PA' TRÁS NI PA COGER IMPULSO

Llevaba algún tiempo dándole vueltas a esta idea. La verdad sea dicha, es el sueño de mi vida. ¡Ver publicado mi primer libro! Pero...No sé.
Empiezo diciendo que, en los próximos días, borraré las entradas de mi blog "Entre el cielo y la tierra" de mi historia "Y la vida, mientras, va pasando". Os preguntaréis el porqué de esta decisión. Es muy sencilla. Me gustaría intentar dar este gran salto y publicar esta historia. La historia del honorable don Roberto Colina y Yáñez, conde de Mora, y su familia. Una historia llena de amores imposibles, dolor y secretos inconfesables en la Cartagena de las primeras décadas del siglo XIX.
Visto de ese modo, el argumento atrae bien poco. Pero es una historia a la que le puse todo mi cariño.
Para empezar, quería contar una historia que transcurriera en mi ciudad. No la historia de mi ciudad. Eso es algo bien distinto. Como muchas novelas que transcurren en otros sitios, yo quería escribir una novela que transcurriera en el Campo de Cartagena.
A principios del siglo XIX, La Unión no existía. Existían Las Herrerías, El Garbanzal, Roche, Portmán y sus caseríos. Todos se dedicaban a la agricultura y a la ganadería. No existía la minería, que fue lo que impulsó el auge de La Unión.
He ido muchas veces a la biblioteca y llegué a hacerme amiga de Paco, el bibliotecario, el cual, además, es el cronista de La Unión. Me dio mucha información útil. Hice preguntas, tomé apuntes, leí libros, tomé notas. Quería saber cómo eran tres lugares clave en mi historia a principios del siglo XIX: Cartagena, Roche y El Garbanzal.
Mi prima Antonia, una de mis mayores aliadas a la hora de escribir esta historia, me dejó un libro que tiene sobre la historia de Cartagena. ¡Muchas gracias por todo, prima!
Y empecé a crear los personajes: Roberto, Eva, Miriam, Paula...
Los creé con mucho cariño y mucho mimo. Confieso que le cogí mucho cariño a Roberto. Todo un caballero. Sé que están de moda los hombres duros y viriles de oscuro pasado, pero el conde me ganó con sus modales impecables. Además, que tiene su pasado. Quise que fuera un romántico incurable porque me gustan los hombres románticos.
Publicar es una decisión que hay que pensarla muy mucho. Y yo llevo mucho tiempo dándole vueltas a esta idea. No me atrevía a hacerla. No están los tiempos ahora como para gastarse el dinero en comprar libros. Eso era lo que me detenía. Quizás el argumento no sea muy atractivo que digamos, incluido el lugar, pero me siento orgullosa de mi historia. No sé si tendrá éxito o me daré la leche del siglo. Me asusta la idea de intentarlo.
Es como volar sin red. Da vértigo. Da miedo. Pero te sientes más viva que nunca.
Este año, me han ocurrido muchas cosas buenas.
Tengo este blog, que tantas alegrías me da. Mi casita donde escribir tranquilamente. Y os tengo a vosotros, que leéis y comentáis. Y me dais ánimos para que siga adelante y haga realidad mi sueño.
También soy miembro del Club de las Escritoras. Dulce siempre está ayudando a las escritoras nóveles sin pedir nada a cambio. A ella también, le doy las gracias.
A Anna, Rae, Wendy, Aglaia...Por sus consejos...Por saber orientarme en cada momento. Gracias también.
Este año, participé, como ya he contado, en el concurso de relato corto que organizó Anna en su blog. No gané nada, pero se me quitó el miedo a que alguien leyera mis historias.
Y, luego, está "A través del tiempo y del espacio".
Este martes, después de mucho pensarlo, me decidí a publicar aquí mismo, la primera parte de un cuento en el que relato, de manera ficticia, cómo llegan los restos humanos encontrados en la Cueva Victoria hasta allí. Un cuento que transcurre en la Prehistoria con una pareja de Homo Erectus como protagonista. Pensé que era algo nuevo y diferente. Y decidí arriesgarme. Ha gustado. Y eso ha sido lo que me ha dado el impulso definitivo.
Estoy nerviosa. Estoy eufórica. Tengo como nausicosquilleos, como diría Homer Simpson, en el estómago. Pero, sobre todo, me siento más fuerte que nunca. Y estoy más que decidida a hacerlo.
Pensaré en vosotros. En todos los consejos y ánimos que me habéis dado. Y sabré que el esfuerzo habrá valido la pena.
¡Aviso! Si todo sale bien, quizás también me decida a publicar "Cruel destino". Las vidas del conde de Mora y de las hermanas Fernández siempre estarán ligadas.
Muchas gracias por todo. ¡Y deseadme suerte porque la voy a necesitar!

 Este año, va a ser que no. ¡Pero será el próximo! ¡Ya lo veréis!
La frase del título de la entrada la cogí de un culebrón que emitió La 1 hace un porrón de años. "Alejandra" se llamaba. La madre de la prota era una mujer a la que la vida había puteado, con perdón, en demasiadas ocasiones. Pero ella misma se repetía una y otra vez esa frase como un mantra para no venirse abajo.
Creo que tiene razón en lo de "Pa' trás ni pa coger impulso".