sábado, 2 de junio de 2012

UNA CONFESIÓN

Ni yo misma sé el porqué hago esta entrada.
Bueno, en realidad, sí que lo sé. Necesito desahogarme. Necesito hablar. Y contar una cosa.
Uno de mis mayores defectos, aunque no lo haya dicho, tiene que ver con mi pasión. La escritura. Cuando empiezo a escribir, me animo muchísimo. Me emociono con la historia que voy escribiendo. Empiezo a investigar. Invento a mis personajes. Les doy vida. Les doto de un carácter. Y la escribo o bien en mis libretas o bien en el ordenador.
Sin embargo, me doy cuenta enseguida de que algo falla. Y no sé si será la historia que estoy escribiendo o bien soy yo la que está fallando. De pronto, empiezo a perder la motivación. Las Musas que antes no me dejaban tranquila, de pronto, se han esfumado. Me doy cuenta de que estoy bloqueada. Tengo una historia entre mis manos y no sé cómo seguirla. Me desespero.
 Intento seguirla a la fuerza. Y la cosa empeora. Porque acabo yéndome por las ramas. Porque la estoy alargando más de lo que debería. Porque no sé ya cuál es el inicio ni cuál es el nudo. Y veo cada vez más lejano el desenlace. Me agobio. Empiezo a pensar que soy un fracaso. No sirvo para escritora, me digo a mí misma. Renuncia a esto y dedícate a otra cosa. Pero sin la escritura no podría vivir. Suena exagerado, pero así lo pienso.
Escribo desde que era una cría. No podría hacer otra cosa. Sin la escritura... ¿Qué podría hacer? Nada.
Pienso en las historias que tengo sin acabar. Son varias. Muchas, más bien. Deseo algún día acabarlas. Y voy a hacerlo.
Cuando me entero de buenas noticias que tiene que ver con alguna miembro del "Club de las Escritoras", al que estoy orgullosa de pertenecer, me alegro de corazón por ella. Porque tiene agallas y sabe luchar por lo que quiere. Y eso me motiva. Me anima a seguir. Anna, una buena amiga del club, me vendió su libro, "Tormenta de amores", al que hice una reseña. Y eso cambió mi vida.
Quiero decir que ella y las demás pudieron. Y eso me indica una cosa. Que yo también puedo. Que debería dejar de agobiarme. Que debería de centrarme en esto. Me lo dijo una vez un amigo mío, Ramón.
-Si quieres ser escritora, deberías de tomártelo en serio.
¡Y tenía razón!
En estos días, he aprendido (y sigo aprendiendo) a poner en orden mis ideas. A decidir cuáles son mis prioridades. Cuál es el camino que he de tomar a la hora de escribir una historia. Cómo quiero que sea.
Incluso experimento con ella. Escribo cuentos que son lo que quiero que les pase a mis personajes. Descarto lo que quiero y, lo que me sirve, lo pongo en la historia. Lo que no, lo dejo ahí guardado en una carpeta. Como un cuento. Que no sé si verá la luz del día alguna vez.
También confieso que sigo enrollándome mucho. Cuento cosas que no sé si deberían de estar o no. Pienso que son interesantes. Pero también he de ponerme en la piel del que las lee. ¿Le interesa? ¿Debería de seguir alargando más la historia? ¿Debería de dividirla en partes? ¿Debería de acabar ya?
Son preguntas que me hago y que iré resolviendo con el paso de los días. Escribir es mi mayor fuente de placer. Pero también es el mayor de mis tormentos. Porque pienso que no llegaré a nada. Porque pienso que no tengo talento. Porque creo que lo que estoy escribiendo es horrible. Ya estoy tomándome las cosas con calma. Haciendo un croquis de la historia en sucio, cosa que no hacía antes, una especie de esquema sobre lo que voy a hacer en una escena. Y lo que harán mis personajes.
Me ha supuesto un gran alivio, si he de ser sincera, porque ya voy teniendo una idea más clara sobre lo que va a pasar.
Escribir significa practicar. Lo he leído en muchos foros y en muchos blogs. Y tiene razón. Escribir es practicar. Practicar, practicar y practicar. Todos los días. Cuando uno tenga un ratito libre, si se ve apurado. Escribir en una libreta o una hoja aparte con un boli del color que sea o un lápiz. O en el ordenador. Seguir practicando. Uno no nace sabiendo escribir una novela. Tiene que ir aprendiendo con el paso del tiempo. Aprender de sus errores, de sus experiencias y de sus aciertos. Y saber que es normal que se desanime. Pero tiene que estar tranquilo. No forzar la máquina. Eso es lo peor que puede hacer. La inspiración aparece. Pero aparece cuando ella quiere. No cuando tú quieras.
Mientras esperas, haz otras cosas. Vete a pasear. Mira la tele. Sal con tus amigos.
Entonces, estarás más relajado. Y ella, la inspiración, volverá. Piensa que es un ser caprichoso. Viene y va cuando quiere. Nunca intentes controlarla. Te agobiarás más.
Estoy escribiendo esto mientras pienso que, al final, volveré a irme por las ramas. Volveré a agobiarme. Y no sabré qué hacer. Pero, cuando lea esta entrada, recordaré esto. Y lo tendré en mente.

4 comentarios:

  1. Lilian....Yo hace un tiempo dejé de escribir porque concluí que yo solo sabía redactar, que nunca se me ocurriría una idea como la que le dio el nobel a Gabo, pero luego pensé...El cerebro es un músculo, debo entrenarlo...Ingresé a Adictos a la Escritura y ha sido todo un reto y una gran experiencia...Cada mes proponen un ejercicio diferente y la verdad, yo nunca había escrito algo basado en una imagen, o en una frase de una canción o en una situación como el hundimiento del Titanic...Con ellos lo he hecho y me ha gustado lo que ha salido... Así que desanimarse es bueno, porque cuando se pasa ese desánimo, uno empieza con mucha más fuerza que antes... Yo, que he leído parte de tus historias, sé que son maravillosas, realmente entretenidas, encantadoras, tienes un estilo definido que ayuda a llevar el hilo...Así que, ¡sigue adelante, pa' atrás ni pa' coger impulso!, como dicen en mi amada tierra natal: la costa colombiana, porque dicen los que saben que atrás espantan...

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  2. Hola corazón!!
    Gracias por decir que mi libro"te cambió la vida" pero en realidad eres tu misma quien la cambia, con tu empeño y dedicacion. Mira, es normal que en un momento dado te sientas perdida y bloqueada y eso te lleve a arrojar la toalla ¡error! nunca dejes de escribir, tomatelo con calma, relajate y sobre todo no tengas prisas en acabar una historia, la inspiración a veces es muy caprichosa, pero ahí esta. Un consejo, trata de no llevar tantas novelas a la vez, centrate en una y cuando la acbes empiezas con la otra ¿vale? eso te ayudará. Haz apuntes, memoriza lo que quieres y si tu ves que tienes que ponerle final ¡ponlo! pero nunca dijas que no sirves para ser escritora ¡tu ya eres escritora! Mira, yo ahora mismo trabajo en una novela historica, me lo tomo con calma, escribo relajada y mientras tanto estoy con el relato "el viaje"
    Tranquila, todo pasa.
    Un beso y si necesitas cualquier cosa, dimelo

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  3. Hola preciosa!, que sepas que todo eso que dices que te pasa, lo que piensas, lo que te asusta, agobia y de más, es normal... Al menos a mi también me pasa muchas veces, pero al final, todo llega... tiempo al tiempo... Nunca pierdas la esperanza!, ya regresarán de nuevo las musas, ya se encenderá esa luz que te diga cómo tienes k terminar tu historia... hay que ir poco a poco, no te agobies y cuando veas que has llegado a un punto donde no saber cómo seguir, déjalo apartado y continua escribiendo otra cosa, otra historia que lleves a medias... Ya llegará el día en el k la inspiración regrese a ti para retomar d nuevo esa historia "archivada"... Espero haberme explicado bien...

    En fin, lo dicho, k no desesperes k todo eso k t pasa nos suele pasar a todos tarde o temprano... y no por ello eres mejor o peor escritora, recuérdalo! >.<

    Bueno guapa, un besito y k todo t vaya bien, muak!

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  4. Hola Lilian, me gusta como escribes, pero como dice Anna, creo que sería mejor que te centraras en una historia y disfrutaras con ella.
    No pierdas la esperanza y nunca dejes de escribir.
    Relájate y ve poco a poco y verás como la inspiración llama pronto a tu puerta.
    A todas nos ocurre que nos abandona durante un tiempo las musas de la inspiración, por eso debes relajarte.
    En fin preciosa no desesperes ni pienses cosas raras!
    Ánimo y adelante!!!
    Un beso y un fuerte abrazo.

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