.
Probablemente, esté a punto de darme la mayor leche de mi vida, pero, lo confieso, no me importa. En estos momentos, no quiero pensar en nada porque no quiero estar nerviosa.
Es posible que me rechacen de plano porque la historia, ciertamente, no es muy atractiva. Pero la escribí con todo el cariño del mundo, no sólo hacia mi ciudad, sino hacia mis personajes. Quería contar una historia que transcurriera a principios del siglo XIX de amor entre personajes de distinta clase social, pero quería hacer algo distinto. Y quería rendirle un homenaje a mi ciudad natal. La Unión, antes de ser La Unión, tenía su historia. Eran cuatro pedanías distintas de Cartagena: Roche, Portmán, El Garbanzal y Las Herrerías. Sin olvidarnos de sus caseríos. Dieciséis caseríos tenía en total El Garbanzal.
Y La Unión, antes de ser minera y flamenca, como se vende en los sloganes del Ayuntamiento, era tierra de campesinos y de pastores. Tierra de pan para llevar, como diría el cronista y bibliotecario de mi ciudad Paco Ródenas, al que agradezco de corazón toda la ayuda que me ha brindado para poder escribir esta historia.
No sé el tiempo que pasará hasta que me contesten. Pero diré una cosa. No me arrepiento de lo que he hecho. Siento que esto es sólo el principio. No quiero mirar atrás y pensar que no he arriesgado.

 Vista del Garbanzal, el lugar donde transcurre la acción de Y la vida, mientras, va pasando. 

11 comentarios:

  1. Querida mía, no sabes cuánto me ha alegrado leer esta entrada, y te diré que tu decisión no tiene absolutamente nada de tontería, es un acto de fe, de confianza en uno mismo y del deseo de perseguir los sueños, algo que nadie puede quitarnos. Más allá del resultado, que puede ser positivo, ¿por qué no con lo talentosa que eres?, está el hecho de que has dado un paso enorme y estoy muy feliz por ti. Ahora sé que te será más sencillo dar muchos más y será un placer acompañarte en la aventura.

    Mil besos y felicidades!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te debo a ti lo que estoy a punto de hacer. Y espero no estar cometiendo la mayor tontería de mi vida. ¡Espero que no!
      No sé si tengo talento o no lo tengo. Pero siento que nadie puede detenerme. Cruzo los dedos para que así sea.
      Un millón de abrazos, mi querida Aglaia.
      Y mil gracias por todo.

      Eliminar
  2. Hola Guapetona, así me gusta, muchos ánimos y muchos éxitos, y no te preocupes ese el el primer escalón, para atreverte a subir la escalera.

    Un abrazo.... Nos leemos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Me creerías si te confieso que lo paso mal cuando me subo a una escalera porque me dan miedo las alturas? Pues ésta es la sensación que tengo ahora mismo. De puro vértigo.
      Un fuerte abrazo. Y me paso a devolverte la visita.
      Gracias por todo, Laidy.

      Eliminar
  3. Animo y suerte con tu proyecto, se como te siente.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. ¡Mucha suerte!!
    Quien no se arriesga nada gana.
    Me alegra saber que tienes amiga que te quiere tanto, aprovechalo
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de verte, Anna.
      Aprovecharé el sabio consejo que me ha dado Aglaia. Pero el mérito de que me haya decidido es de todos. Y tuyo...Gracias por estar ahí, mi querida Anna.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  6. No creo que tenga nada de tontería. Felicitaciones por tomar el riesgo!
    Besos

    ResponderEliminar
  7. Yo también siento pánico cada vez que debo enfrentarme a nuevos retos, soy una gran cobarde :) pero arriesgarse y darle la cara a nuestros miedos es lo que nos hace crecer y avanzar en la vida. Eres una escritora talentosa y te deseo toda la suerte del mundo.
    La historia suena magnífica y me encanta que homenajees a tu tierra, que parece tan bonita y plena de un pasado interesante.
    Mucha suerte!
    Jazmín.

    ResponderEliminar