Hola a todos.
Hoy, llegamos al desenlace de Fiesta de compromiso.
Después de varias semanas, por fin leeremos el final de la historia de Devin y Catriona.
Este domingo, me gustaría subir un epílogo contando qué fue de ellos y, de paso, que Nell también tenga su propio final feliz, que se lo merece.
El epílogo es un añadido mío actual porque, en el original, no existía. Pero me daba pena el final de Nell.
¡Vamos a ver lo que pasa hoy!
Habían pasados varias semanas desde que Devin pidió la mano de Catriona en matrimonio.
Al pie del Altar de la pequeña Iglesia de Innis Chonain, Devin se quedó sin habla al ver entrar a Catriona cogida del brazo de Gilroy y vestida de blanco. Tuvo la impresión de que estaba viendo un ángel.
Su compromiso había dado de qué hablar. Todo el mundo estaba al tanto de la ruptura de Nell y de Douglas. Así como de que Devin se iba a casar con la prima de la ex prometida de su hermano mayor. Douglas se opuso en redondo a la boda. Pero Devin no le hizo caso. Indignado, Douglas se negó a asistir al enlace.
Al llegar a su altura, Devin besó la mano de Catriona.
Siendo sinceros, le dolía la ausencia de Douglas.
Su hermano no se encontraba en Escocia en el momento de la boda. Había huído días antes. No le quiso contar a Devin los motivos de su marcha.
Los acreedores le perseguían. Además, el marido de una de sus amantes quería desafiarle a un duelo. Y era mejor tirador que Douglas. De modo que tuvo que huir. No le dijo a nadie adónde iba. Y Devin ignoraba cuándo regresaría.
Fue una ceremonia emotiva. Devin no echó en falta la ausencia de su hermano mayor. Tenía a Catriona a su lado. En un momento de la ceremonia, la muchacha rompió a llorar. Devin, saltándose el protocolo, levantó su velo de tul que cubría su cara. Llenó su rostro de besos. Quería consolarla y Catriona agradeció aquel gesto tan tierno.
La ceremonia prosiguió cuando la joven dejó de llorar. Intercambiaron los anillos. Y se juraron ante Dios y ante los hombres que se amarían eternamente. Que permanecerían siempre juntos. Y que el engaño no existiría entre ellos.
-Y yo os declaro marido y mujer-pronunció el sacerdote.
-Ya estamos casados-sonrió Catriona.
No pudo decir nada más porque Devin la abrazó con fuerza y se fundieron en un beso largo y prolongado.
Al separarse, Catriona recibió el abrazo de su madre. Luego, su padre también la abrazó y Catriona vio que tenía los ojos llenos de lágrimas. Entonces, Nell la abrazó con fuerza. Le dio un beso en la mejilla y le deseó toda la dicha del mundo.
-Que seas feliz en la vida-le dijo-Y que el amor te acompañe siempre.
-Prima...-dijo Catriona-Sé feliz tú también. Llegará el día en el que olvides a Douglas. Encontrarás un hombre al que amarás y que también te amará. Te hará feliz. Sólo tú existirás para él. Ten fe en ello, Nelly.
-Gracias...
La celebración nupcial tuvo lugar en la casa de los Campbell. Acudieron todos los habitantes de la isla.
Nell se mantuvo un poco al margen de la fiesta. Disfrutó viendo cómo Catriona y Devin cortaban el pastel.
Se brindó a la salud de los recién casados después de eso. Animada por su tía, le tocó a Nell pronunciar unas palabras.
-No sé muy bien qué decir-empezó hablando-Sólo quiero deciros que estoy muy contenta. Y que seáis muy felices.
No fue un discurso muy elocuente. Pero las palabras de Nell salieron de su corazón. Catriona admiró su gesto. Bebieron todos champán a la salud de los recién casados.
Devin y Catriona pasaron su primera noche de casados en la posada de Innis Chonain. Los dos tenían la sensación de estar sumidos en un sueño. Y no querían despertar.
Devin contempló a Catriona. Visualizó una vida repleta de dicha a su lado.
Una idea pasó por su mente y quiso compartirla con ella. Se preguntó si Catriona estaría de acuerdo.
-Ya no hay nada que me ate a Edimburgo-se sinceró-Si te soy sincero, todo lo que tengo me une a esta isla. No quiero regresar a Edimburgo. Me quiero quedar contigo aquí. Quiero que vivamos en esta isla. Así, estarás cerca de tus padre.
La oferta dejó muda a Catriona. Había dado por sentado que Devin y ella vivirían en Edimburgo. La idea de separarse de sus padres y de su prima la destrozaba. Notó cómo su recién estrenado marido le apretaba la mano. No sabía bien qué decir. ¿En serio Devin iba a renunciar a vivir en Edimburgo por ella? Me ama tanto como yo le amo a él, pensó Catriona dichosa.
-No puedes estar hablando en serio-afirmó.
Se perdió en los ojos de Devin. Vio sinceridad reflejada en aquellos ojos. Unos ojos que no se cansaban de mirarla con amor. Se llevó la mano del joven a los labios para besársela. Catriona tuvo la certeza de que Devin y ella estarían siempre juntos. El joven no se parecía en nada a Douglas. ¿Por qué había tenido tantas dudas al principio?
-Soy una estúpida-pensó.
Y dijo en voz alta:
-¿Y qué va a pasar con tu vida en Edimburgo? Tus amigos...Todo lo que tienes allí. ¿Qué va a pasar?
Devin tomó aliento.
-Mi vida está aquí, contigo-contestó-Viviremos en una casita en esta isla. Desde aquí, podré ocuparme de los negocios de mi familia.
Catriona esbozó una sonrisa de alegría. Devin estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por hacerla feliz.
-Nunca dejes de sonreír, mi querida Cathy-le pidió el joven-Sólo tú me llenas de dicha. Y quiero hacerte feliz.
Los dos se fundieron en un beso cargado de ardor. El traje de novio de Devin y el vestido de novia de Catriona desaparecieron.
Se abandonaron el uno en brazos del otro. Se besaron muchas veces. Se abrazaron con fuerza. Se acariciaron mutuamente con las manos y con los labios.
Devin no dejó ni una porción del cuerpo de Catriona sin chupar. Sin lamer.
Catriona quedó encima de él. Su cabello castaño caía sobre sus hombros. Los ojos de ambos estaban muy abiertos. Se besaron muchas veces mientras daban rienda suelta a todo lo que sentían. Se entregaron el uno al otro.
-Juro que me dedicará a hacerte feliz-pensó Devin-No sólo te demostraré mi amor con palabras. Te lo demostraré con gestos. Te verás reflejada en mis ojos. No te dejaré nunca. Nos tenemos el uno al otro. Seremos muy dichosos en Innis Chonain. Tú perteneces a esta isla. Yo también pertenezco a esta isla. Tu corazón está aquí. Y mi corazón está donde estás tú, Cathy.
Devin sonrió al pensar en el futuro que le aguardaba. Catriona sonrió al imaginar su vida al lado de su marido. Su marido...¡Qué raro sonaba en su mente! Pero así era. ¡Estaba casada con Devin!
Mientras tanto, Nell se encontraba sola en su habitación. Permanecía acostada en su cama recordando lo ocurrido a lo largo de aquel día. Sonrió al pensar en lo feliz que era Catriona. Pero su mente la traicionaba. Le hacía pensar en Douglas. ¡Cuán falsos habían sido todos los besos que le había dado! Se sentó en la cama. Tengo que olvidarle, pensó Nell. He de hacer algo para sacármelo de la cabeza. Jamás podría haberse abandonado en sus brazos sabiendo que no era amada.
Acabó sentándose en la cama.
¿Seré feliz yo algún día?, se preguntó.
¿Seré amada? ¿Podré volver a amar?
Aún estaba muy reciente la ruptura de su compromiso con Douglas. Su corazón todavía lloraba por él. Pero Nell esbozó una sonrisa. Antes o después, encontraría el amor. Y aquel amor sería verdadero. Y correspondido...
No pongo fin todavía porque falta el epílogo, que subiré el domingo.
Espero que hayáis disfrutado de esta historia y que os haya gustado.
El lunes, nueva historia. Bueno, es una historia vieja, pero quiero compartirla con vosotros.
¡Mil gracias por estar ahí!
¡Hasta mañana!
Uy estoy enamorada de Devin y me alegro que se casara con Catriona la ceremonia fue genial . Espero que Nell encuentre el amor . Te felicito por tu hermosa historia y te mando un abrazo
ResponderEliminarTremendo final! Me encanto, muy bien elaborado. Buena idea, que nos regales a leer el epilogo. Y de paso, que será de la pobre Nell.
ResponderEliminarUn saludo