lunes, 2 de febrero de 2015

LA PETICIÓN

Hola a todos.
Entre hoy, mañana y pasado espero poder terminar de subir mi relato La petición. 
Vamos a ver cómo cómo avanza la relación entre Christine e Ian.

-¿Qué estás haciendo aquí?-le preguntó una noche Christine a Ian.
-He venido a darte las buenas noches-respondió el joven con sinceridad.
-¡Oh, Dios mío! ¿Te has vuelto loco? Te puede ver alguien. ¡Mi madre podría verte!
-Déjame que me quede contigo.
                       Ver a Ian en su habitación al filo de la madrugada era algo que Christine jamás imaginó que pasaría.
                        Pero él estaba allí. Estaba cerca de su cama. ¡Y se estaba quitando la ropa!
                        El corazón de Christine empezó a latir a un ritmo enloquecido. Su sentido común le indicaba que debía de echar a Ian de su habitación. Pero no sabía qué hacer.
                        Ian sí sabía el porqué había acudido al cuarto de su prima. Necesitaba estar con ella. Quería estar con ella de todas las maneras.
-¿Quieres que me vaya?-le preguntó con voz ronca mientras se despojaba de la ropa interior.
                        La garganta se le secó a Christine al ver a su primo completamente desnudo ante ella. No era capaz de pensar con racionalidad mientras pensaba que poseía un cuerpo esbelto y bien formado.
                        Ian se metió en la cama junto a Christine como algo normal. Debía de ser algo normal porque el miedo se le pasó a la joven de un plumazo.
                        Ian acarició con la mano el cabello suelto de Christine.
                        Desató los lazos de su camisón al tiempo que empezaba a besarla de manera frenética.
                        Le sacó el camisón por la cabeza y Christine le ayudó en su tarea.
-No...-alcanzó a responder la joven-No quiero que te vayas.
                         Estaba temblando. Dejó de temblar cuando Ian la abrazó con fuerza. Quería protegerla de todo.
                         Christine no se envaró cuando las manos de Ian comenzaron a acariciar su cuerpo. Ni cuando empezó a besarla en el cuello. Se sorprendió así misma devolviéndole todos los besos que le daba. Estaba siendo sincero con ella cuando le decía que la amaba. También lo amo, pensó Christine con estupor. No podía pensar con claridad ni recordar la promesa que le había hecho a Marsali.
                         Ian también la deseaba.
                         Lo sintió cuando la lengua del joven se paseó por los senos de Christine. Cuando sintió la piel caliente de la joven en contacto con la piel caliente de Ian.
                          Los recuerdos no se interpusieron entre ellos. No pensaron tampoco en Alyssa, que dormía en la habitación contigua a la habitación de Christine. No pensaron en nada de eso. Tan sólo estaban ellos dos.
                          Ian mordisqueó el lóbulo de la oreja de Christine.
                          La muchacha no sintió dolor alguno cuando el cuerpo de Ian invadió su cuerpo. Tan sólo se aferró a él con más fuerza que antes.
                            Al terminar, Christine tenía la sensación de estar mareada.
                            Ian llenó de besos su cara mientras le repetía una y otra vez lo mucho que la amaba.
                            Fue el primero en quedarse durmiendo. Christine no terminaba de creerse lo que había pasado. Lo que acababa de pasar entre su primo y ella.
                            Tardó en quedarse dormida con la cabeza apoyada en el hombro de Ian. Sintiendo cómo su mano rodeaba la cintura de ella.



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