martes, 3 de septiembre de 2013

CRUEL DESTINO

Hola a todos.
El fragmento de hoy de Cruel destino nos muestra la soledad en la que se haya sumida Sarah tras la confesión de Mary. No sólo no sabe qué hacer. También se siente sola con relación a Darko.
Todo puede pasar.

                     Sentada en la arena, Sarah intentaba dejar su mente en blanco. Quería olvidar la confesión que acababa de escuchar de labios de Mary.
                    Se ponía en la piel de su hermana. Hasta cierto punto, podía entender a Mary. Sin embargo...
                    Ignoraba lo que habría hecho ella de haber estado en su situación. ¿Habría sido capaz de seguir adelante con el embarazo? ¿Habría abortado?
                    En aquel momento, echó más que nunca de menos a Lilith. Y también echó más que nunca de menos a Darko.
                    Miró en todas direcciones. Darko no había llegado todavía. A lo mejor, no viene. Aquel pensamiento pasó rápido por la mente de Sarah.
                    ¿Cómo podía pensar así de Darko?, se recriminó así misma. Él nunca la abandonaría. Se dijo así misma que hablaría con él. Necesitaba desahogarse con alguien.



                    Darko sabría entenderla. Darko sabría cómo aconsejarla. La vida carecía de sentido para Sarah si su amado no estaba a su lado para aconsejarla. Para escucharla cuando tenía algún problema.
                  Sarah se puso de pie. Empezó a pasear de un lado a otro mirando por todas partes a ver si veía llegar a Darko.
                  Era ya noche cerrada. Sarah no había querido reunirse con su familia en el comedor a la hora de la cena.
                   Sentía que no era capaz de mirar a Mary a los ojos. No podría fingir por mucho tiempo que no pasaba nada. No se sentía capaz de guardar un secreto como el que tenía su hermana. Darko la ayudaría a olvidar. Pero su amado no terminaba de llegar. ¿Y si le habían detenido? Los detectives de Bow Street se la tenían jurada. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Sarah. Darko podría estar preso en aquellos momentos.
                  Estará al caer, se dijo la joven.
                  Se estaba haciendo tarde.
                 Empezaba a hacer frío. En cualquier momento, su padre podría despertarse. Iría a su habitación. Y vería que no estaba.
                  Sarah estaba al borde de las lágrimas.
                  Darko, susurró la joven. ¿Por qué no vienes?      
                  ¿Y qué estaba haciendo ella juzgando a Mary? Se suponía que tenía que apoyarla porque, después de todo, era su hermana. Sin embargo, no podía entender el porqué había obrado de aquel modo. ¿Por qué no le confió lo que le había pasado? Sarah habría podido ayudarla.
                   Vio a dos figuras besándose a cierta distancia de donde estaba ella. Sarah reconoció a las dos figuras. Eran Stephen y Katherine. Decidió que ya era hora de abandonar la playa y de volver a casa.

1 comentario:

  1. mmm, decidir un aborto es muy duro, o al menos debe serlo, porque nunca aborte. Un besazo.

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