Hola a todos.
Hoy, he podido avanzar un poco con mi relato En la isla.
Esta historia va avanzando poco a poco, a trompicones, pero es otra de las historias que tengo pendientes por avanzar.
De momento, estoy muy centrada en mi blog novela "Una brisa suave", que podéis leer en este link, aunque está en otra cuenta:
http://peafielmanzanareslaura.blogspot.com.es/
De momento, vamos a centrarnos en el fragmento que hoy toca de En la isla.
Meredith acompañó a su prima Lily y a su hermana Phoebe a dar un paseo por los brezales.
Lily estaba empezando a ilusionarse con la boda de Phoebe. De algún modo, la futura boda de Phoebe le daba alguna esperanza a ella. Lily soñaba con encontrar el amor. Con casarse.
La mente de Meredith vagaba lejos de allí. No escuchaba los grititos de Lily.
Tan sólo veía el rostro entristecido de Phoebe. Le costó mucho trabajo reconocer a su impetuosa hermana mayor. Phoebe no debe de estar de acuerdo con esta locura, pensó Meredith casi con rabia. Deseaba poder hacer algo que ayudara a Phoebe a reaccionar.
-No deberías de apoyar tú también esta locura-exhortó a Lily.
-Meredith, por favor, no quiero discutir contigo-le pidió Phoebe, con voz cansada-He tomado una decisión. No voy a encontrar un partido mejor. No quiero rebelarme.
-Estás empezando a hablar como Phoebe-observó Lily-Por suerte, tu hermana mayor ha reaccionado. Y se va a casar.
-¡Pero ella no quiere casarse!-protestó Meredith-¿No te das cuenta?
-Meredith...-le imploró Phoebe-Te lo ruego.
De algún modo, la joven se sentía cansada. Estaba demasiado cansada como para rebelarse. Estaba demasiado cansada para pelear. Estaba, en realidad, cansada de todo.
Meredith observó el rostro de Phoebe. Estaba a punto de romper a llorar. Verla de aquel modo la destrozó.
-Si tú quieres, podemos ayudarte a huir-le sugirió.
Lily ahogó un grito escandalizado. Los ojos de Phoebe se llenaron de lágrimas. Le costaba trabajo reconocer a Meredith. Su dulce hermana menor se estaba rebelando. Y eso era algo que no le gustaba nada.
-No quiero huir-dijo Phoebe con voz débil-No quiero hacer nada. Me casaré. Y trataré de ser una buena esposa.
La familia vivía en la aldea de Old Grimsby. En la parte central de la isla...
El colmado estaba abierto. Había una mujer que estaba comprando allí comida. Phoebe respiró hondo.
Ya habían empezado los preparativos para su boda. Sería una mujer casada en cuestión de semanas. Sus padres se habían quedado en el salón. Confeccionaban la lista de invitados. Discutían acerca de a quién iban a invitar. Hablaban acerca de a quién no iban a invitar. Phoebe sentía un fuerte dolor de cabeza.
-Cuando tú te cases, yo me casaré-afirmó Lily-¡Lo intuyo!
-Serás una buena esposa-auguró Phoebe-Yo también espero ser una buena esposa algún día. Trataré de ser complaciente. Sumisa...
Phoebe ahogó un sollozo. Lily se cogió de su brazo.
Intercambió una mirada cargada de significado con Meredith. Ésta apoyó una mano sobre el hombro de Phoebe.
La joven trató de sobreponerse. Había gente en la Plaza del pueblo.
La estaban mirando. Sabrían que, en realidad, no quería casarse. Phoebe se secó las lágrimas de un manotazo. Debía de ser fuerte. Sin embargo, no consiguió engañar a Meredith. Tampoco logró engañar, muy a su pesar, a Lily.
-Habla con nuestros padres-insistió Meredith, casi desesperada-Ellos lo entenderán.
-¡No puedo romper el compromiso!-se lamentó Phoebe-Es ya muy tarde. No puedo hacer nada.
Luchó por no echarse a llorar. Pero las lágrimas surcaban su rostro.
-Demos media vuelta-sugirió Lily.
-¡Quiero volver a casa!-pidió Phoebe.
-Volveremos a casa.
-Gracias...
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