El título de la entrada lo dice todo.
Odio corregir.
Ya está. Ya lo he dicho.
Me gusta escribir novela romántica histórica. Por supuesto, y todo el que escriba novela histórica o romántica histórica, sabe que tiene que investigar mucho. No se trata sólo de construir unos personajes sólidos con una historia que llame la atención. Si transcurre en un determinado lugar y periodo de tiempo, tiene que investigar sobre ese lugar y ese periodo de tiempo para que el marco de la historia sea más creíble.
Esa parte de la historia puede parecer la más pesada de todas. Personalmente, me divierto investigando. Siempre aprendo cosas nuevas, lo cual nunca está de más. Tomo nota de todo y trato de aplicarlo en lo que escribo.
Haciendo promoción (cosa que nunca viene mal, todo hay que decirlo), en Con el corazón roto, aparecen platos típicos de México y de Texas. Me parecieron que iban acorde con la historia por el lugar donde transcurre. Partimos de la base de Texas fue territorio español durante más de un siglo. Luego, pasó a formar parte de México cuando se independizó de España. Luego, se convirtió en República. Y, finalmente, pasó a formar parte de Estados Unidos.
Investigar me gusta. Escribir la historia me entusiasma. Aunque la imaginación sea una zorra que va y viene cuando le da la gana. Aunque tenga que pasarme días enteros peleando por no meter en la historia un Deus ex machina. No hay nada peor que eso porque le resta credibilidad a la historia. Lo he visto en muchas novelas que iban bien hasta que han metido el Deus ex machina.
El problema viene ahora.
¡Odio corregir!
Pude haber podido publicar Un amor imposible (primera parte de Con el corazón roto) la semana pasada. Pido mil disculpas por no haberlo podido hacer. En estos momentos, me hallo sumida en la fase de corrección. Y, para ser sincera, ¡LA ODIO!
Corregir no consiste sólo en mirar si has cometido faltas ortográficas. ¡Ojala fuera tan fácil! Consiste en ir revisando una y otra vez tu novela hasta que, por fin, le das el visto bueno.
Siempre vas a encontrar algo que no termina de gustarte. Siempre vas a encontrar situaciones que ves que no encajan en una determinada escena. Personajes que no deberían de estar ahí. O aparecen otros personajes.
No te gusta como ha terminado un capítulo. Lo reescribes de nuevo.
Ves situaciones que no tienen sentido. Que no se dan del todo las explicaciones necesarias. Si quieres crear una situación ambigua, se puede hacer. Pero si hay cosas que necesitan una explicación, hay que darla, pero siendo coherente.
Por ejemplo, volviendo a Con el corazón roto:
Olivia, mi protagonista, tiene dos hermanos mayores, Dillon y Tyler. Los dos se marchan del rancho en el que viven siendo muy jóvenes a Inglaterra. Los dos dicen lo mismo. Que se van porque no les entusiasma la vida en el Salvaje Oeste. Revisando la novela, vi que esa parte cojeaba muchísimo. Sobre todo, a medida que iba construyendo el personaje de Dillon. No le veía yo con muchas ganas de irse. Podía no encajar en su tierra, pero la amaba. Y que los dos hermanos quisieran irse a la vez porque querían vivir en Inglaterra lo vi como muy metido con calzador para que Olivia se quedara sola con su padre en el rancho. De modo, que he tenido que darle a Dillon un motivo creíble por el que tuviera que irse. No diré mucho. Sólo diré que tiene que ver con una chica, la caprichosa hermana menor de ésta y un padre muy peligroso.
Y con Tyler me pasa igual. He tenido que darle otro motivo creíble, a parte de su desapego y su deseo de vivir en otro país, para acelerar su marcha del rancho.
Con Jack y con Danielle me ha pasado algo parecido. Para explicar el porqué su matrimonio es un fracaso y el porqué Jack se ha enamorado de Olivia, he tenido que hurgar en la herida. Ver en qué momento fracasó el matrimonio y en qué momento Jack se enamoró de Olivia.
Si escribís novela, da igual de qué genero, siempre es recomendable que se revise y se corrija lo que se ha escrito. Evitas que te critiquen, ya seas por la ortografía o ya sea porque hay cosas que faltan o situaciones que cojean o que están metidas con calzador.
Si hay que corregir, se corrige, como dice José Mota.
No hay que perder la paciencia con las correcciones. Son un bien para nosotros. Tengo que repetírmelo cada vez que me siente delante de mi novela y me ponga a corregirla. Siempre acabo acordándome de toda la familia de Olivia O' Hara.
Mi consejo:
Nunca huyáis de las correcciones. Tenemos que admitir que es lo más pesado que hay a la hora de escribir. Lo más aburrido...Lo que menos nos gusta hacer. Enfrentarnos a nuestros errores. Corregir nos hace mejores escritores. Es un trago amargo y pesado que TODOS HEMOS DE AFRONTAR.
Una corrección hay que tomarla con paciencia. Nunca con humor porque no hay nada gracioso en ella. Hay que resignarse y hacerla. Igual que la declaración de la Renta...
Pero os digo una cosa.
Corregir es algo temporal. Cuando le das el visto bueno a tu novela, ya puedes publicarla. Entonces, verás que tus desvelos, tu esfuerzo, los malos momentos...Todo eso...Habrá valido la pena.
Incluso, el pasarte días enteros corrigiendo.
Hola preciosa, es cierto que corregir es un rollazo, y que se hace super pesado. Pero seguro que te está quedando super genial y que pronto podremos disfrutar de tu estupenda obra.
ResponderEliminarSi ves que te desbordas, tomate tu tiempo, no dejes que el agobio sature tu mente y te lo digo por propia experiencia, aunque yo todavía no he terminado mi novela, pero me agobia corregir y por eso de vez en cuando hay que coger aire y armarse de gran paciencia.
Un besazo enooorme... Nos leemos pronto.
Hola, Laidy.
EliminarQuería hacer esta entrada para desahogarme. Me tomo mi tiempo a la hora de corregir, pero, para ser sincera, cuando retomo la tarea, me desespero.
Luego, me armo de paciencia y sigo corrigiendo.
Un fuerte abrazo, Laidy. Y gracias por tu consejo.
Te entiendo bien, querida, corregir es tremendo, es enfrentarse a los errores, los fallos y algo que en particular me desespera, que podría usar ese tiempo en escribir, pero es lo que hay, y es parte del camino. Como pone Laidy, lo importante es no desesperarse, no te pongas fechas límites ni te agobias, tómalo como un aprendizaje, parte del proceso de creación y verás cómo hasta lo disfrutas.
ResponderEliminarMil besos.
No sé, Aglaia.
EliminarCorregir me recuerda a barnizar la madera, como hacía en clase de Pretecnología en el cole. Tardábamos semanas en barnizar la madera porque tenía que quedar muy lisa para poder hacer la figurita de turno.
Corregir es, como bien dices, parte del proceso de crear una historia.
Aunque se haga muy cuesta arriba.
Un millón de abrazos, Aglaia.
Estamos en un problema que creo tenemos todos, es odioso y dan ganas de dejarlo todo, pero debes seguir adelante por tu obra y por lograr tu sueño.
ResponderEliminarToma descansos entre el tiempo que corriges para que no se te haga tan largo.
QUé ganas de leer esa estupenda y fantástica historia.
Besos!!!
Corregir es algo que nos pasa a todos. Que se nos hace pesado porque nunca acabas contento del todo. Aún así, hay que hacerlo. Lo entiendo. Pero, como he dicho antes, esta entrada me ha servido para desahogarme.
Eliminar¡A seguir corrigiendo mientras, je, je!
Un fuerte abrazo, Rae.