Hoy, me gustaría contaros qué fue lo que me inspiró a la hora de escribir mi novela El final de los buenos tiempos.
Vamos a hablar de
sentimientos. Es muy complicado hablar de ellos. No se pueden expresar con
palabras.
Esta
historia habla de una pareja. Un hombre y una mujer que están casados. Viven
juntos. La convivencia entre ellos es pacífica. Pero no están enamorados. Cada
uno de ellos ama a otra persona. A alguien con quien no pueden estar, por mucho
que lo deseen.
Son
dos personas que se hacen compañía mutua en un matrimonio estéril y vacío. Que,
de vez en cuando, se besan y se acarician. Pero no existe el deseo entre ambos.
Sólo existe el dolor.
Hablan
entre ellos. Comparten las añoranzas de aquellos seres que aman con toda su
alma. Pero no pueden estar. Pueden compartir confidencias en la soledad de su
casa. Pero no son capaces de amarse. Se abrazan. Pero sus corazones pertenecen
a otras personas.
Sus
seres amados no volverán a estar con ellos. No volverán a tocar sus cuerpos. Y
les queda tan sólo el recuerdo. Esta pareja está unida por el amor que sienten
por otras personas. Por la nostalgia de los amores que han pasado. ¿Existe un
sentimiento más poderoso que el amor? ¿Qué lazos nos unen a las personas? La nostalgia
y el recuerdo pueden ser un lazo que pueden compartir dos personas. Y éste es
el caso.
Dos
personas que se aferran al pasado. Dos personas que viven bajo el mismo techo.
Dos personas que se sienten desesperadamente solas.
Uy tocas un tema complejo, pero espero con ansias esta novela te mando un abrazo
ResponderEliminarHola Citu.
ResponderEliminarMi intención es darle una vuelta de tuerca al tema de los matrimonios de conveniencia que tanto abundan en las novelas romántica. ¡Espero haberlo conseguido!
Un fuerte abrazo.