Anne sirvió café cuando los peones se detuvieron alrededor de las doce para descansar, que era cuando el Sol estaba más alto.
"EL BIZCO" se fijó en que Anne llevaba aquel día el cabello recogido en una trenza. Por lo general, Anne llevaba el pelo suelto. O bien lo llevaba recogido en un moño holgado.
-Te sienta bien esa trenza-le dijo.
Las mejillas de Anne se encendieron al escuchar aquel comentario.
-Gracias-se limitó a decir.
-Pareces una chiquilla-prosiguió "EL BIZCO".
-Gracias...Yo...
Anne se alejó apresuradamente del lado del "BIZCO". Se metió en la cocina y trató de recordar lo que quería comer el patrón.
Durante toda la jornada, "EL BIZCO" estuvo trabajando duro. Se atrevió a echarle el lazo a un novillo. A pesar de que los demás se reían de él porque no acertaba a ver dónde echaba el lazo. Se empeñó en marcar reses.
De vez en cuando, iba a la cocina. Anne estaba pelando zanahorias. Había puesto una olla a hervir.
-¿Qué quieres?-le preguntó.
-He venido a ver cómo estás-respondió "EL BIZCO".
-Ya me ves. Trabajando.
"EL BIZCO" se atrevió a darle a Anne un beso en la mejilla.
Ella se sobresaltó.
-¿Por qué has hecho eso?-le preguntó.
-Porque quería hacerlo-respondió "EL BIZCO".
Anne no atinó a pelar las alcachofas. Tenía que admitir que se sentía atraída por aquel hombre. Era el primer hombre que la había mirado con respeto desde que empezó a trabajar en "LA PILARITA". Porque es bizco, pensó Anne. Esa no era la causa, le susurró una vocecita interior.
Anne soltó una palabrota cuando se cortó partiendo un tomate. Presionó su delantal contra el dedo cortado.
Entonces, "EL BIZCO" entró de nuevo en la cocina. Vio a Anne sentada en una silla y se acercó a ella.
-¿Qué te ha pasado?-le preguntó.
-El maldito cuchillo-respondió Anne-No es nada. Es sólo un corte. Estoy acostumbrada. Pero...
-Duele.
-Mucho...
-A ver.
"EL BIZCO" cogió la mano de Anne.
Apenas le salía sangre.
Fue en busca de un paño.
Lo mojó en agua y regresó junto a Anne. Apretó el paño mojado contra el dedo de la cocinera.
Ella le miró con agradecimiento. "EL BIZCO" era un hombre bastante gentil, admitió para sus adentros.
-Eres muy amable-dijo.
-¿Te has mareado?-le preguntó.
-No. Estoy bien.
Entonces, sus miradas se cruzaron. Anne se inclinó hacia "EL BIZCO". Lo besó de lleno en la boca.
Él la miró entre asombrado y encantado.
-¿Por qué has hecho eso?-le preguntó.
-Porque quería hacerlo-respondió Anne.
Se puso de pie y se alejó de su lado, visiblemente ruborizada.
"EL BIZCO" salió de la cocina. Estaba muy contento. No le cabía la menor duda. Sus sentimientos hacia Anne eran correspondidos. Sin embargo, era consciente del rechazo que Anne sentía hacia los indios. Y él sabía que sangre comanche corría por sus venas.
Pero me ha besado, pensó "EL BIZCO".
"EL MUELAS" le salió al paso cuando se dirigía hacia el corral. Aquel hombre poseía el don de la inoportunidad, pensó "EL BIZCO". Siempre estaba contando historias absurdas de sus tiempos en los rodeos. Sin embargo, reconoció para sus adentros, parecía conocer el alma de las personas que le rodeaban.
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