jueves, 31 de mayo de 2012

MEME PRIMAVERAL DE DULCE

Nuestra buena amiga Dulce me ha otorgado este meme primaveral. ¿A que es precioso?
EL GRIMORIO DE LOS DIOSES
http://elgrimoriodelosdioses.blogspot.com/2012/05/meme-primaveral.html

Estoy muy contenta. ¡Muchas gracias, Dulce!
Y viene con una entrevista:
1-¿Qué te impulsa a continuar escribiendo? ¿Te gustaría dedicarte a esto en exclusiva?
La inspiración. Pero la inspiración es muy caprichosa. Cuando más la necesitas, no aparece. Y, cuando no te la esperas, aparece con tanta fuerza que tienes que olvidarte de todo para dedicarte a lo que te dicta que haga. Me gustaría dedicarme en un futuro a la escritura como una profesión. Es mi sueño. Pero sé que es muy difícil de realizar a corto plazo.
2-¿Opinas que la novela romántica en España continúa siendo una literatura de segunda o ya ha superado ese menosprecio social de hace años? ¿Cómo ves el panorama editorial?
-Creo que la novela romántica en España se ha hecho un hueco en el panorama literario. Ahí tienes, por ejemplo, a Nieves Hidalgo y a Arlette Geneve, grandes autoras españolas románticas que son muy valoradas. Se le está dando una oportunidad a las autoras románticas españolas.
3-¿Crees que las autoras de romántica no ponemos el suficiente empeño en atraer a los lectores masculinos y nos centramos exclusivamente al público femenino que nos lee (que en realidad son la mayoría)?
-Todos los autores escriben una historia pensando en la gente que les va a leer. Si son adultos, si son hombres, si son mujeres, si son adolescentes, etc. He leído muchos harlequines y algunos muy viejos. Hasta no hace nada, las autoras no describían para nada lo que sentían los hombres que protagonizaban esas historias. Sólo se centraban en las mujeres. No se sabía ni lo que ellos sentían ni lo que pensaban. Excepto si hablaba un tercero, que bien podía estar mintiendo. Todo se veía a través de los ojos de ellas. De no ser porque en la última línea decían "Te quiero", uno pensaría que ese amor no era correspondido. Es ahora cuando empiezan a ser tratados con igual mimo tanto los protagonistas masculinos como femeninos. Quizás, pienso yo, si describimos a los hombres como son, no sementales musculosos o neanderthales salidos de las cavernas, sino seres de carne y hueso con sus virtudes y sus defectos, pero que saben querer y apreciar a su compañera, podríamos atraer a más hombres a que lean romántica.
4-¿Piensas que son necesarias las escenas eróticas en una novela romántica? ¿Te sientes cómoda escribiéndolas?
-Depende de cómo vaya avanzando la historia y de cómo sean los personajes si necesita una escena de sexo o no. Y si la escena en sí puede ser muy explícita o si se puede contar sin entrar en demasiados detalles.
Normalmente, me siento cómoda escribiéndolas.
5-¿Te ves representada en tus personajes femeninos? ¿Tienen algo de ti?
-La verdad es que escribo personajes femeninos que son opuestos a mí. Por ejemplo, me considero una persona más bien tímida y callada. Y mis personajes son mujeres de carácter fuerte y decidido. Aunque empiecen comportándose como crías o siendo muy tímidas, cuando llega el momento, sacan a relucir su carácter.
6-Confiesa alguna de tus manías a la hora de escribir.
-Estar oyendo música o con la tele encendida. No sé. Me ayuda a estar más centrada, aunque suene raro.
7-Un libro, una película y una canción.
-Una película mía favorita sería "La Edad de la Inocencia". Me encanta cómo se describe con total lujo de detalles la vida y las costumbres del Nueva York de finales del siglo XIX. Es una película preciosa, pero muy triste. Dos personas que se quieren, pero no pueden estar juntos porque, en el fondo, los dos tienen miedo a nadar contracorriente. (Newland es un cobarde, de acuerdo, pero Ellen también pudo pelear por él y no lo hizo).
-Un libro: "Olivia y Jai". Me impactó porque es una historia distinta a todas las que había leído. Transcurre en la India colonial y es una historia de mucho sufrimiento. Tenía catorce años cuando la leí y acabé llorando. Pero siempre le encontré dos peros: Su final superprecipitado (después de todo lo que pasó entre ellos, debería de haber sido un poco más trabajado) y el que no pueda saberse los sentimientos de Jai más que por terceros. Sí, soy un poco exigente cuando se trata de saber lo que sienten los héroes de las novelas.
-Una canción. Aunque no sea muy conocida "Vanilla twilight", de Owl City. Es una canción preciosa que habla del dolor ante la muerte de un ser querido, pero que tiene un mensaje consolador. Nadie muere del todo mientras se siga pensando en él con cariño.
8-¿Cuál es tu próxima novela y cuándo la podremos leer?
-Estoy ocupada con mi blog "Un blog de época" y con la historia de Jack y Olivia. No descarto proseguir con "Pleamar", otro de mis proyectos. También estoy ocupada escribiendo en mi blog "Entre el cielo y la tierra", blog dedicado a mi ciudad, La Unión. Y no descarto dar alguna sorpresa con relación a Jack y a Olivia.
Y, ahora, tengo que otorgárselo a siete bloggeras. ¡Uy, qué difícil! Porque todos sois para mí ganadores.
RaeCJ.
Vidinala.
Emma Buffei.
Portadora de sueños.
Páginas Románticas.
Narrador.
Bam.
Un abrazo a todos y muchas gracias por todo.

miércoles, 30 de mayo de 2012

MAQUILLAJE Y LIBROS TODO EN UNO ¡HAZTE CON ELLOS!

Dos buenas amigas del blog, Dulce y Vidinala, han tenido la original idea de hacer un interesante sorteo en el que fusionan la literatura y el maquillaje.
Los premios son los siguientes:
La saga de "Retrum", de Frances Mirallés:
"Cuando estuvimos muertos".

"La nieve negra".

Amor, fantasía, muerte...Todo eso y mucho más puedes encontrar en estos libros.
Y un lote compuesto por:
Leche corporal Lactourea para las pieles muy secas y sensibles. Con su ácido lácteo y su urea pura son los que mejor hidratan, reparan y protegen las pieles deshidratadas.
Tratamiento capilar instantáneo. Es una mascarilla nutritiva ideal para los cabellos teñidos.
Ampolla para la seborrea.
Crema hidratante Dove nutrition kerité.
Dove champú.
Crema antienvejecimiento Diamond cellular de uso nocturno.
Contorno de ojos multibeneficios.
Crema de noche restauradora Time reversing.
Concentrado lifting intensivo acción día spf 15 bioclinic.
Crema de día Royal Velvet con factor 15.
4 muestras de Tena Lady mini magic en dos bolsas de dos.
Neceser transparente con fondo y bordes celestes.
Kit de manicura.

Un premio muy interesante, ¿verdad que sí? ¿Y qué puedes hacer para entrar en el sorteo? Es muy sencillo.
OBLIGATORIO:
Tienes que ser seguidor de estos dos blogs:
http://elclubdelasescritoras.blogspot.com.es/
http://vidinala.blogspot.com.es/
Promocionar este sorteo en cualquier red social (Facebook, twitter, tuenti) o bien haciendo una entrada en tu blog promocionándolo.
OPCIONAL:
Si consigues que participe alguien más, recibirás 6 puntos extra por cada participante que venga de tu parte. Él tiene que especificarlo y, a cambio, recibirá 2 puntos.
Si te encuentras en una de estas dos listas, recibirás 2 puntos más.
TOP COMENTARISTAS EN EL BLOG DE VIDINALA:
Palapa (78).
Mari (71).
Naishi (30).
María Eugenia (25).
Danyyy (23).
TOP COMENTARISTAS EN EL BLOG DEL CLUB DE LAS ESCRITORAS:
Astarielle (161).
Nikta (105).
RaeCJ (70).
Angy. w (57).
Hada Fitipaldi (47).
D. C. López (46).
Anna Soler (45).
María O. D. (44).
Mari (43).
Déborah F. Múñoz (41).
Además, contarás con 2 puntos extra si eres socia del club.
El sorteo finaliza a las 00:00 horas del 20 de junio.
El ganador saldrá elegido en el cupón diario de la ONCE del 21 de junio. Si no coinciden los últimos números con las participaciones repartidas, se jugaría de nuevo al día siguiente y así sucesivamente hasta que saliera un ganador.
Es un sorteo sólo a nivel nacional.
Los links con los requisitos cumplidos (ya sean los obligatorios o los opcionales), deben de ser enviados a este email, incluyendo la URL de tu perfil sólo para comprobar si eres de verdad seguidor de los blogs:
elclubdelasescritoras@hotmail.com
Lo dicho, aún estáis a tiempo de participar y de conseguir este suculento premio. ¿A qué estás esperando?
¡Mucha suerte a todas!

martes, 29 de mayo de 2012

CONCURSO SORTEO USB

El blog http://milirio.blogspot.com.es/ celebra su primer sorteo. Y os estaréis preguntando en qué consiste ese sorteo. Bueno, pues consiste en hacerse con 3 USB de 4GB de la marca Kingston.
Así, tienes más espacio para tus archivos en el caso de que tengas que usar el USB.
Y sus bases son muy sencillas.
Es obligatorio ser seguidor del blog de Milirio (+5 puntos).
Para conseguir puntos extra:
-Hay que llevarse el banner del concurso. (+5 puntos).

-Hay que llevarse el banner del blog (+5 puntos).
create your own banner at mybannermaker.com! ¡Me encanta el banner!
-Ser seguidor del blog en Twitter (+5 puntos).
-Se seguidor del blog en Facebook (+5 puntos).
-Dar publicidad al concurso en cualquier medio, ya sea Twitter, Facebook, Tuenti o desde tu propio blog.
El sorteo empezó el 17 de mayo y finaliza el 17 de junio a las 23:59 horas, así que todavía estás a tiempo de participar en él. Es un concurso a nivel nacional. Pero Milirio asegura que, más adelante, podría hacer otro a nivel internacional.
Sólo se puede conseguir una USB por persona. Y eligirá al ganador por medio de http://www.random.org/
Pásate por este link para obtener el formulario necesirio para participar en el concurso:
http://milirio.blogspot.com.es/2012/05/sorteo-celebración-mi-lirio.html
¿A qué estás esperando para participar?

domingo, 27 de mayo de 2012

CON EL CORAZÓN ROTO 158

Jack tuvo que guardar reposo durante varios días.
Fue idea de Danielle llevárselo a casa.
-Yo lo cuidaré-le aseguró al doctor Castro.
Y eso fue lo que hizo durante aquellas dos semanas. Se encargaba personalmente de hacerle las curas. Le preparó sus comidas favoritas. Incluso se empeñó la primera noche en dormir en el sofá.
-¡No, por Dios!-le pidió Jack-No hagas eso. Tú tienes que descansar en tu cama. Trabajas demasiado en casa. Y, encima, te doy demasiado trabajo.
Danielle accedió. Procuró no rozar demasiado a Jack mientras dormía. Al menos, no le dio ningún acceso de fiebre.
Olivia iba a visitarle.
Pero sus visitas duraban escasos minutos.
Siempre ponía alguna excusa. Tenía mucho trabajo que hacer en uno de los ranchos. O había prometido ir a ver a Kimberly. O a cualquiera de sus hermanos.
Le dolía ver la manera en la que Danielle besaba la frente de Jack. Lo hacía de un modo que le parecía a Olivia posesivo.
Se marchaba furiosa de aquella casa. Se culpaba así misma de todo lo que estaba pasando. Jack se cayó por mi culpa, pensaba. Y él, mientras, deseaba poder levantarse de la cama. Ir tras ella. Decirle que sólo la quería a ella. Pero no podía.
Veía el cabello de Olivia oculto tras el sombrero de ala ancha.
La veía alejarse de su lado. Y él no podía hacer nada para remediarlo. También Jack estaba viviendo su propio calvario.
Porque Danielle se estaba desviviendo por cuidarlo. Danielle era la que velaba su sueño. Danielle era la que lo tenía que ayudar a lavarse porque no podía hacerlo durante los primeros días.
Danielle estuvo presente cuando el doctor Castro le quitó los puntos. Le quedaría una cicatriz en la frente. Pero los puntos habían cicatrizado bien. Felicitó a Danielle por lo que él consideraba un trabajo bien hecho. Durante aquellos días, Jack recibió muchas visitas. La que más le angustió fue la que le hizo Marty.
-Danielle es la mejor esposa que un hombre puede tener-afirmó-Se nota que te cuida bien. Estarás contento con la suerte que tiene.
Hablaba con segundas intenciones y Jack lo notó.
¿Por qué no se largaba y le dejaba tranquilo?
-¿A qué has venido, viejo?-le preguntó-¿Has venido a torturarme?
-No digas eso, Mackenzie-respondió Marty, haciéndose el inocente-He venido a verte. Me he enterado de que el cabrón de "Satán" te tiró al suelo. Y que fue Olivia la que te encontró.
-¿Qué estás insinuando?
-Yo no estoy insinuando nada. Tienes mucha suerte con las mujeres. Tienes una esposa que cuida de ti. Y tienes también a Olivia, que también cuida de ti.
De haber podido, Jack habría echado a Marty de su casa a patadas. Pero aún no estaba del todo recuperado.
-¡Fuera de mi casa!-le ordenó.
Marty se echó a reír.
Pero la situación no le hacía ni pizca de gracia. Porque no iba a permitir que Jack le hiciese daño a Danielle.
Saludó a la mujer cuando la vio tendiendo la ropa y ella le sonrió. Tenía la misma sonrisa que la madre de Marty, pensó él. Jamás se lo diría. No tenía ningún derecho a decirle la verdad.
-¿Por qué no te quedas un rato más?-le pidió Danielle-Me gusta hablar contigo.
-No hablamos mucho-se lamentó Marty.
-¡Pues, por eso mismo! ¡Quédate!
Marty sintió cómo se le hacía un nudo en la garganta. Desde luego, él no era mejor que Sean O' Hara. Los ojos de su hija brillaron al posarse sobre los suyos. Marty apretó los puños sintiendo unas ganas terribles de abrazarla, de decirle que él era su padre y que la quería muchísimo.

¿Qué puedo hacer?, se preguntó Lily.
Se miró en el espejo. Llevaba suelto su cabello rojo. Cogió un cepillo y empezó a pasárselo por el pelo.
Desde hacía días, no veía a Lince Veloz. Tampoco sabían nada de él sus padres. Empezaba a temerse lo peor. A lo mejor...El "sheriff"...
Dejó el cepillo encima del tocador.
Empezó a pasearse de un lado a otro de la habitación.
No debía de ponerse nerviosa, se dijo. Lince Veloz estaría bien. Sabía cuidar de sí mismo. Lo había demostrado en otras ocasiones. Pero no podía olvidar que estaba siendo buscado. Había sido miembro de la banda de Pecos Kid. Había violado la ley en muchas ocasiones. Podía ir a la cárcelo. O podía acabar de otra forma mucho más cruel. Los ojos de Lily se llenaron de lágrimas que rechazó.
Estará bien, se dijo así misma.
Pensó en su madre, en Aldana. El pueblo de su padre la miraba con desconfianza por ser una inglesa de piel blanca y cabellos rojos. Como lo soy yo, pensó Lily.
Al morir Aldana, su cabello había perdido todo el brillo que la había caracterizado en vida.
Lily odió el color de su pelo. Odió el color de su piel. Y se odió así  misma. Miró su habitación.
Se sobresaltó al escuchar lo que parecía que era el aullido de un coyote.
Se aproximó corriendo a la ventana. Su corazón latía a una velocidad endemoniada. Es él, pensó. Salió corriendo de su habitación. Bajó la escalera saltando los escalones. Salió al porche.
Miró por todas partes. Entonces, lo vio. Estaba junto al establo.

viernes, 25 de mayo de 2012

CON EL CORAZÓN ROTO 157

Danielle estaba fregando el suelo de su casa. De pronto, oyó el sonido de los cascos de unos caballos que se acercaban. No hizo mucho caso. Hasta que alguien empezó a golpear con insistencia la puerta.
-¡Danielle!-oyó que gritaba alguien.
Ella se puso de pie de un salto. Fue corriendo a abrir la puerta. Era "EL BIZCO".
-¡Ve corriendo al consultorio!-le ordenó el hombre.
-¿Por qué?-inquirió Danielle-¿Qué ha pasado?
-Se trata de Jack. El muy imbécil ha montado a "Satán". Y ese jodido caballo, con su maldito genio...Lo ha tirado al suelo.
Danielle se santiguó y murmuró algo en español. Ni siquiera se molestó en quitarse el delantal. Montó de un salto a la grupa del caballo en el que iba montado "EL BIZCO".
-Llévame al consultorio-le pidió-Necesito ver a mi marido.

Mientras tanto, Olivia no se separaba del lado de Jack. Sus ojos se clavaron en los ojos del hombre mientras el doctor Castro lo examinaba.
-Debería de darle las gracias a esta señorita, Mackenzie-le sonrió el médico a Jack.
Éste quiso devolverle la sonrisa. Pero le dolía horrores la cabeza. Se preguntaba si la presencia de Olivia en el consultorio era un sueño.
-Le ha detenido la hemorragia-observó el doctor Castro-Un buen trabajo, sí, señor.
-Yo...-Olivia se sintió cohibida.
-Este hombre ha tenido mucha suerte de que lo encontraras-le aseguró el doctor Castro-Hay que coserle la frente. Tiene una buena brecha.
En aquel momento, Danielle entró como una tromba en el consultorio del doctor Castro.
-¡Jack!-le llamó.
Por suerte, no se fijó en Olivia. Ésta se puso tensa al ver aparecer a Danielle.
-¡Por el amor de Dios, Jack!-exclamó en español-¿Cómo demonios te has caído de ese maldito caballo?
Jack entendía lo que Danielle quería decirle. Eran muchos años de convivencia.
-Lo importante ahora es que estoy bien-la tranquilizó en un español imperfecto, pero que dejó asombrada a Olivia.
Danielle llenó de besos el rostro de Jack. Lo besó de lleno en la boca.
-Déjelo respirar, Danielle-intervino el doctor Castro-Lo mejor que puede hacer es esperar fuera.
Entonces, Danielle se fijó en que había alguien más en el consultorio. Era Olivia, que permanecía casi escondida en un rincón. La respiración de la joven se hizo más entrecortada cuando su mirada se encontró con la mirada de Danielle.
-Esta joven lo encontró en la llanura inconsciente-explicó el doctor Castro mientras limpiaba la herida que tenía Jack en la frente.
Olivia mantuvo la cabeza en alto. No apartó la vista en ningún momento.
-Así es-corroboró la joven.
Su voz sonó tranquila. Pero Olivia estaba muerta de miedo. Es la mujer de Jack, se recordó así misma. Poco importa que tú lo ames. Y que él te ame. Danielle es su mujer.
Para su estupor, Danielle fue hacia ella y la besó en ambas mejillas.
-¡Bendita seas!-exclamó en inglés-¡Bendita seas por siempre, Olivia!
Rompió a llorar. Danielle no quería llorar. Pero se había asustado ante la idea de perder a Jack. No lo amaba, pero era su marido. Un compañero...
Estaba con ella siempre.
Decidieron salir del consultorio cuando el doctor Castro enhebró una aguja para coserle la herida a Jack.
-Me he caído mil veces de mi caballo y nunca me ha pasado nada. Conozco a un cowboy que también participa en rodeos. Es un ídolo en mi ciudad. Es capaz de hacer cualquier cosa a lomos de un caballo. Se cae a menudo, pero siempre sale ileso, doctor Castro.
-Deje de hablar-le pidió el médico.
Comenzó a coserle la herida. Jack gritó de dolor.
-Debería de darme un trago de su "medicina especial"-sugirió Jack.
El doctor Castro buscó una botella de whisky que guardaba para aquella clase de heridas. La destapó y se la dio de beber a Jack.
Éste miró hacia la puerta. Le inquietaba saber que Olivia y Danielle estaban solas al otro lado. Y que estarían hablando.
Olivia jugueteaba con su sombrero de ala ancha. Al estar en la calle con Danielle, bajó la vista, sintiendo vergüenza de mirar a aquella mujer a la cara.
-¿Crees que Jack se pondrá bien?-le preguntó.
-Mi marido es un hombre muy fuerte-respondió Danielle.
Su marido, repitió Olivia para sus adentros. Es su marido.
-Se ha caído muchas veces del caballo-prosiguió Danielle-He tenido que curarle. Por fortuna, nunca se ha roto ningún hueso. Yo misma le he curado. Confieso que lo he pasado mal. Mentiría si te dijese que me he acostumbrado.
Una no se acostumbra nunca a ver al hombre que ama malherido, pensó Olivia.
-Espero que se ponga bien-dijo-Es un buen amigo.
-Sé que eres buena amiga de mi cuñada-observó Danielle.
-Iré a buscar a Kim. Ella debería de estar aquí.
-Como quieras.
Se marchó de allí. Necesitaba poner la mayor distancia posible entre Danielle García y ella. No soportaba estar al lado de la esposa de Jack amando como amaba a aquel hombre y sabiendo que aquel amor era correspondido.
Se dirigió a la escuela. Kimberly estaba en el aula con sus alumnos.
Entró en la escuela y buscó el aula donde estaba dando clase Kimberly.
Vio a su amiga de pie junto a la pizarra. Estaba escribiendo algunas sumas. Los niños la escuchaban con atención. Olivia golpeó suavemente la puerta y eso atrajo la atención de Kimberly. Se quedó sorprendida al ver a su amiga en el umbral de la puerta y fue hacia ella.
-Ha pasado algo, Kim-atacó Olivia-No te asustes.
-¿Qué ha pasado?-se inquietó la maestra.
-Es Jack. "Satán" lo ha tirado al suelo. ¡Sólo Dios sabe el porqué ese gilipollas lo ha montado!
-¡No digas palabrotas! ¿Está bien?
-Está en el consultorio del doctor Castro.
Kimberly le dijo a los niños que tenía que salir un momento. Fue a buscar a Mary. Le explicó lo que había pasado.
-Vigilaré a tus alumnos-le aseguró Mary.
Kimberly salió corriendo seguida de Olivia.
Minutos después, Kimberly entró como una tromba en el consultorio del doctor Castro. Éste estaba cortando el hilo que había usado para coser la herida de Jack.
-¡Eres el mayor imbécil que jamás he conocido!-le increpó Kimberly a su hermano-¿Cómo se te ha ocurrido montar a "Satán"?
-Yo también me alegro de verte, Kim-ironizó Jack.
-Ni siquiera milord se atreve a montar a lomos de ese caballo y has venido tú y has intentado domarlo. ¡Deberíais de soltarlo en la llanura!
Finalmente, Kimberly se derrumbó. Rompió a llorar. Apoyó la cabeza en el pecho de Jack.
-No llores-Jack acarició el cabello de su hermana-Estoy bien.
-¡No vas a parar hasta que te mates!-le recriminó Kimberly.
Jack no le quiso contar a su hermana la verdad. No habría servido de nada. Había montado a "Satán" porque necesitaba olvidarse de todo. Había pensado en huir porque el caballo era el más rápido que había en "LA PILARITA". Fue un error.
Se había bebido casi toda la botella entera de whisky que le había ofrecido el doctor Castro. Aún así, no estaba borracho. Ni siquiera estaba achispado. Jack presumía de aguantar bien la bebida. A pesar de que había salido borracho y a rastras del "saloon".
Danielle y Olivia se quedaron fueran. Danielle daba paseos inquietos de un lado a otro.
Olivia, mientras, la miraba. Le habría gustado entablar conversación con ella. Antes, se llevaban bien. De pronto, la miraba. Y lo que veía en ella era a una rival. Sería su rival de no ser porque Danielle era una mujer extraordinaria. No era capaz de odiarla. Pero deseaba odiarla porque era la esposa de Jack. Y le recordaba que su amor por él estaba prohibido.
Entonces, Kimberly salió del consultorio. Miró a su mejor amiga y a su cuñada.
-Jack quiere que pases, Danny-le dijo a Danielle.
-¡Gracias!-exclamó Danielle.
Olivia contuvo las ganas que tenía de preguntarle si Jack había preguntado por ella. Kimberly le había oído mencionar a Olivia varias veces. Pero era Danielle la que debía de entrar. Porque era lo correcto.
Olivia se colocó el sombrero sobre su revuelto cabello color caoba.
-¿Cómo está?-le preguntó a Kimberly.
-Tiene la cabeza dura-respondió la mujer-No te preocupes. Se pondrá bien.
-Dile que me alegro por él.
Olivia se dio media vuelta y se alejó de allí.

martes, 22 de mayo de 2012

JACK Y OLIVIA HAN VUELTO

Lo prometido es deuda. Aquí os dejo un nuevo capítulo de "CON EL CORAZÓN ROTO". Espero, de verdad, que os guste.
Comentadlo si queréis. Decid lo que de verdad pensáis.

Fue un error.
Romper con ella había sido un error.
Lo supo desde el primer momento. Quiso hacer las cosas bien y estaba sufriendo por ello.
Jack se estaba comportando como un adolescente inexperto. Seguía a Olivia con la vista cuando estaba cerca de ella. Se enfadaba cuando la veía hablando con Greg. ¡Aquel cabrón parecía comérsela con los ojos! ¿Y quién era quién para exigirle algo a Olivia? No era nada.
Era sólo un maldito egoísta y un maldito hipócrita. No podía exigirle nada a Olivia. Porque ella no era su mujer.
Había combatido en la guerra. Había peleado con arrojo. Pero su valentía se venía abajo cuando se trataba de Olivia O' Hara. Y de tratar de solucionar su vida.
Sólo sabía que necesitaba a Olivia. Por eso, aquella mañana, había montado a "Satán", una de las últimas adquisiciones de sir Kyle. Aquel caballo tenía un genio descontrolado y hacía honor a su nombre. Nadie había sido capaz de domarlo. Pero eso no le importó a Jack cuando lo montó. Desde el primer momento, "Satán" trató de tirarle al suelo.
-¡Quieto, chico!-le dijo.
Se aferró a las riendas mientras "Satán" se movía enloquecido. Parecía que lo había poseído alguna clase de demonio. Relinchaba de un modo muy ruidoso. Jack trató de controlarle, porque se veía en el suelo y no había nadie a su alrededor para auxiliarle.
-¡Para!-le ordenó.
"Satán" se encabritó cada vez más.
-¡Chico!-casi gritó Jack-¡Quieto, para!
"Satán" se puso de pie sobre sus dos piernas. Jack llegó, incluso, a agarrarse al cuello del caballo. Sin embargo, no pudo hacer nada. Cuando se quiso dar cuenta, estaba volando por los aires y sólo pensó en una persona antes de caer al suelo.
Debían de ser como las doce del mediodía. Las campanas de la Iglesia de Streetman estaban tocando. Era el primer aviso para que los feligreses acudieran a Streetman.
Es una señal, pensó Jack.
Voy a morir. Pero necesito verla por última vez. Necesito estar con ella por última vez.
-Olivia-pensó.
Después...Nada...La oscuridad...La penumbra...

Le dolía todo el cuerpo cuando volvió en sí y sintió el Sol dándole de lleno en la cara. Unos labios se posaron suavemente sobre los suyos. Alguien le había colocado un paño mojado en agua en la frente. Y le cogía con cariño la mano.
-Jack...-dijo una voz femenina.
Era Danielle, pensó Jack. Debía de ser Danielle, su mujer. Alguien le había encontrado tirado en el suelo. Y le había llevado a casa.
Le costó trabajo enfocar bien el rostro de mujer bañado en lágrimas que tenía delante. Y empezó a darse cuenta de que no se trataba de Danielle. Pensó que había muerto y que había subido al cielo. Porque la mujer que estaba arrodillada a su lado era Olivia.
La joven volvió a mojar el paño con el agua que llevaba en la cantimplora. Lo pasó por la cara y por la frente de Jack. Le contó que ella había salido a dar un paseo con "Yasmina".
-Y te encontré tirado en el suelo-dijo Olivia-Pensé que habías muerto.
Un sollozo se escapó de la garganta de la muchacha.
-No llores-le pidió Jack.
-¡Me has dado un susto terrible, maldito hijo de puta!-bramó Olivia.
-Lo siento.
A Jack le dolía todo el cuerpo. El ver a Olivia a su lado aliviaba todos sus dolores. Olivia se limpió las lágrimas con las mangas de su camisa. Se estaba portando como una tonta. Pero, cuando Jack abrió los ojos, dio rienda suelta a sus nervios.
-No creí conveniente moverte de aquí-le explicó Olivia-Tienes un buen golpe en la cabeza.
Olivia acabó sentándose en el suelo junto a Jack.
-Y una brecha en la frente-le indicó.
A Jack todo le daba vueltas.
-¿Por qué has salido con "Satán"?-quiso saber Olivia-¡Ese caballo debería de estar suelto! No deja que nadie se le acerque. A mí ha intentado morderte.
Jack vio que Olivia estaba masticando tabaco y encontró aquel gesto adorable viniendo de ella. Había montado a "Satán" sólo para alejarse de todo y de todos. Especialmente, de ella.
Olivia se había quitado el sombrero y su cabello largo y caoba caía libremente sobre su espalda. Flotaba al viento.
-Necesitaba alejarme-se sinceró Jack-No puedo pedirte nada.
-Ni yo quiero pedirte nada a ti-corroboró Olivia.
-Pero he cometido un grave error. Desde aquel día, pienso más en ti que nunca. Y no sé qué hacer.
-No hagas nada.
Olivia apartó la vista. No quería escuchar a Jack. Él empezaría a hablar y volverían a las andadas. Y eso era lo último que podía hacer. Jack había fantaseado con la cálida sonrisa de Olivia. Con sus ojos azul cielo clavados en los suyos sin recato alguno. Incluso había fantaseado con sus largas y bien torneadas piernas.
¡Qué Dios me perdone!, pensó Jack.
Cogió la mano de Olivia y se la llevó a los labios.
Los dos permanecieron en silencio durante mucho rato. Olivia observó la herida de la cabeza de Jack.
-¿Cómo está?-quiso saber él.
-Ya no sangra-contestó Olivia.
Las manos de la muchacha eran suaves y delicadas. No eran nada toscas, a pesar de su trabajo en el rancho.
-Podrías ayudar al doctor Castro en el consultorio-bromeó Jack-Serías una excelente enfermera.
-¡No digas tonterías!-bufó Olivia-No sirvo para atender a los enfermos. Ni siquiera me gusta estar yo enferma.
Le dio de beber un poco de agua a Jack cuando éste se lo pidió. Decidió que el doctor Castro debía de coserle la herida. A ella le asustaba intentar hacer eso. Lo último que quería era perjudicar aún más a Jack.
-Quizás no sea necesario que me cosa el doctor Castro la herida-dijo Jack.
Parecía que le había leído el pensamiento.

lunes, 21 de mayo de 2012

CRUEL DESTINO

El viernes pasado dije que cerraba este blog temporalmente. Hoy estamos a lunes.
Sin embargo, he incumplido lo que he dicho. No he podido resistir la tentación.
Y aquí está algo que prometí. Un nuevo capítulo de una de mis novelas. "PLEAMAR". Espero que os guste.
Y, por favor, no penséis mal de mí.

              La nota esperada llegó a los pocos días. Sarah no había perdido la esperanza.
              Darko le había escrito una nota. En ella, la citaba para verse en la playa.
              No entendía lo que estaba haciendo. Sarah era tan sólo una más en su larga lista de conquistas. No tardaría mucho en hacerla suya.
              Pero Sarah no se parecía en nada a las otras mujeres que había conocido. Había algo en ella que le desarmaba. Sarah era ingenua. Nunca había estado con un hombre.
              Las otras mujeres con las que había estado tenían experiencia. Hasta Lilith tenía experiencia. Sarah...No sabía nada.
             Aún así, confiaba en él. Darko no era nada de fiar. Sarah debía de entenderlo. Pero no quería hacérselo entender. Debía de ser inteligente si quería seducirla.
             Sin embargo, había algo que le detenía. La mirada límpida de la joven...
             Nunca antes había visto una mirada como la que reflejaban los ojos de Sarah. No quería destruir el brillo de aquellos ojos. No quería hacerle daño a Sarah.
             Aún así, quería verla. Aún sabiendo que podía hacerle daño.
             Quería verla.
-¡Por fin!-pensó Sarah-Darko quiere verme. Quiere que nos encontremos en la playa.
               Fue Erika la que le entregó la carta que Sarah apretaba contra su corazón. La cara de disgusto que puso la criada no le importó lo más mínimo. Lo único que sabía era que Darko le había escrito. ¡Se había acordado de ella! Sarah se echó a reír de puro gozo. Dio vueltas sobre sí misma mientras estrechaba la carta contra sí.

              Mi querida Sarah:

            Te escribo estas líneas a toda prisa. No sé cómo expresarme. 
            Necesito verte. 
            Debería de decir algo más bonito. Pero me siento muy torpe. 
           He escrito cartas en otras ocasiones. No te lo voy a negar. Pero es diferente. Contigo...Todo es diferente. 
          Por favor...No faltes. 

          Ella releía una y otra vez aquellas líneas.

           Reúnete conmigo en la playa. Será a medianoche. 
          Te juro que no haré nada. Sólo quiero verte. Estar contigo. Hablar contigo. ¿Te estoy pidiendo demasiado? Soy egoísta, Sarah. 

           En la playa...Sarah paladeó aquellas líneas. Su corazón daba brincos de alegría. Ella y Darko se iban a encontrar de nuevo. Todo lo que él era no le importaba. Lo que de verdad importaba era que Darko quería verla. Y ella acudiría a su encuentro.

        He pensado mucho en ti. Y espero que tú también hayas estado pensando en mí. 
       Me juzgas por las cosas horribles que he hecho. No piensas en la clase de hombre que soy. 
       Es curioso. 
       Sarah, no te ciegues. No soy la clase de hombre que te conviene. Tú y yo somos muy diferentes. Pero me resisto a renunciar a ti. Por favor...Acude a nuestra cita. Aunque sólo sea por esta noche. 

            Era cerca de la medianoche. Sarah se envolvió en una capa negra para confundirse con la noche. Oía a través de la ventana abierta de su habitación el sonido de las olas. Salió de su habitación. Bajó en silencio por la escalera. Todo el mundo estaba dormido. Pudo salir sin ser vista.
           Había quedado en verse con Darko a orilla de la playa. Sarah consideró de buen augurio el ver la Luna llena. Se sentó en la arena y esperó a que Darko apareciera. Aún no había llegado.
            Quizás, he llegado demasiado pronto, pensó Sarah. Llegará, se dijo así misma. Poco a poco, vio que un hombre se iba acercando a ella. ¡Es él!, pensó Sarah. Se puso de pie de un brinco. Darko iba fumando. También parecía que iba silbando una canción. Sonrió. Todo en él, a los ojos de Sarah, era perfecto. La brisa soplaba y jugueteaba con la falda de Sarah.
          Los pies descalzos de la joven se clavaron en la arena. El agua del mar los bañaba ligeramente. Tragó saliva. Darko, pensó Sarah. Darko...Alzó la vista. La clavó en él. Su Príncipe Azul...
            El hombre se acercó a ella. La luz de la Luna iluminó su rostro. Parece un dios griego, pensó. Sarah sonrió con timidez. ¿En qué estaría pensando? ¿Pensará que estoy guapa? Darko la besó en la frente.
-Me alegro de verte de nuevo, Sarah-le dijo.
          Me tutea, pensó la muchacha. Eso es bueno. Ya no me llama miss Wynthrop. Se echó a reír. No cabía en sí de alegría. Eso me alegra. Significa que soy algo más para ti. ¿Verdad que sí? Me quiere.
           Darko guardó silencio. Quería seducir a Sarah. Sería divertido despojarla de su virtud. Pero...No se atrevía a hacerlo.
            En su vida había tenido miedo.
            Tenía que ser sincero consigo mismo. Sarah Wynthrop inspiraba en él unos sentimientos que había desconocido. Le inspiraba una ternura infinita. Le inspiraba respeto. Le daba miedo acercarse a ella. Podía romperse. Le recordaba a una figurilla de porcelana. Sarah quería saber lo que era el deseo. Y él estaba asustado.
-He recibido tu carta y estoy aquí-afirmó la joven.
             Darko la besó en la mejilla, muy cerca de su boca.
-Cada vez que quiera verte, vendrás a verme-le dijo.
-Y eso es lo que quiero hacer-prometió Sarah.
            Los dos se sentaron en el suelo. Sarah apoyó su cabeza en el hombro de Darko.



-Cuando estoy lejos de ti, me siento morir-le confesó-Sólo quiero estar contigo.
            A veces, tenía la sensación de que Darko estaba ahí. Pero parecía que no estaba pendiente de ella. No como lo estaba Sarah de él. Su mente parecía estar puesta en otra parte. Debe de estar preocupado por lo que puedan pensar mis padres cuando se enteren, dedujo Sarah. Los labios de Darko acariciaron el cabello suelto de la joven. Las estrellas brillaban en lo alto del cielo. Ellas, la Luna y las olas eran testigos de aquel encuentro clandestino. Los ojos de color turquesa de Sarah brillaron con anhelo cuando se posaron en Darko.
-Cuando me he acercado a ti, he pensado que eras una sirena-le confió el hombre.
-¿Una sirena?-se asombró Sarah.
-Eso ha sido lo que he pensado.
-¿Crees que soy una sirena?
-O una diosa.
           Ha pensado lo mismo que yo, se dijo Sarah. Se acercó todavía más a Darko y posó sus labios en los labios del hombre.
-Tengo que irme-le dijo.
-¿Tan pronto?-se asombró Darko.
           Sarah asintió. No quería irse. Pero no quería levantar sospechas. Sus padres podían levantarse. Ir a su habitación. Ver que no estaba. Y pensar lo peor después de lo ocurrido con Katherine.
-Lo siento mucho-se disculpó Sarah-Pero nos volveremos a ver. ¿De verdad que nos volveremos a ver, Darko? Sí...Porque tengo que estar contigo siempre.
            Se puso de pie. Llevaría en sus labios el beso que le había dado a Darko. Salió corriendo.
           A aquel hombre le habría gustado tener entre sus brazos a aquella bella y escurridiza joven. Estaba utilizando con ella todos los trucos que había utilizado con las demás. Pero Sarah se resistía. Sé que acabará cayendo, como cayeron las otras, decidió.
           Sarah Wynthrop era un reto y a Darko Raven le gustaban los retos.
           Se quedó sentado en la playa. Miraba al vacío. Sarah acababa de irse. Podía ver las huellas de sus pies en la arena.
            Había dicho en serio lo que le había parecido una sirena al verla. Quería seducirla. Sin embargo, no se había atrevido a ir más allá con ella. Sarah no se atrevía. Y él respetaba su decisión. Las olas bañaban sus pies desnudos. Sarah ya no estaba con él.



               Todo había empezado con aquella estúpida pelea a navajazos. Entonces, su mirada se posó en ella.
               Sarah no estaba escandalizada. No le miraba con descaro. Había algo en ella que la hacía diferente de las demás mujeres que había conocido. Era distinta.
                Acabaré haciéndole daño, pensó Darko. Lo mejor que puedo hacer es largarme.
                Pero se había jurado así mismo que no pararía hasta seducir a Sarah. ¿Qué podía hacer?
                Era un hombre al que le gustaban los desafíos. Sarah era un desafío a vencer. No era ningún cobarde.
                 ¿Qué dirían de él? Dirían que había tenido miedo de una solterona virgen de veintiséis años. Su orgullo era desmedido. Igual que su ego...Darko Raven no podía permitirse el lujo de ser vencido por Sarah Wynthrop. ¡Eso no lo iba a permitir!

                  Sarah regresó a su casa mientras recordaba todos los momentos vividos al lado del hombre al que ella amaba y pensando en el beso que le había dado. 
                Aún sentía en sus labios los labios de Darko. Entró sin hacer ruido por donde había salido. Por la puerta de la cocina.
               Cuando estemos casados, pensó Sarah mientras subía por la escalera, podremos pasar toda la noche besándonos hasta el amanecer.

viernes, 18 de mayo de 2012

DESPEDIDA, QUE NO CIERRE

Hola a todas.
Lo primero que quiero deciros es gracias.
Por haber estado conmigo en estos meses.
Sois un gran apoyo. Me dais aliento a que siga adelante.
Mi animáis a que siga escribiendo. No sabría cómo agradecéroslo.
El motivo de esta entrada es muy sencillo.
Durante algún tiempo, no voy a hacer ninguna entrada en este blog. No es que lo vaya a cerrar. ¡Eso no!
Pronto, tendréis noticias de vuestros personajes favoritos. De Olivia, de Jack, de Sara, de Darko...
El motivo por el que he estado estos días sin subir nada al blog es porque hace algún tiempo decidí rendirle un homenaje a mi ciudad. La Unión. Y quiero centrarme en ese homenaje.
Lo tengo prometido desde hace mucho tiempo. Incluso desde antes de la creación del blog. Lo que pasa es que las Musas no me acompañaban. No sabía cómo quería hacerlo. Se han escrito libros sobre La Unión. Sobre el Cante de las Minas. Pero...Novelas sobre La Unión no se han escrito casi ninguna. Que yo sepa.
Estoy preparándolo todo. Pero eso no quiere decir que vaya a dejar el blog. ¡Ni mucho menos! Sigo planeando los destinos de vuestros personajes favoritos. Y quizás...No sé, no sé. Os llevéis una sorpresita con Olivia. ¡Je, je! Pero cada cosa a su debido tiempo.
Y...¿Cómo va a ser ese homenaje? Como me gusta. En forma de historia.
Espero que os guste. Será una historia como nos gusta a todas. Llena de amor. Pero también llena de sentimientos.
Mi ciudad es una ciudad llena de gente. El amor existe desde la creación de los tiempos. La Unión no va a ser una excepción.
Será un viaje a sus orígenes. A sus orígenes más remotos en el tiempo...
Hasta la creación de la ciudad tal y como la conocemos.
Lo he escrito desde el cariño que siento hacia mi ciudad. Desde el amor que me inspira. Desde el respeto...
Os invito a que no os lo perdáis. Y a que sigáis su historia. Espero de todo corazón que os guste. Y no tardaréis en recibir noticias de Olivia y compañía.
¡Un abrazo a todas vosotras!
Y hasta pronto.
Que esto no es una despedida definitiva. ¡No! Esto es sólo un punto y aparte.
Ahora, hay que pasar al siguiente renglón.
Muchas gracias por estar ahí y espero que sigáis estando ahí durante mucho mucho tiempo.

domingo, 13 de mayo de 2012

CON EL CORAZÓN ROTO 155

QUERIDA ESTELLE:

ANOCHE, MI PADRE VOLVIÓ A CASA MUY TARDE. REGRESABA OLIENDO A WHISKY Y TAMBALÉÁNDOSE. ESTUVO JUGANDO AL PÓKER HASTA ALTAS HORAS DE LA MADRUGADA.
-¡ESCALERA DE COLOR!-EXCLAMÓ-DOBLES PAREJAS...¡TODO ESO LO HE TENIDO YO!
NO ENTIENDO EL PORQUÉ MI PADRE CONTINÚA YENDO AL "SALOON" Y NO LE QUIERO NI SIQUIERA PREGUNTAR SI HACE ALGO MÁS QUE JUGAR AL PÓKER. NO QUIERO SABERLO.
SUS GRITOS NOS DESPERTARON A NORA, A CONSUELA Y A MÍ. YO NO PUEDO DORMIR POR LAS NOCHES. SIENTO UNOS LABIOS BUSCANDO LOS MÍOS. Y UNAS MANOS QUE ACARICIAN MIS MEJILLAS. NO LO ENTENDERÍAS PORQUE AÚN ERES UNA NIÑA. FUE CONSUELA LA QUE LLEVÓ A MI PADRE HASTA SU HABITACIÓN.
-MAÑANA, NO PODRÁ LEVANTARSE DE LA CAMA-AUGURÓ-LE VA A DOLER MUCHO LA CABEZA.
NO ME GUSTA QUE MI PADRE VAYA AL "SALOON". CONFIESO QUE SON MUCHAS LAS NOCHES EN LAS QUE TODO SE COMPLICA. CUANDO DIGO ESTO, ME REFIERO A QUE HAY PELEAS. INCLUSO JACK SE HA VISTO INVOLUCRADO EN ALGUNA DE ESTAS PELEAS. ROMPIENDO SILLAS. DANDO PUÑETAZOS.
TE LO PUEDES IMAGINAR, ESTELLE.
UN VECINO DEL PUEBLO SE HA IDO HOY. SE TRATA DE UNO DE LOS SOBRINOS DE KIMBERLY. NO SÉ CUÁL. SE VA A BUSCAR ORO A CALIFORNIA.
-NADIE QUIERE ESTAR YA AQUÍ-SE LAMENTA KIMBERLY-TODO EL MUNDO QUIERE IRSE.
-NO HAY ORO EN CALIFORNIA-AFIRMO.
-ESO ES LO QUE TÚ DICES-INTERVIENE GREG-PERO EL PRESIDENTE YA HA HABLADO. Y DICE QUE SÍ. ¿O ES QUE LO HAS OLVIDADO?
KIMBERLY SE ALEJA. NO QUIERE NI SIQUIERA MIRAR CÓMO SE ALEJA LA CARAVANA.
ME FIJO EN QUE KIMBERLY TIENE UNA ESPECIE DE MORDISCO EN EL CUELLO. LE PREGUNTO QUÉ LE HA PASADO.
-SON LOS MOSQUITOS-ME RESPONDE-SE HAN ENSAÑADO CONMIGO TODO LO QUE HAN QUERIDO.
-¿EN SERIO?-INQUIERO.
LAS DOS CAMINAMOS EN DIRECCIÓN A LA ESCUELA.
HAY ALGO EN LA EXPLICACIÓN QUE ME HA DADO KIMBERLY QUE NO ME CUADRA.
ME DAN PINCHAZOS DE NUEVO EN LA CABEZA. ME TENGO QUE DETENER PORQUE ME CAIGO AL SUELO. KIMBERLY ME COGE DE LOS BRAZOS.
-VOY A LLEVARTA A LA CONSULTA DEL DOCTOR CASTRO-ME DICE.
-¡NO!-CONTESTO-YA SE ME ESTÁ PASANDO. ES SÓLO QUE NO HE DESAYUNADO TODAVÍA.
ME APOYO EN LA FACHADA DE LA TIENDA.
SIENTO EL SOL DÁNDOME DE LLENO EN LA CARA. LO ÚLTIMO QUE QUIERO ES DESMAYARME.
A PESAR DE TODO, ME DIRIJO A "LA PILARITA". NO PUEDO PERDER EL TIEMPO. BEBO RÁPIDAMENTE UNA TAZA DE CAFÉ FRÍO QUE ME OFRECE ANNIE. HE DE PONERME A TRABAJAR LO ANTES POSIBLE.
"CÉSAR" YA NO ESTÁ EN EL ESTABLO. SIR KYLE LO HA VENDIDO. ELIZA SANTANA QUIERE USARLO COMO SEMENTAL PARA CUBRIR SUS YEGUAS. ME LO HA CONTADO "EL MUELAS". AÑADE QUE ÉL SÍ QUIERE CUBRIR A ELIZA SANTANA. ESE COMENTARIO ME PARECE UNO DE LOS MÁS REPUGNANTES QUE HE OÍDO EN MI VIDA.
NO SÉ PORQUÉ TE ESCRIBO.
NO SABES CÓMO ES LA VIDA EN STREETMAN.

Olivia dejó de escribir. Estaba escribiendo aquella carta en el despacho de su padre. Cerró el tintero. Se quedó mirando el papel que tenía encima de la mesa.
¿De verdad servían de algo aquellas cartas?, se preguntó Olivia. Lo que ella quería era desahogarse con alguien. Y había querido desahogarse con Estelle. A pesar de que su prima era aún una niña y vivía separada por un océano de ella.
Pensó en Lily. La chica vivía su propio calvario de amor por culpa de su forzosa separación de Lince Veloz.
Y estaba también Kimberly. Pero Olivia no se atrevía a confiarle su secreto a ella. Después de todo, Jack era su hermano. Se puso de pie con gesto cansado. Dobló la carta y se la metió en el bolsillo del pantalón. Sé que voy a acabar rompiendo esta carta como he hecho con las demás, pensó.
Salió del despacho de Sean.

sábado, 12 de mayo de 2012

CON EL CORAZÓN ROTO 154

La amaba.
Freddie estaba seguro de que amaba a Tracy Wallace como nunca antes había amado a alguien. Escribía su nombre en el suelo. Su cara se le aparecía en sueños.
-Tracy...-susurraba.
Algunas veces, ella parecía ausente. Su belleza era asombrosa. Más que una mujer, parecía un ángel.
Ethan se reía cada vez que Freddie intentaba abrirle su corazón. Claro que Ethan no podía entenderlo. Para él sólo estaba Lucy.
Tracy era bellísima. Era la clase de mujer que podía llevar a los hombres a la perdición. El único al que Freddie podía abrirle su corazón era al Padre Blasco. Y éste le decía que debía de alejarse de Tracy.
Pero el corazón de Freddie era obstinado. Tracy no lo llevaría a la perdición. Era un ángel hecho mujer.
Su enfermedad...El problema era que estaba enferma.
Había veces en las que no era capaz de hablar con Freddie. Estaba sumida en una especie de silencio que se autoimponía.
¿En qué momento se dio cuenta de que estaba enamorado de Tracy? No lo sabía. En algún momento...Cuando iba a verla. Hasta aquel momento, nunca había tenido novia. Jamás había cortejado a una chica. Pero había fantaseado con Tracy. Soñaba con escaparse con ella. ¿Adónde irían?
Ensayaba delante del espejo.
-Tracy...-balbuceaba-Yo...
Carraspeaba. Empezaba de nuevo. Pero se sentía ridículo. ¿De verdad creía que Tracy iba a escaparse con él? ¡Era absurdo!
-¡Es inútil!-se rendía-Estoy perdiendo el tiempo.
Pero fantaseaba con la idea de llevar a Tracy a la capital del Condado. A Fairfield...Y ella...Ella estaría encantada de poder viajar con él. Freddie le pediría que se casara con él. Y Tracy...Tracy diría que sí.
Seré tu esposa.
Seré tuya, Freddie. Y tú serás mío. Sólo mío...
Iba a verla a su casa. Y hablaban durante mucho rato.
-¿Cómo has pasado el día?-le preguntaba Freddie a Tracy.
Y se topaba con el mutismo de la joven.
-Tenía muchas ganas de verte-afirmaba Freddie.
Ella no le contestaba.
-He pensado mucho en ti-proseguía él.
Se marchaba del rancho. Estaba desolado. A veces, le cogía las manos. Intentaba tocarla de manera suave. Y, en ocasiones, Tracy, furiosa, le escupía. Abby intervenía. Calmaba como podía a su hermana.
Admiraba sinceramente a Tracy. No la deseaba de forma carnal. Él la admiraba por su belleza y por su valentía.
Abby le pedía perdón a Freddie. Le decía que Tracy no sabía lo que hacía.
Aún así, Freddie regresaba a "LA IRA" para hablar con Tracy. Pero empezaba a ser costumbre que la joven le mirase con odio. No quería hablar con él. Le odiaba porque parecía que Freddie quería irse. No la amaba tanto como decía. A sus ojos, Freddie era un mentiroso. Y le odiaba porque le estaba haciendo daño. Sin él, Tracy se moriría.
Otras veces, le cogía las manos a Freddie y se las besaba. Luego, lo besaba con desesperación en la boca.

QUERIDA ESTELLE:

TE ESCRIBO ESTA CARTA PORQUE NECESITO DESAHOGARME CON ALGUIEN. AUNQUE SEAS UNA NIÑA, ESPERO QUE ME ENTIENDAS.
TENGO LA SENSACIÓN DE ESTAR CAMINANDO POR EL DESIERTO.
MI PADRE ME DICE QUE AQUÍ SOBREVIVEN LOS QUE SON MÁS FUERTES. ANTES, CREÍA QUE YO ERA FUERTE. AHORA, TENGO MIS DUDAS. ESTE LUGAR VA A ACABAR CONMIGO.
ANTES, CUANDO ME PELEABA CON ALGUIEN EN EL "SALOON", NO VACILABA EN SACAR MI COLT. DISPARABA CONTRA ALGUIEN.
NO PIENSES QUE SOY UNA ASESINA. LA VIDA AQUÍ ES ASÍ. SIN UN COLT, NO ERES NADA. NO ERES NADIE.
NO BUSQUES GENTE BUENA EN ESTE PUEBLO. TODOS VIVEN ACOSADOS POR SUS PROPIOS DEMONIOS INTERNOS. A VECES, HAY ALGÚN TIROTEO EN EL PUEBLO. LA GENTE SE ENCIERRA EN SUS CASAS Y PERMANECE CON LA CABEZA GACHA. UNA ESPECIE DE SUMISIÓN A LOS BANDIDOS...
EL OLOR A MUERTE IMPREGNA A MENUDO EL  PUEBLO. VEO MIEDO EN LOS VECINOS.
PECOS KID REGRESÓ.
VINO A ATRACAR EL BANCO DE FAIRFIELD. LA PERSECUCIÓN LLEGÓ HASTA STREETMAN.
YO ESTABA EN EL PUEBLO. NO PIENSES MAL DE MÍ. NO ME DI CUENTA DE LO QUE ESTABA PASANDO. ENTONCES, OÍ LOS DISPAROS.
ME ESCONDÍ DETRÁS DE UNA ESQUINA. ME DIRIGÍA A LA TIENDA A HACER LA COMPRA.
NO PENSÉ EN NADA. SÓLO DISPARÉ. OÍA A LA GENTE GRITAR. VI A UN NIÑO TIRADO EN EL SUELO. UN ALUMNO DE KIMBERLY... PECOS KID LO HABÍA MATADO A SANGRE FRÍA.
DISPARÉ SIN VER BIEN A QUIÉN LE DABA. LO HICE SIN DUDAR.
VACIÉ MI COLT. LO DEJÉ CAER AL SUELO. PECOS KID HUYÓ DE STREETMAN. LO HIZO COMO HABÍA LLEGADO.
DEJANDO ATRÁS UNA ESTELA DE POLVO. PERO TAMBIÉN DEJÓ UNA ESTELA DE SANGRE. LA MADRE DEL NIÑO MUERTO LLORABA AFERRADA A SU CUERPO. SALÍ DE MI ESCONDITE. NO QUISE NI MIRAR EL CUERPECITO DEL NIÑO. SE ME HIZO UN NUDO EN LA GARGANTA.
VOLVÍ A CASA. NO HICE EL RECADO.
LA VIOLENCIA DEBERÍA DE FORMAR PARTE DE MI VIDA COTIDIANA. EL "SHERIFF" SE LANZÓ EN PERSECUCIÓN DE PECOS KID. LE DISPARÓ VARIAS VECES SIN ALCANZARLE. REGRESÉ POCO A POCO A CASA.
NO ME ACOSTUMBRO A VIVIR ASÍ. NO PUEDO SOPORTAR QUE HAYA TIROTEOS EN EL PUEBLO. Y QUE MUERA GENTE INOCENTE POR CULPA DE OTROS. EL RUIDO DE LOS DISPAROS SE ME METE EN LA CABEZA, ESTELLE.
ME DOLÍA LA MANO DE APRETAR EL GATILLO. NO RECUERDO HABER DISPARADO MÁS DE UNA VEZ. O DE DOS. NO PIENSES MAL DE MÍ.
PECOS KID HA ROBADO EN TODOS LOS BANCOS DEL ESTADO DE TEXAS. HA DEJADO UN REGUERO DE CADÁVERES A SU PASO. LOS VECINOS HAN INTENTADO LINCHAR A UN HOMBRE. CREÍAN QUE ERA CÓMPLICE DE PECOS. PERO CREO QUE LO QUISIERON COLGAR SÓLO PORQUE ERA NEGRO. UN ESCLAVO FUGADO...
LE DIERON POR MUERTO Y SE MARCHARON.
VEO PASAR A LOS BUITRES MIENTRAS ME DIRIJO A MI TRABAJO. HA MUERTO ALGUIEN, PIENSO. MEJOR DICHO...HAN MATADO A UN HOMBRE. Y LOS BUITRES DARÁN BUENA CUENTA DE SU CADÁVER.
TIENES QUE SER IMPLACABLE. TE PUEDEN MATAR. Y ESTOY CANSADA DE DEFENDERME. ESTOY CANSADA DE LUCHAR POR MI VIDA. ESTOY CANSADA DE LA VIOLENCIA. ESTOY CANSADA DE LIDIAR CON HOMBRES COMO PECOS.
DEBERÍA IRME CON GREG A CALIFORNIA. BUSCARÍAMOS ORO. NOS HARÍAMOS RICOS. A LO MEJOR, LO HAGO. ME MARCHO A CALIFORNIA CON GREG.

viernes, 11 de mayo de 2012

¡FELICIDADES, DULCE! AUNQUE SEA CON UN POCO DE RETRASO

Ayer, nuestra buena amiga Dulce cumplió años. Como ya saben, lo celebró con un concurso en su blog http://elclubdelasescritoras.blogspot.com/
Como tengo la cabeza, donde la tengo (o sea, en Babia), hago esta entrada en mi blog para felicitar a Dulce por su cumpleaños, aunque sea con un día de retraso.
Es mi manera de agradecerle lo bien que se está portando conmigo y la ayuda que me está brindando. Eres una buena amiga y no sé cómo compensarte por todo lo que estás haciendo. Espero que esta entrada, aunque un poco tardía, te guste.
Y quiero decirle algo que he aprendido con los años. Nadie muere de verdad mientras se siga pensando en él con amor.
Y, como no nos vamos a poner tristes, aquí va mi felicitación.


Cumpleaños feliz,
cumpleaños feliz.
Te deseamos todos.
¡Cumpleaños feliz!

¡Y que cumplas muchos más!
Un abrazo, amiga.

miércoles, 9 de mayo de 2012

PREMIO TU BLOG ME INSPIRA...¡Y VAN TRES!

Aún no me lo acabo de creer. Una buena amiga de este blog, Portadora de sueños, ( http://laportadoradesuenos.blogspot.com.es/) a la que deseo toda la suerte del mundo con su novela "Un juego de amor", me ha otorgado este bonito premio.


Todas las personas que reciban este premio tienen que indicar en su blog sus cinco hábitos más extraños. Ahora, me toca a mí contarlos.
Vais a pensar que me falta un tornillo, pero allá vamos.

1-Me gusta limpiar la casa mientras escucho de fondo los documentales del canal de Historia. (Odio los programas del corazón).
2-Mientras escribo en mi blog, oigo música de fondo. Sobre todo, música de los años 80, 70 y de Lady Gaga. ¡Me encanta!
3-Tengo una papelera en mi habitación donde tiro lo que no necesito.
4-Suelo tener la tele puesta cuando escribo a mano. Normalmente, pongo documentales de Historia. No es muy normal, lo sé. Pero la Historia me pierde.
5-El cine de terror de ahora me deja indiferente. De verdad he pasado miedo viendo "Drácula", (la versión de Tod Browning) y "Nosferatu", de Mornau.

Ahora, me toca escoger a los quince ganadores de este premio. ¡Qué difícil! Los ganadores tienen que dejar un comentario en el blog que les ha dado el premio, junto con el link de ese blog.
Y los ganadores son:

http://romanceanna.blogspot.com/
http://raecj.blogspot.com/
http://elclubdelasescritoras.blogspot.com/
http://elcementeriodeloslibros.blogspot.com/
http://vidinala.blogspot.com/
http://raquelotero.blogspot.com/
http://cuentauncuento-bam112.blogspot.com.es/
http://elfinal-delahistoria.blogspot.com.es/
http://elblogdew3ndy.blogspot.com.es/
http://unavidadificil-yo.blogspot.com.es/
http://lasalasdelalibertad.blogspot.com/
http://unminutodemieternidad.blogspot.com/
http://lossecretosdeunadama.blogspot.com/
http://eileen-blackwood.blogspot.com/
http://sintonialiteraria.blogspot.com.es/

Es muy difícil escoger a un ganador cuando todos se merecen este premio.

martes, 8 de mayo de 2012

CRUEL DESTINO

                Los días fueron pasando. Pero las hermanas de Katherine seguían preocupadas por ella.
                Mistress Wynthrop era la que peor lo llevaba. Intentaba ser fuerte. Pero se había derrumbado en numerosas ocasiones. Observó de cerca a su hija. Había algo en ella que le recordaba mucho a su hermana menor. La misma que se quitó la vida cuando no pudo soportar la muerte de su amado. Quería pensar que Katherine no seguiría los pasos de su tía. Aquel canalla, a decir verdad, era el primer hombre que se había interesado por Katherine. Su hija tenía veinticuatro años. Debía de haberse casado hace mucho tiempo. Lo mismo que sus hermanas.
             A Mary le gustaba dar largos paseos. Era ella la que solía acompañar a Katherine cuando salía a pasear por el jardín.
-Hoy hace Sol-le comentaba.
             Pero Katherine no le hablaba.
            Mary reflexionaba acerca de su futuro. Antes o después, tendría que enfrentarse a su pasado.
            Todo...Todo saldrá bien, pensó.
            Una noche, fue a la habitación de Sarah y se sentó en su cama. Ésta se sentó a su lado. Mary retorció sus manos con nerviosismo. Sarah tiene razón, pensó. Me estoy adelantando a los acontecimientos. El conde vendrá a hablar con padre. Dice que está interesado en mí. Pero...¿Qué significa eso? De momento no significa nada. Pero...Más adelante...Puede que signifique algo. No se sabe.
-¿Cómo está Cathy?-le preguntó Sarah.
-Creo que acabará recuperándose con el paso del tiempo-respondió Mary.
-Creí que la pena la mataría.



-Es mucho más fuerte de lo que todos pensamos.
-Ahora, hay que pensar en ti. Vas a salir ganando si te casas con el conde. A decir verdad, no sé si tiene mil nombres y diez mil apellidos, como todos los aristócratas. Tú sólo te llamas Mary. El conde parece un hombre sencillo. Cree que el matrimonio debe de ser por amor. No por los títulos. O por el dinero. O por otra cosa. Es un hombre que tiene más de treinta años. Treinta y pocos. No tiene sesenta.
-Es un hombre muy apuesto-Mary se ruborizó-No parece que sea tan rico como la gente dice.
-Porque no tiene todo el dinero aquí, boba. Y dinero no le falta. Te tratará como a una Reina. No te faltará nunca nada. Tendrás joyas. Vestidos bonitos...Una cama con dosel...Amplia...
            Mary se rió con nerviosismo.
             Tendría que compartir cama con el conde.
            No había pensado en eso.
            En realidad, sí lo había pensado.
            Sabía cuál sería su deber como condesa.
             El miedo se apoderó de ella. Tendría que sincerarse con el conde.
            Pero...¿Aceptaría él la verdad? Mary no era virgen. Cierto era que no era virgen por voluntad propia. Lo que hizo después de aquello. ¡Robert tendría que entenderla! Se preguntó si la entendería. Estaba muerta de miedo. Nunca fue una mujer valiente. Entonces, ocurrió aquello. Y...Nadie lo sabía.
-Eso es lo que me asusta-admitió.
-Pues que no te asuste-la aconsejó Sarah.
-Lo sé.
-¡Oh, Mary! Viajarás en tu propio carruaje. Irás a muchos bailes. ¡Y te codearás con lo más granado de la sociedad!-Sarah se echó a reír. Apretó las manos de Mary. Su hermana apenas esbozó una sonrisa trémula-¡Me alegro mucho por ti! Tendrás un carruaje dorado tirado por cuatro caballos blancos. O castaños.
-Los caballos no importan-afirmó Mary-Ni el dinero. Ni las joyas. Lo que de verdad me importa es que quiero amar al señor conde. Aún no le amo. Pero siento aprecio por él. El amor nace de la convivencia. Y yo aprenderé a convivir con lord Robert. Lo querré mucho.
-Aprende a quererlo antes de que te cases con él-le aconsejó Sarah-El matrimonio es para toda la vida. El conde parece un buen hombre. Y parece que te quiere de verdad.
-Me alegro de que Cathy no se vaya a casar con ese sinvergüenza.
                 Katherine, por su parte, seguía sin querer salir de su habitación. No preguntaba por mister Winter. Aquel nombre se había convertido en un tema tabú en la casa de los Wynthrop. No se mencionaba para nada. A decir verdad, todos creían que estaban obrando por el bien de la joven.
              Sarah no veía el momento de hablar con sus padres. Necesitaba contarles que se había enamorado.
                Pero el tema de Katherine lo había aplazado. Algo que Sarah agradecía. No sabía cómo afrontar el tema. Su madre estaba destrozada. Mister Wynthrop decidió que Katherine debía casarse. No podía perder más tiempo. Pero que lo haría con el hombre que él escogiera. Confiaba en Sarah.
               Por eso, decidió dejar a su hija mediana para después.
               No quería casarla con un cualquiera.
              La casaría con un aristócrata, sí.
             Katherine no reaccionó cuando se enteró de los planes de su padre. Algo había muerto en su interior.
             Creía que mister Winter iría a buscarla. Pero parecía que la había olvidado. Todos sus juramentos de amor eterno habían sido falsos.
            Ya no lloraba por él. No sentía ni siquiera odio por él. Estaba muerta en vida. Sus hermanas lo advirtieron.
            Katherine dejó de interesarse por la música. Ya no pasaba largas horas sentada al piano. Como hacía antes. El piano le traía dolorosos recuerdos que ella intentaba olvidar.
             Sarah pensaba mucho en el destino de sus hermanas. Adoraba a Mary y a Katherine. No entendía el porqué su hermana menor no había luchado por estar al lado de mister Winter. Katherine era la menor de las tres. La habían protegido mucho. Sobre todo, cuando se dio cuenta de que pasaba el tiempo. De que ninguna de las tres se iba a casar. Había creído que nunca se enamorarían. Pero no era así. Las tres se habían enamorado.
             Sarah sonreía cada vez que pensaba en Darko Raven. Le gustaba cómo sonaba su nombre. Darko Raven...Estaba locamente enamorada de él. O eso pensaba. Deseaba verse convertida en su esposa. Si no conseguía ver cumplido su objetivo, se metería a monja. Lo había decidido. No iba a ser como Katherine, resignada a su suerte. Ella era de otra forma. No entendía el porqué Katherine no se rebelaba.
             Debería de haber huido.
            Debería de estar al lado de mister Winter.
            Las hermanas Wynthrop habían sido educadas en un convento. Allí, habían recibido una esmerada educación. Sara conocía la existencia de un convento en Holyhead. Nunca había ido allí. Fueron enviadas al convento tras la renuncia de la última institutriz que tuvieron. Sarah había agotado el cupo de su paciencia.
Tanto ella como sus hermanas habían sido preparadas para convertirse en damas refinadas.
             En el convento, aprendieron a sumar. Aprendieron a bordar. Aprendieron a escribir. Aprendieron a leer. Aprendieron a caminar de forma correcta.
             Pero no tuvieron la suerte de encontrar marido en sus respectivas puestas de largo.
            Katherine era una mezcla entre la pasión que desbordaba Sarah por la vida y el carácter tranquilo de Mary. Pensaba que era de sentido común actuar tal y como ordenaba su padre. Pero, mientras Mary le leía algo en voz alta, Katherine sentía que la odiaba.
            No quería escuchar la voz de Mary. La odiaba porque ella tenía la culpa de su desgracia.

lunes, 7 de mayo de 2012

CON EL CORAZÓN ROTO 153

Al día siguiente, Olivia salió a dar un paseo con "Yasmina". Sentía un fuerte dolor dentro de su pecho. Aún sentía sobre su boca la boca de Jack. No volvería a experimentar aquella deliciosa sensación.
No quería saber nada de los hombres. Pero necesitaba estar alejada de Jack. Azuzó a "Yasmina". La yegua fue más rápido y Olivia tuvo la sensación de estar volando. Jack seguiría viviendo en Streetman y lo seguiría viendo, no sólo en la calle, sino también en "LA PILARITA".
Tuvo que detener a "Yasmina". Había llegado ya al pueblo. Necesitaba descansar. Sintió un fuerte dolor dentro de su pecho que iba en aumento. Es tu corazón, pensó. Se te ha roto. No le había pasado nada parecido, ni siquiera cuando Greg la dejó. Sus sentimientos por Greg no eran ni la mitad de fuertes de lo que eran por Jack.
Desmontó a "Yasmina". La llevó hasta el abrevadero. La yegua bebió agua.
-¿Qué voy a hacer, "Yasmina"?-le preguntó a la yegua.
Vio a un hombre saliendo de la consulta del doctor Castro. Creyó ver a Anne entrar en la tienda de la modista. Había algunos hombres que salían a trompicones del "saloon". Un hombre se estaba afeitando en la barbería. Olía a pan recién hecho. La vida seguía a su alrededor. Pero Olivia no lo veía de ese modo.
Algo ha muerto en mi interior, pensó la joven.
Y contuvo las ganas que tenía de echarse a llorar.
Porque no debía de venirse abajo.

Lily se sentó en la mesa de su habitación.
A su mente, venían recuerdos de cuando era pequeña. Recordaba las historias que sus padres le habían contado. De cuando el hombre blanco llegó por primera vez a aquellas tierras. De cómo vivían los comanches cuando el hombre blanco no había pisado todavía aquellas tierras.
Lily abrió su diario. Mojó su pluma en el tintero. Debía de recordar aquellas historias.
-No deben perderse-pensó.
Era una manera que tenía de honrar el recuerdo de su padre.
-Piensa-se dijo Lily.
Era un regalo que le hacía a Dos Nubes y a Pluma Roja. Ellos le habían recordado quién era ella.
Y era comanche.
Fuera, soplaba con intensidad el viento. Son los espíritus, pensó Lily. Se pasean por La Tierra.
No los vemos, pero los sentimos.
Nos rodean.
Están ahí.
Lily empezó a escribir.

CRUEL DESTINO

           Sarah salió de su habitación. Bajó a brincos la escalera.
           Encontró a Lilith de pie frente a la ventana del salón.
-Lilly...-la llamó-Tengo que irme.
             Su amiga se giró para mirarla.
            Sarah ahogó un grito. Lilith tenía los ojos enrojecidos de tanto llorar. Pensó en lo difícil que podía ser amar. Katherine había intentado quitarse la vida. Lilith estaba viviendo cómo su matrimonio se consumía.
-Entiendo que tengas que regresar con tu familia-dijo con voz débil.
-Se trata de una de mis hermanas-le explicó Sarah-De Cathy...
-No importa. No me debes explicaciones, querida.
             Sarah se preguntó si ella sufriría por Darko.
-Me necesita-susurró.
             ¿También Darko la haría sufrir? ¿Le haría lo mismo que Alexander le estaba haciendo a Lilith? Apartó aquel pensamiento de su mente.  
            Sara regresó a su casa en Holyhead a lo largo de aquella semana. Apenas tuvo tiempo de despedirse de Lilith. Y no se despidió de Alexander.
            Sarah se subió al carruaje del matrimonio que la llevaría al embarcadero. Una barca la estaba esperando. De allí, partiría con destino a la isla de Holy. No tardaría mucho en volver a casa. Pero la idea no le agradó. Nunca le agradaba separarse de Lilith.
-Cuídate-le pidió Lilith.
-¿Seguro que no quieres venir conmigo?-inquirió Sarah.
-No podría ir a ningún sitio.
-No te reconozco, Lilly.
-Estaré bien. Sólo quiero salvar mi matrimonio. Si es que aún estoy a tiempo de salvarlo. Cuídate mucho, Sarah.
              El carruaje se alejó de allí. Sara se asomó por la ventana. Vio la figura de Lilith frente a la fachada de su casa en Valle Profundo. Un lugar precioso rodeado de árboles...No se movía. Sarah agitó la mano en señal de despedida, pero Lilith no hizo lo mismo.

              Katherine ya se levantaba de la cama para cuando Sarah  llegó. Pero se negaba a comer.
              Sin embargo, no recibió a su hermana. Pasó todo el día encerrada en su habitación.
              A los pocos días de su regreso, Sarah estaba cepillándose el pelo en su habitación una vez que Erika la ayudó a ponerse el camisón. Entonces, entró en su cuarto María. Llevaba su cabello rojo recogido en un moño perfecto. Pero su entrada alocada no era propia de ella. Aunque sí tenía la costumbre de entrar sin llamar. Parecía que estaba contenta por algún motivo. Traía una nota en la mano.
              Katherine seguía encerrada en su habitación.
             Sarah había intentado hablar con ella varias veces. Erika le subía la comida. La obligaba a probar bocado.
             Parecía que Katherine quería dejarse morir.
            Por lo general, Mary se levantaba antes que sus hermanas. Erika se acercó a ella cuando la vio en el pasillo.
-Ha recibido una carta, señorita-le comunicó.
-¿Una carta?-se extrañó Mary-¿De quién?
           Cogió la carta. Se encerró en su habitación. Un gritito de alegría se escapó de sus labios al leer aquella misiva. Emocionada, la estrechó contra su cuerpo.
-Por lo visto, no me quedaré a vestir Santos-pensó Mary-Parece que le gusto a alguien. A alguien importante...¡Qué bien! Padre se va a alegrar. Quiere que haga una buena boda.
            Salió corriendo de su habitación. Tenía que contárselo a alguien. Y ese alguien era su hermana menor, Katherine. Creía que aquella noticia la alegraría.
             Se dirigió a la habitación de su hermana. La puerta estaba cerrada. Mary golpeó la puerta. Pero Katherine no contestó. En aquellos momentos, la joven odiaba con toda su alma a su hermana. Ella tenía la culpa de su desgracia.
              Mary se rindió y, por la noche, fue a la habitación de Sarah.
              Aquella carta era como un soplo de aire fresco en su vida. Una luz brillaba en la oscuridad. Y todo era debido a lord Robert.
            La joven percibió lo contenta que estaba su hermana mayor. Se alegró por ella.
-¿Quién te ha escrito?-le preguntó-¿Es alguien que conozco? ¿Es una carta de amor? Cuéntame.
-Creo que sí-respondió Mary-Aunque podría estar equivocada.



             Sonrió de una manera un tanto sospechosa. Sarah vio el rostro de su hermana brillar. Estaba a punto de ponerse a dar saltitos de alegría. Parecía una niña con zapatos nuevos.
-Se trata de un conocido nuestro-le explicó Mary-¿Te acuerdas de lord Robert Caernafon?
-Supongo...-Sarah se hizo la tonta-¿Es alguien que conozca?
            Mary la fulminó con la mirada. Sarah se echó a reír. Le gustaba hacer rabiar a su hermana. La veía muy feliz. Y se alegró por ella. Merecía ser feliz.
-El conde de Maredudd...-prosiguió-Es viudo. Está interesado en mí. Ha venido a verme varias veces. Me hice ilusiones con él. Y...Me ha escrito. Dice que mis sospechas son ciertas. Que está interesado en mí. ¿Qué te parece?
-¡Mary!-chilló Sarah-¿Estás hablando en serio?
-Sí...¡Sí!
            Sonreía. Lord Robert le besaba la mano cada vez que se encontraban. Incluso la había besado en los labios. Un beso suave y casto...Podía ser amor. Tenía que ser amor.
           Mary le tendió la carta a Sarah. Ésta la leyó. No pudo evitar alegrarse de la suerte de María. ¡Un conde se había interesado en ella! Lord Robert era rico. Era joven. Y era apuesto.
-Eres afortunada-la felicitó Sarah-Tienes la suerte de que un conde se haya fijado en ti. ¡Oh, María! ¡Tú condesa! Lady Mary...Lady Maredudd...¿Verdad que suena bien, hermanita? A mí me gustaría. Eres mayor que yo. Dos años...Lo harás bien. Ya lo verás. Yo, en cambio, soy un desastre-Sarah se puso de pie. Se acercó a Mary y le cogió las manos-Serás una buena madre para un futuro conde. O una futura condesa. ¡Porque tendrás muchos niños! Y ellos te adorarán.
-No exageres-Mary se ruborizó-Soy ya vieja.
-¡No digas tonterías!-se rió Sarah-Pero...Me estoy adelantando a los acontecimientos. Habrá que esperar. Pero si te ha escrito esa carta es porque está interesado en ti. Milady...Lady Mary...
              Sarah hizo una cortés y burlona reverencia.
             Las dos hermanas se echaron a reír. Y se fundieron en un fuerte abrazo. Sarah se alegraba de la buena suerte que estaba teniendo Mary. Pero había algo que empañaba aquella felicidad. Y las dos lo sabían.
-¿Lo sabe Cathy?-inquirió.
-He intentado hablar con ella-contestó María-Pero no quiere ni abrirme la puerta ni hablar conmigo.
-Dale tiempo.
           Se preguntó si el conde amaba a Mary. Sarah se dijo que debía de amarla. La estaba cortejando. Se había mostrado interesado en ella.
            Tenía que amarla. Era imposible no querer a Mary.
            Era imposible conocer a Mary y no amarla.  
           ¿Cómo podría lord Robert Caernafon no amar a Mary? Acabaría muriendo de amor por ella. Sarah lo sabía. Mary era una criatura extraordinaria. Sarah estaba segura de que Robert amaba a su hermana. Y que ella se casaría con Darko. Hablaría con Katherine sobre mister Winter. Intentaría mediar entre ella y Mary.
            ¿Cómo no iba a amar Mary a lord Robert? Mary procuraba no meterse en líos. No era tan impulsiva como lo era Sarah. En el pasado, había sido una joven de carácter alegre. Pero tranquilo. Obedecía siempre a su padre. Luego, por algún motivo que Sarah nunca averiguó, cambió.
            Parecía que Katherine era igual que Mary. Pero tenía algo del carácter de Sarah. Su amor por mister Winter se lo corroboró.
             Mary le habló de mister Winter. Por supuesto, mister Wynthrop lo había despedido. No quería verle cerca de su hija menor.
-Cathy se ha enamorado perdidamente de él-le confesó a Sarah-No sabemos nada de él.
-Puede que Cathy sepa algo de él que nosotras ignoramos-apuntó Sarah.
-Lo que me preocupa es que pueda cometer una locura. Ese tal mister Winter es el primer hombre que se interesa de verdad por Cathy.
-Nuestra hermana es muy sensata.
             La única persona que había visto a Cathy durante aquellos días había sido Erika. Su hermana había permanecido acostada en su cama sin moverse.
            No estaba en un estado catatónico, como la encontró Erika cuando quiso cortarse las venas.
            Parecía que le daba igual el resto del mundo.
            No quería saber nada de nadie. Se estaba dejando morir. Una muerte lenta...
            Ella sólo quería ver a mister Winter. La pasión la había cegado. Sarah se asustó al pensar que a ella le podía pasar lo mismo.
           Darko me quiere, pensó. Va a luchar por nuestro amor. Seguro que Cathy tendrá buena suerte con su amado. La vida no puede ser tan dura con ninguna de nosotras.
-El conde dice que quiere ver a padre-Mary cambió de tema-Dice que quiere pedirle permiso para cortejarme de forma oficial. ¡Oh, Sarah! Quiere ir en serio conmigo. ¡Puede que esté enamorado de mí!
-Es una posibilidad-afirmó Sarah.
             La joven esbozó una sonrisa. Le devolvió la carta a su hermana. Así era como podía empezar una nueva vida para Mary. Un conde se había interesado en ella. Y quería ir a hablar con mister Wynthrop. No le extrañaba que Mary estuviera tan contenta.
             Sarah había oído hablar de la familia del actual conde.
-Tengo miedo-le confesó Mary-Tengo miedo de que no me acepten.
-¡Tú no pienses en eso!-le aconsejó Sarah.
-Tengo la sensación de estar viviendo un sueño. En cualquier momento, podría despertar.
-No estás soñando, hermana. Es la realidad.
             Mary acabaría encajando en aquella familia.
-Es curioso porque don Robert no pensaba encontrar esposa en Holyhead-sonrió Mary-Pero, por lo visto, la ha encontrado.
             Ella y Sarah se echaron a reír.
-Nunca me he codeado con la nobleza-admitió Mary-Pero me imagino que me acostumbraré ser una aristócrata.
-¡Por supuesto que sí!-le auguró Sarah-Has recibido una educación muy esmerada. Sabrás cómo comportarte delante de los amigos del conde.
-¿Crees que ellos me aceptarán?
-Yo creo que caerán rendidos ante ti. Eres especial, Mary. No lo olvides nunca. Si ese conde ha caído rendido ante ti es por algo. Porque eres hermosa. Porque vales mucho. Eres buena, Mary. Nunca le has hecho daño a nadie.
              Mary sintió cómo una punzada se clavaba en su pecho. ¡Pobre Sarah! Ella no sabía nada.

domingo, 6 de mayo de 2012

CON EL CORAZÓN ROTO 152

Jack no le contó a Danielle la verdad.
Se lo debía a Marty. También le debía otra cosa al viejo.
Con todo el dolor de su corazón, debía de romper con Olivia. A Dios gracias, su romance no se había consumado. Era lo mejor para los dos.
La culpa de la enfermedad de Olivia era suya. Él la había colocado en aquella situación. Rompiendo con ella, le hacía un favor. Olivia volvería a ser la que era antes. Y él se consagraría a ser un buen marido para Danielle.
Sentados a la sombra de un árbol, Olivia y Jack veían pastar el ganado.
-Es lo mejor que podemos hacer-afirmó Jack-Livie, lo siento mucho. Siento de corazón todo el daño que os estoy causando a Danielle y a ti porque no es justo para ninguna de las dos. He sido un egoísta y me odio por ello. Debes de pensar que es fácil para mí decir esto. Te aseguro que no lo es. Porque, aunque no lo parezca, mientras hablo siento cómo muero por dentro-Jack cerró los puños y los apretó con rabia. Dejar a Olivia era lo más duro que jamás había tenido que hacer. Pero era lo mejor-Soy el marido de Danielle y no puedo amarte. No sé el porqué me he enamorado de ti, pero así ha sido. He sido muy feliz a tu lado. Pero es mejor dejarlo ahora. Cuando no ha pasado nada entre nosotros. De haber pasado, no habría renunciado a ti. Lo habría mandado todo a la mierda. Y habría salido huyendo contigo a cualquier parte.
-Sé que estás haciendo lo correcto-afirmó Olivia.
-Puedes odiarme si ése es tu deseo porque me lo merezco-dijo Jack.
Olivia no quería odiarle.
-Todo lo he hecho más-prosiguió Jack-Desde casarme con Danielle hasta enamorarme de ti. Livie, no quiero dejarte. Si he de serte sincero, no quiero dejarte. Pero tengo que hacerlo porque no quiero hacerle daño a Danielle.
Los ojos de Olivia se llenaron de lágrimas. Jack estaba haciendo lo que ella no había podido hacer. Romper con una relación que nunca debió de haber existido.
Nadie se enteraría y nadie saldría perjudicado.
-Me alegro de que hayas dado tú el primer paso-se sinceró Olivia. Su corazón estaba hecho pedazos. Pero sentía que era un alivio-Porque he intentado dar yo el primer paso muchas veces. Y no he sido capaz de hacerlo, Jack.
Los ojos del hombre también se llenaron de lágrimas.
No le mencionó la revelación que le había hecho Marty ni que el viejo estaba al tanto de lo suyo.
-Livie, te amo-le confesó-Y no quiero vivir sin ti. Pero no puedo vivir contigo sabiendo que todos los vecinos van a señalarnos cuando salgamos a la calle. No puedo vivir sabiendo que le hemos hecho daño a una gran mujer como lo es Danielle-Le costaba trabajo hablar-Hemos de seguir cada uno por su lado, aunque nos cueste trabajo. Nadie sabe la clase de relación que ha habido entre nosotros. Es mejor dejarlo ahora antes de haber hecho algo de lo que nos hayamos podido arrepentir.
Olivia besó a Jack en la mejilla.
No iba a llorar delante de él, decidió. No iba a llorar por su corazón destrozado.
Sería fuerte una vez más.
-Te agradezco de verdad que hayas sido el más valiente de los dos-le dijo.
¡Soy un maldito cobarde!, quería gritar Jack.
En su lugar, besó a Olivia en la frente. Y acabó besándola con ferocidad en la boca. Ella correspondió a su beso.
Cerca de ellos, el ganado estaba pastando. No se fijaba en los dos humanos que lloraban por su forzada separación.
-Mi bella y adorada Livie...-susurró Jack-Me temo que nunca te olvidaré.
-Jack, te lo ruego-le pidió la muchacha-No hables. No quiero saber nada. No quiero pensar en ti como un hombre.
Se volvieron a besar con pasión.
-Nos va a costar trabajo olvidar todo lo que ha pasado entre nosotros-afirmó Olivia.
Le costaba trabajo hablar. Le dolía demasiado el corazón como para poder hablar.
Se separó de Jack. Él le acarició las mejillas con las yemas de los dedos.

CRUEL DESTINO

              Sarah odiaba tener que mentirle a Lilith.
              Su amiga estaba destrozada. Sus discusiones con Alexander eran cada vez más frecuentes. Sarah se tapaba los oídos cuando les oía gritar. No estaba acostumbrada a las peleas. Se estaba arrepintiendo de haber hecho aquel viaje. Pero el pensar en Darko le hacía creer que valía la pena.
             Lilith pasaba los días vegetando.
             Permanecía sentada en el sillón sin hacer nada.
             Sarah le leía en voz alta.
             Intentaba entablar conversación con ella.
             Lilith le contestaba con monosílabos. La preocupación de Sarah por su amiga iba en aumento. Lilith miraba al vacío durante horas.
-¿De qué me sirve estar viva?-se preguntaba en voz alta-¿De qué me sirve amar a mi marido? ¿Me estará castigando la vida por mis excesos pasados? ¿Por qué no castiga también a Alec? ¡Él también ha cometido muchos pecados!
              Lloraba.
             Sarah se sentía impotente. No sabía qué hacer para consolarla.
-Lilly...-le decía-No es culpa tuya.
-¿No lo es?-se asombraba la joven-Mi marido no me ama. Soy una mujer estéril. ¿Quién quiere estar conmigo?
              Sarah no sabía qué hacer para consolar a Lilith. Se sentía impotente. Lo único que le alegraba en aquellos días era Darko.
              Se encerraba en su habitación. Le escribía largas cartas de amor. Sin embargo, Sarah nunca llegó a enviar aquellas cartas. Se sentía ridícula después de haberlas escrito.
             Ponía en ellas:

             Vivo por ti. 
             ¡Soy tuya! ¡Haz lo que quieras conmigo! Te amo desde el primer momento en que te vi. ¿Por qué me evitas? ¿No notas cómo mi corazón late al mismo compás que el tuyo? 
            Amor mío...Quiero pertenecerte por completo. 



           Rompía aquellas cartas. Darko era un hombre duro y frío. ¿Qué pensaría de ella si leía aquellas misivas? Creería que Sarah era una estúpida damisela. ¡Por Dios! ¡Darko no podía pensar eso de ella! Sarah se maldecía así misma por ser tan ingenua en ciertas cosas.

            Al cabo de algunos días, Sarah logró salir de casa sin ser vista y se dirigió alrededor de las seis de la tarde a orillas del río Cefni; estaba segura de que Darko estaría allí esperándola.
          Vio a un niño que estaba viendo cómo su barco flotaba en el río ante la mirada de su niñera.
            Tuvo la sensación de que Darko estaba cerca de ella. Sarah no podía verle, pero podía intuir su poderosa presencia. Sintió vergüenza de su vestido de color gris. Una nube gris ocultó el Sol.
            Con suma lentitud, Darko se acercó poco a poco a Sarah. Tenía que admitir que aquella joven española era distinta al resto de las mujeres que había conocido. Sarah tenía una fe ciega en él.
Al percatarse de que se acercaba a ella, Sarah fue corriendo a arrojarse en sus brazos. Llenó de besos su rostro.
-¡Te estaba esperando!-trinó Sarah.
             Darko la apartó suavemente de él.
-Una vocecita en mi interior me dijo que estabas aquí-afirmó-Y acertó.
-¡Tú querías verme!
           Sarah estaba contenta.
-Sí...-admitió Darko-Quería verte.
-¿Por qué querías verme?-quiso saber Sarah.
-No lo sé. Ha sido algo más poderoso que yo. He salido del club. He empezado a caminar. Y mis pasos me han llevado hasta aquí. Donde estás tú.
           Los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas de felicidad.
           Besó con entusiasmo a Darko en la boca.
Llevaba puesto un abrigo de torso de lona de color negro, muy similar al que llevaba puesto el otro día. Darko no solía usar sombrero de copa, como los demás caballeros, y su cabello lo llevaba suelto.
A Darko le atraía la naturaleza un tanto fogosa de Sara. Los dos tomaron asiento en el suelo. Sara era apasionada y Darko estaba cansado de las mujeres que fingían pasión por él.
-Nos veremos siempre-dijo Sarah-¿Verdad que sí?
-Por supuesto-contestó Darko.
-Tendrás que hablar con mi padre. Le pedirás permiso para que me corteje. Es lo correcto.
-Pronto, querida. Pronto...
-Eres sincero. Lo puedo ver en tus ojos. Me quieres, aunque sea un poquito.
-Debo de sentir algo por ti cuando estoy aquí.
-Mi hermana Mary está siendo cortejada por un conde.
-¡Qué interesante!
-Cuando se case con el conde, vendrás conmigo a la boda. ¡Y anunciaremos nuestro compromiso durante el banquete! ¿Lo harás, Darko?
-Lo haré.
              El corazón de Sara brincaba de alegría.
             Por supuesto, ignoraba que Darko estaba haciendo con ella lo mismo que había hecho con Lilith. Que había hecho con las otras mujeres. Les hacía falsas promesas con el fin de enamorarlas y salirse con la suya. Abandonaría a Sarah tras haberla poseído. Lo había decidido.
-¿Hablas con Lilith de mí?-le preguntó Darko.
-No...-respondió Sarah.
-No lo hagas. Su matrimonio con Alec va mal. Y creo saber el porqué. Lilith aún me quiere. No soporta que yo ya no esté con ella.
-Eso no es lo que ella dice.
-Es la verdad. Hazme caso.
-Pero...Lilith no va a volver contigo, ¿verdad? Ahora...Estás conmigo. Lilith no te interesa. Ya no la quieres.
              Darko aborrecía a Lilith porque ella fue la que lo abandonó. Por lo general, él abandonaba a sus amantes y no sus amantes lo abandonaban a él. Lilith hirió su orgullo. Cuando él ya hubo saciado su pasión en los brazos de la joven, Lilith lo dejó. Vio la desconfianza reflejada en los ojos de Sarah. Desconfianza que iba dirigida hacia su amiga. Sarah creía ciegamente en todo lo que le decía Darko y creía que Lilith podía seguir enamorada de él. Por eso, no quiere que lo vea, pensó. Lo quiere para ella.
-Ya no la quiero-corroboró el hombre.
-Y me quieres-instó Sarah.


               Darko no contestó. Tiene que amarme, pensó Sara. Apoyó su cabeza en el hombro de Darko. Conseguiré que me ame.
               Darko cogió el rostro de Sarah entre sus manos y la besó apasionadamente.
              Sarah suspiró.
-Me gustas mucho-dijo Darko.
             Sarah creyó que había muerto y subido al cielo. Abrazó con fuerza a Darko y lo besó con ardor.
-¿Lo dices en serio?-le preguntó la joven-Perdona que te hable así. Es que pensé que nunca encontraría al amor de mi vida.
-¿De veras crees que soy el amor de tu vida?-ironizó Darko.
               Miraba con sorna a Sarah.
-¡Por supuesto que lo creo!-contestó la joven-He esperado toda mi vida hasta conocerte. Siento que hemos nacido para estar juntos. Nada ni nadie nos va a separar.
-No digas eso-le pidió Darko-Nadie sabe lo que va a pasar en cuestión de días. Pero me gusta saber que confías en mí.
-Confío en ti.

             Una criada joven estaba esperando a Sarah. Tenía una carta en la mano. La estaba esperando en el recibidor cuando Sarah llegó, flotando en una nube, a casa. Se quitó el sombrero. Entonces, la criada la abordó.
-Miss Wynthrop, la estaba esperando-le dijo-Ha llegado una carta dirigida a su nombre; creo que es de su familia.
             Le tendió la carta.
-Gracias-dijo la joven-Subo ahora mismo a mi habitación a leer la carta. Puedes retirarte.
             Sarah se encerró en su habitación. Se dejó caer en su cama. Rasgó el sobre y sacó la carta.
              La leyó.
            Era una carta de Mary.

               Querida Sarah: 

                ¿Cómo estás? 
               Los días aquí transcurren muy despacio. 
                A menudo, nos llegan tus cartas. Cathy y yo las leemos con insistencia. 
              Te estás divirtiendo. 
              A veces, siento que hay algo más en tus letras. Algo que no te atreves a compartir con nosotras. Ni con Cathy...Ni conmigo...No te preocupes. Lo entiendo. 
              Sé lo que es tener un secreto. Y no querer compartirlo con nadie. No me hagas caso, Sarah. A veces, digo tonterías. ¡Ya me conoces!
              Salgo con madre a hacer visitas. Intento relacionarme con la gente. Madre dice que las condesas se relacionan con todo el mundo. Yo tengo miedo. Pienso que voy a hacer el ridículo. Pero me obligo a mí misma a contestar cuando me hablan. A no parecer antipática. A ser amable con los demás. 
               Me da mucha pena tener que molestarte. Pero ha pasado algo. Necesitamos que regreses a casa.
                Se trata de Cathy. Ha intentado quitarse la vida. Erika la sorprendió intentando cortarse las venas. Había roto el espejo que hay en su habitación. ¡Fue horrible! ¡Mi pobre Cathy! Cogió un cristal. El espejo se había hecho añicos. Estaba fuera de sí. Intentó cortarse las venas.
               Sé el porqué de su actitud.
              Ese maldito mister Winter... Entiendo que Cathy se haya enamorado. Es más. Hace bien en enamorarse. Pero...¡Es un malnacido! Sólo busca aprovecharse de nuestra Cathy, Sarah. Nuestra hermana es inocente. No creo que hayan ido las cosas demasiado lejos entre ellos. Erika es como un cuervo. No se puede hacer nada sin levantar sus sospechas. A veces, tengo miedo de que piense algo malo de lord Robert y de mí. 
                 Cathy...Y mister Winter...
                  Los sorprendí juntos.
             Estaban en el jardín. Cathy sonreía. Mister Winter le entregó una rosa que había cortado.
             Entonces, cogió el rostro de Cathy entre sus manos. La besó apasionadamente.
            Yo entré corriendo en casa. Se lo conté a madre. Cuando salimos al jardín, estaban abrazos. Cathy tenía los labios hinchados por aquel beso. Había correspondido al beso que aquel malnacido le había dado. Tenía la cabeza escondida en el hombro de él. Pensé que se iba a desmayar al vernos llegar a madre y a mí. Mister Winter protegió a Cathy con su cuerpo. No quería irse de casa. Madre se puso furiosa con Cathy. Le hizo ver que podía convertirse en una perdida si eso podía pasar. Pero mister Winter defendió a Cathy. Aunque...Ofendió a madre. 
              Echó a mister Winter de casa. Pero él no quería irse sin Cathy. De modo que madre tuvo que pedirle a un criado que lo echara. ¡Jamás había visto a madre tan furiosa! Estuvo a punto de pegarle a Cathy. ¿Cómo se había dejado besar por aquel hombre? Madre no lo entendía. Discutieron a voces. Se oían los gritos en toda la isla. Padre se enteró porque yo se lo dije. Salió al jardín. Discutió también con Cathy. La amenazó con encerrarla en un convento si seguía viéndose con mister Winter.
          Entonces, Cathy se encerró en su habitación. Estaba desquiciada. Dijo que se entregaría a los brazos de mister Winter antes o después. Cerró la puerta de su habitación con el pestillo. Gritó que no podía vivir sin los besos que él le había dado. Entonces, oímos cómo se rompía un cristal. 
               Y fue entonces cuando intentó cortarse las venas.
              Nuestro mayordomo tiró la puerta de la habitación de Cathy a patadas. Erika fue la primera en entrar. Y vio cómo la sangre corría por las muñecas de nuestra hermana. ¡Fue espantoso! 
             Ahora, Cathy está mejor. Pero no queremos dejarla sola. Me siento culpable por todo lo que ha pasado, Sarah. ¡De haber muerto nuestra hermana, te juro que yo me muero detrás de ella! ¡No podría vivir con la culpa. 
                Me asusta la idea de que el conde de Maredudd no quiera saber de mí si un canalla deshonra a Cathy. ¡Dios mío! ¿Cómo puedo juzgar yo a mi hermana si mis pecados son peores que los suyos? Tengo la sensación de que algo ha muerto en su interior. Su mirada está vacía cuando se posa sobre cualquiera de nosotros. Quiero abrazarla. Pero ella me evita. No quiere dirigirme la palabras. No la culpo. Por mi culpa...Cathy ha estado a punto de morir. ¡Oh, Sarah! ¡Te juro que no sé si he hecho lo correcto! Tengo muchas dudas. ¡Dime si he hecho bien! Mi conciencia me grita que he debido de guardar silencio. A lo mejor, si tú regresas, Cathy volverá a ser como era antes. 
               Te necesitamos, Sarah.
              Madre intenta ser fuerte. Pero yo sé que rompe a llorar cuando se encierra en su habitación. Padre pasa mucho tiempo encerrado en su despacho. Los dos se sienten culpables. Y vemos cómo Cathy se consume cada día que pasa un poco más. Y sentimos que nos estamos muriendo con ella.
              ¿Cuándo volverás?
             Tu preocupada hermana,
             Mary.

            Una lágrima resbaló por la mejilla de Sarah.
             No entendía el porqué Katherine había intentado quitarse la vida. Y odió a Mary por haber sido tan egoísta. Sus dos hermanas no querían verla feliz. Por eso, había ocurrido todo aquello. Estaba convencida de ello. Tenía que pensar con calma.
-Justo ahora cuando Darko parece haberse enamorado de mí-pensó Sarah-No debo ser egoísta justo cuando mi familia me necesita. Sé que Darko vendrá a Holyhead a buscarme.
              Se secó la lágrima.
              Debía de pensar en Katherine.
              Debía de decirle a Lilith que tenía que irse. La dejaba sola en Llangefni con Alexander. Y ella dejaba, a su vez, su corazón en Llangefni al lado de Darko.