Hola a todos.
Después de dos semanas sin subir ningún fragmento de esta historia, hoy, por fin, retorna a mi blog La viuda de la atalaya.
En esta ocasión, el fantasma de la atormentada Nicole Bascomb va a hacer de las suyas.
Es un fragmento corto. Pido perdón por no haber subido esta historia antes y porque este fragmento sea tan corto.
Pero espero que os guste.
En opinión de todos, Vanessa sólo poseía un único talento. Era bastante buena pintando. La chica pasaba largas horas dibujando. Compraba lápices de colores. Compraba cuadernos de dibujo. Plasmaba todos sus pensamientos en aquellos cuadernos.
Aquella tarde, subió a la atalaya a dibujar.
Pasabas muchas horas aquí, pensó Vanessa.
Podía percibir a Nicole cerca de ella. No la veía y tampoco la escuchaba. Pero sí la sentía.
-¿Qué estás dibujando?-le preguntó Lucille.
Vanessa estaba sentada en el suelo. Lucille se inclinó para mirar bien el dibujo.
-Es Nicole Bascomb-respondió Vanessa-La estoy dibujando. Yo siento que ella está aquí, mamá.
Lucille veía una figura femenina. Estaba envuelta en la oscuridad.
-¿Estás dibujando a un fantasma?-se inquietó la mujer.
-No sé qué hacer para ayudarla-admitió Vanessa.
-No me gusta que pienses en esas cosas. Los fantasmas están para dejarlos quietos y no meterse con ellos. ¡Quién sabe lo que podrían hacer! Y no te preocupes por Erin, querida. Nosotros la ayudaremos.
Vanessa no lo creía.
Antes, Erin era distinta. Bromeaba con ella y le decía que iba a ser una pintora famosa.
Nicole se acercó a Vanessa. Iba camino de convertirse en una hermosa muchacha, delicada y educada. Todo lo que Nicole nunca había sido en vida.
A Vanessa se le habían deshecho los rizos que le había hecho Erin días antes. No se atrevía a rizarse ella misma el pelo. Estaba segura de que se le quemaría. Era un desastre. Erin siempre había sido mucho más coqueta que ella.
Vanessa poseía un porte digno de una aristócrata. Y sus modales eran muy refinados.
-Te has enamorado-oyó que una voz le susurraba-Y eso no es bueno. El amor lo destruye todo.
Vanessa sintió cómo se le paraba el corazón. Lucille se angustió cuando la vio ponerse pálida de golpe. Es ella, pensó Vanessa.
-¿Estás bien, cariño?-le preguntó Lucille.
-Nicole está aquí, mamá-respondió Vanessa.
De pronto, Lucille empezó a tiritar de frío.
-Será mejor que nos vayamos-sugirió-Están a punto de dar las cinco. Y me gustaría tomar el té con tu prima.
Stephen se despertó empapado en sudor.
Se sentó en la cama. Miró por todas partes. Ella ya no estaba. Se había ido.
Ella...
Una joven a la que nunca antes había visto. ¿Quién sería?
De pronto, tuvo la sensación de que sabía con quién había estado soñando. Nicole, susurró. Encendió la luz de la lámpara de su mesilla de noche. Estaba solo en su habitación. Pero había sentido a Nicole. Había sentido a Nicole cerca de él.
Stephen volvió a acostarse. Había soñado con Nicole Bascomb. Meneó la cabeza con nerviosismo. Aquel asunto estaba poniéndole los pelos de punta. Los fantasmas no existen, pensó. Los fantasmas no existen.
Se preguntó qué significaría aquel sueño. Es sólo un sueño, pensó. Nicole Bascomb es un maldito fantasma. Y debería de estar descansando en su tumba en lugar de rondarnos. Nos haría un favor. Le haría un favor a Nessie.
¿Sólo un sueño? Stephen lo dudaba.
Era mucho más que un sueño. ¿Una pesadilla? Podría ser.
uy pobre Stephen que pesadilla, te mando un abrazo y te me cuidas.
ResponderEliminarLe guste o no a Stephen, el asunto de Nicole se está tornando cada vez más real.
EliminarUn fuerte abrazo, Citu.
Al parecer Vanessa de alguna forma la esta transportando del mas allá. =)
ResponderEliminar¿Qué pronosticaran esos sueños que tiene Stephen con Nicole? ¡Qué interesante!