Hola a todos.
Me he prometido a mí misma no dejar pasar esta semana sin haber hecho esta crítica.
Espero estar cogiéndole el truquillo a esto de hacer críticas literarias porque creo que llevo ya cinco o seis, además de la que voy a hacer a continuación.
Bésame a medianoche es una novela que ha tenido un largo recorrido. Vio la luz en el primer blog que tuvo su autora, Elizabeth Bowman. Entonces, la autora se hacía llamar Akasha Bowman y su blog novela se llamaba Miss Emily.
Por miedo, quizás, yo leía su relato fielmente todos los lunes, esperando saber qué pasaba a continuación. Sin embargo, por timidez, nunca me atreví a dejar un comentario. Deseaba saber más de lo que ocurriría a continuación, pero me daba miedo comentar.
Finalmente, Akasha Bowman se convirtió en Elizabeth Bowman y pudo publicar su novela. Sin embargo, por problemas con la editorial que se portó mal con ella (y no es el primer caso que tengo oídas. Le ocurrió también a otra compañera, Raquel Campos), decidió romper el contrato que tenía con ella y publicar ella misma su historia en Amazon. Le añadió nuevos fragmentos y así nació Bésame a medianoche.
Lo importante es que no mutó la esencia de la novela. Lo que la convierte en una historia maravillosa que te hace querer más.
La acción transcurre en el año 1803. Tres hermanas, Emily, Charity y Pippa (una en plena edad casadera, la otra una adolescente y la tercera una niña) se han quedado solas en el mundo, tras la muerte de su padre. Por si fuera poco, las tres deben de abandonar su casa para ir en busca de una tía lejana para vivir con ella. Durante un trayecto tenso porque no saben lo que les aguarda cuando lleguen a la casa de la tía y en mitad de una terrible tormenta, su mala suerte se vuelve aún peor cuando un grupo de gitanos las asalta para hacerles Dios sabe qué. Entonces, como en los cuentos de hadas, aparece su salvador, Byron Drake. Éste decide alojarlas en su propiedad en calidad de invitadas.
Byron es de ascendencia romaní, es rico, no es ningún aristócrata (¡gracias a Dios!) y guarda numerosos secretos. Es un hombre de oscuro pasado que guarda grandes pasiones en su interior.
Entre él y Emily nace una fuerte atracción. Sin embargo, Emily no es la típica protagonista de novela romántica impulsiva y terca. Es una joven de carácter fuerte porque alguien tiene que ser fuerte cuando el mundo se te viene encima (huérfana, al cuidado de dos hermanas y alejada de su hogar). Es soñadora y le encanta escribir. Lo encuentra su manera de escapar de la realidad y de ser fuerte cuando todo se viene abajo. Me he sentido identificada con ella en ese aspecto. Escribir me relaja. Me permite evadirme cuando siento que no puedo más.
También es sensata y precavida. Siente cierta desconfianza hacia Byron porque intuye que el hombre oculta algo. Sin embargo, ese aura de misterio que le envuelve también le atrae.
Una atracción recíproca porque Byron ve en Emily sinceridad, seguridad, fortaleza. Todo lo que él necesita. Y ve luz.
Su relación se desarrolla de un modo creíble. Emily no se entrega a Byron en la página siguiente de conocerse. La relación se va desarrollando poco a poco, a medida que pasan los días conviviendo en la casa de él. Se resiste a él y a lo que siente por él. El carácter precavido y sensato de Emily hubiera sido inverosímil si ella se hubiese acostado con Byron en la página 10.
Tenemos a Darlington que entra directamente al puesto número 2 en mi lista de Hijos de Puta Literarios. El ganador de esta lista lo diré próximamente y el número 3 está muy reñido. Lo que este mamón hace hacia el final de la novela clama al Cielo y te hace desear que Byron le encuentre y le abra en canal.
Este hijo de su madre sólo actúa movido por su ambición. Odia a Byron con todo su ser y le atacará haciéndole daño donde más le duele.
Y sí. Notas cómo Byron se va enamorando cada vez más de Emily hasta el punto de saber que no va a poder vivir sin ella, pero siente que Emily no merece estar a su lado porque se menosprecia así mismo.
Otro rasgo que me ha gustado muchísimo es la relación que Emily mantiene con sus hermanas Charity y Pippa.
Charity es una adolescente amante de los insectos, actividad poco común en una chica de su edad. Es una adolescente típica de su edad, con su genio y con su punto de rebeldía ante el mundo que parece haberse ensañado con ella, pero que adora a sus hermanas.
Pippa es una niña encantadora y traviesa que no es nada repelente. Es consciente de la situación en la que se halla, pero no deja de ser una niña con ganas de jugar y de divertirse. Es madura para su edad, pero no es ningún repelente adulto en miniatura.
Si buscáis a un chico malo, en el buen sentido, tenemos a Kavi. Lo odiarás y lo amarás en muchos momentos. No es ningún Santo, pero tampoco es ningún villano. Es, simplemente, humano.
Otro rasgo a destacar es que no hay casi nada de sexo. Hay una escena en la que se deja a la imaginación lo que pasa, describiendo más bien emociones y sentimientos. Si estáis saturados de tanto sexo de Kamasutra, os encantará Bésame a medianoche. El sexo, cuando es demasiado, satura y cansa. Además, cuando una novela engancha y atrapa, ni lo pide ni nadie lo echa en falta. Y estamos ante una narración buenísima y altamente recomendable.
Si os gustan las historias románticas donde haya romance del bueno, unión familiar, acción, amor en todos sus nombres, misterio y ternura, Bésame a medianoche es una buena opción.
MI PUNTUACIÓN: 9.5.
¡Hola Laura!
ResponderEliminarUna reseña preciosa para un libro fantástico. Sabes que también tuve la oportunidad de leer esta obra y quedé encantada con el estilo de Elizabeth, tan cuidado y detallista, el esmero con el que perfila sus personajes y lo creíbles de las situaciones. En verdad es una obra muy recomendable.
Un besazo.
La leí siendo MIss Emily y tengo ganas de leerla de nuevo. Estupenda reseña!!!
ResponderEliminarBesos!!
Uy parece genial la tendré en cuenta
ResponderEliminarGracias a todas por vuestros comentarios y en especial a la administradora del blog por una reseña tan cálida, generosa, amable y sincera.
ResponderEliminarCiertamente me emociona que los lectores sean capaces de enternecerse con mi prosa y disfruten de ella, que comprendan lo que pretendo transmitir en cada historia y no lean con voracidad cada página en busca tan solo de morbo o sexo.
La ternura y el sentimentalismo no están reñidos con el romance histórico, aunque nos encontremos tan lejos del adorado siglo XIX.
Gracias de corazón, Laura.