sábado, 7 de julio de 2012

ALMACKS

Es, sin duda, el lugar con el que todos hemos soñado visitar alguna vez. Y bailar.
Se trata de Almacks.
La gran mayoría de nuestras novelas románticas favoritas muestran un baile que se celebra en Almacks.
Fue uno de los primeros clubes londinenses que admitía tanto a hombres como a mujeres. Un comité formado por las damas más influyentes de la sociedad de la época era el que lo presidía.
La única actividad conocida del club eran los bailes que se celebraban allí. Se celebraban sólo los miércoles por la noche. Sólo estaba permitida la entrada a todos aquellos que compraban el vale anual. Éste costaba unas 10 guineas. Este vale significaba el pase para entrar a formar parte de lo más granado de la alta sociedad de la época. Las damas que presidían el comité se reunían los lunes por la noche. Allí, decidían quién era admitido y a quién expulsaban.
¿Os lo imagináis? La vida social de muchas personas de la alta sociedad dependían de estas damas.
Encajaban en el perfil de la matrona cotilla que aparece en muchas de nuestras novelas románticas favoritas. Ellas eran las que decidían a quien se apartaba de la alta sociedad y a quién debían de admitir. 
Almacks era un edificio muy modesto.
El dinero no era necesario para ser incluido en el club.
Los nuevos ricos eran excluidos de allí. Tener título era importante. Los miembros debían de poseer, además, otras dos cosas. Buena educación. Y unos modales refinados. Se conocen casos de personas que no poseían mucho dinero. Pero sí tenían buena educación y eran refinados. Y fueron admitidos en Almacks.
No se servían allí comidas suntuosas. No tenían nada que ver con los bailes que se celebraban en las casas de las familias más influyentes de Londres. Bailes en los que se gastaba mucho dinero.
No se servían grandes cantidades de comida. Se servía pan cortado en rebanada fina y untado con mantequilla. Nada que ver con los canapés que se servían en las casas más lujosas de la ciudad. Para beber se servían té y limonada. Así se evitaba el escándalo de observar borrachos a los caballeros.
Se iba a Almacks principalmente para lucirse.
Para entablar relaciones con otros miembros de la alta sociedad. Era el lugar favorito donde buscar un marido. O donde buscar una esposa. Almacks se convirtió en el epicentro del Mercado Matrimonial de la época.
En la actualidad, Almacks ha sido sustituido por un edificio de oficinas. Pero una placa conmemora la existencia del club.
Y uno puede estar allí trabajando con el ordenador. Cerrar los ojos e imaginar que está en otra época. Suena una orquesta. Y baila el vals.

3 comentarios:

  1. Quien no ha soñado con este hermoso sitio y encontrar allí un atractivo Lord que nos deshaga con su encanto!!!
    Una preciosa entrada y un lugar con mucha historia!
    Un beso amiga!!

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  2. Habría dado cualquier cosa con tal de vivir en esa época. ¡Habría sido una experiencia increíble!
    ¡Un abrazo enorme!

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  3. ¡Hola! Mi nombre es Lourdes, socia de El club de las escritoras.
    Cuanta información interesante tienes, me encanta tu blog. Gracias por compartir tantos datos de otra época.
    Cariños Lou

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