Hola a todos.
Tras estar un par de días desaparecida por motivos que sabréis muy pronto, retomo subiendo un nuevo fragmento de Segundas oportunidades.
En esta ocasión, Jonathan se reencuentra con su amigo de la infancia Frederick Wingfield.
¡Vamos a ver lo que pasa!
La familia Hollins se encontraba en el salón tomando el té. En aquel momento, el mayordomo hizo acto de presencia.
-Señor Lennon, tiene una visita-anunció.
-¿Una visita?-inquirió el joven, visiblemente sorprendido.
-Es el honorable Frederick Wingfield.
Poco después, un joven bien parecido hizo acto de presencia en el salón. El rostro de Jonathan se iluminó al ver aparecer al que había sido su mejor amigo en la niñez.
-¡Freddy!-exclamó al verle.
-No has cambiado nada, Jon-sonrió el aludido.
Se fundieron en un gran abrazo.
-¿Cómo estás?-le preguntó Jonathan.
-Encantado de no poder regresar a Edimburgo-respondió Frederick-Creo que ya sabes que me he casado con Penélope. Ha sido ella quien me ha contado que estabas aquí. Se lo dijo la señorita Hollins cuando fue a verla.
-¡Me alegro muchísimo de volver a verte!
-Sentí muchísimo la muerte de Abby. Era una joven extraordinaria. Te quería muchísimo. Me lo dijo una vez antes de vuestra boda.
Tía Phoebe invitó a Frederick a que tomara asiento en una silla.
Frederick tenía un hermano mayor que él, Justin, quien contaba con treinta y dos años. Jonathan recordaba a Justin como un joven irrespetuoso y canalla que gozaba de una pésima reputación en Chedworth.
-Es posible que Justin acabe convertido en duque-le contó Frederick a su amigo.
-¿A qué te refieres?-quiso saber Jonathan.
-Mi primo Lucien ha muerto. Él era el heredero de mi tío, el duque de Caine. Lucien y su esposa Anne Mary no tuvieron hijos durante los siete años que han estado casados. Sólo les nació una niña, Samantha. Pero, por desgracia, Samantha murió hace un año. La atropelló un carruaje cuando estaba jugando en Hyde Park. Anne Mary no quiere volver a casarse y está pensando en tomar los hábitos. La muerte de su hija la dejó devastada. Además, el parto fue tan complicado que la dejó imposibilitada para tener más hijos. Justin piensa que él es el más indicado para ser el nuevo duque de Caine cuando muera nuestro tío. Sin embargo, el muy canalla está pensando en otra cosa.
-¿Por qué habla así de su tío, señor Wingfield?-se interesó Margaret.
Frederick sentía verdadero asco por su tío, un ser depravado y carente de moral. Justin era de la misma talla moral que su tío y deseaba con todas sus fuerzas heredar su título. Pero éste tenía otros planes en mente.
-Mi tío ha tenido muchas amantes-contestó el joven haciendo una mueca de desprecio-Y no es ningún secreto que ha forzado a otras tantas mujeres. La Justicia nunca le ha hecho nada porque es uno de los hombres más poderosos de toda Inglaterra y ostenta un cargo en la Cámara de los Lores. Mi tío busca un hijo ilegítimo que pueda ostentar el título de duque a su muerte.
Jonathan sintió cómo se le revolvía el estómago al escuchar aquel comentario.
La madre de Frederick era la hermana menor de lord Richard Templeton, duque de Caine.
Eliza estaba emparentada con ambos. Era la hija ilegítima de la madre de lord Richard. El antiguo duque de Caine era un hombre que pasaba más tiempo en Londres. Dejó a su esposa abandonada durante largas temporadas en la casa solariega de la familia. Para distraerse, la duquesa empezó a tener amoríos con diversos hombres. Uno de aquellos hombres la dejó embarazada.
Para salvar a la familia del escándalo, se mantuvo el embarazo de la duquesa en secreto. Ésta dio a luz a una niña que fue entregada a una familia perteneciente a la nobleza rural. Ésta la crió como si fuera su hija. Sin embargo, los verdaderos orígenes de Eliza eran un secreto a voces. Frederick se acercó a Jonathan en un primer momento movido por la curiosidad, ya que se trataba del hijo de una tía suya. La amistad fue surgiendo con el paso del tiempo hasta convertirse en una amistad estrecha. Frederick estuvo al lado de Jonathan cuando enterró a Abby.
-¿Un hijo bastardo?-se escandalizó Edith.
-Será mejor que salgas-le sugirió tía Phoebe, visiblemente abochornada-Esta conversación no la puede escuchar una jovencita como tú.
-No es nada malo, señora Hollins-replicó Frederick-Esto, como se suele decir, también pasa en las mejores familias. Justin está furioso porque desea ser duque. Yo creo que, de aparecer el hijo ilegítimo de mi tío, Justin podrá heredar. Sólo los hijos varones y legítimos pueden heredar los títulos.
-Tu tío era un hijo de perra-afirmó Jonathan con rabia-Y perdóname por decírtelo.
-No te preocupes. Tienes toda la razón, Jon.
Frederick se puso de pie al cabo de un rato. Anunció que se le estaba haciendo tarde.
-No quiero hacer esperar ni a Penélope ni a Nicky-dijo.
-¿Nicky?-se extrañó Jonathan.
-Así se llama su hija, primo-contestó Edith-Tiene cuatro años. Es una niñita adorable.
-Tienes que venir a vernos-invitó Frederick-Como ya sabes, vivimos en la isla de Sheep. Te estaremos esperando.
Frederick se despidió de la familia Hollins con cortesía. Le dio un fuerte abrazo a Jonathan. Se alegraba muchísimo de volver a verle. En el recibidor, el mayordomo le tendió su sombrero y su abrigo.
Salió de la casa.
Frederick se dirigió al embarcadero. El asunto del hijo ilegítimo de su tío no le preocupaba demasiado. Daba por sentado que el duque tenía numerosos bastardos en su haber. Había tenido numerosas amantes. Pero lo más alarmante era que había forzado a demasiadas mujeres. Sintió asco al pensarlo.
Pensó en Jonathan. Estaba muy contento de volver a verle. Había tenido muy poco trato con lord Caine a lo largo de su vida. Sin embargo, había algo en Jonathan que llamaba muchísimo su atención. Lo mucho que se parecía a lord Caine. A excepción de una cosa...Sus ojos de color turquesa...Es sólo una simple coincidencia, pensó Frederick.
Uy cada vez esta historia esta más emocionante . Te mando un abrazo y te me ciudas mucho
ResponderEliminarHola Citu.
EliminarTe invito a que sigas leyendo.
Un fuerte abrazo y cuídate, Citu.
Citu tiene razón, está muy interesante. Valla sorpresa y noticias le trajo en esa visita.
ResponderEliminarSaludes
Me alegro mucho de que pienses así, Yessy.
EliminarEsta historia tiene que dar muchos coletazos todavía, je, je.
Un fuerte abrazo.